La vida es casi siempre muy simple y fácil de disfrutar. Y cuando no
podemos verla así en general es porque nos concentramos en ciertos
aspectos negativos de lo que sucede a nuestro alrededor y condicionamos
nuestro bienestar a la solución de una interminable lista de problemas.
Recordar que estamos en manos de un Poder Superior, al que siempre
podemos recurrir cuando no nos sentimos bien o si necesitamos algo que
no podemos conseguir con nuestro propio esfuerzo individual. En realidad
somos parte de ese Poder Superior, y podemos volver a conectarnos con
esa Fuente a través de cualquier actividad que expanda nuestra
conciencia, como la oración, la práctica de la meditación o la
apreciación deliberada de cada cosa buena que nos rodea aquí y ahora.
Aquietar nuestra mente y experimentar gratitud
serían entonces las claves olvidadas para recuperar ese bienestar que
tanto anhelamos. Qué idea tan simple y poderosa…
Porque aunque comprendamos que la vida es simple y fácil de disfrutar y
que podemos convocar a ese Poder Superior, del que formamos parte, para
crear conscientemente la realidad que deseamos, de todas maneras tenemos
que tomar la decisión de hacerlo de una buena vez, debemos esforzarnos
para sostener e incrementar nuestro nivel de consciencia. Porque si no
hacemos nuestro mejor esfuerzo podemos seguir olvidando nuestra misión y
actuando indefinidamente de manera mecánica, como nos sucede
habitualmente cuando nos identificamos con nuestro ego y vivimos de
acuerdo a sus creencias limitantes.
Aquietar nuestra mente y experimentar gratitud serían entonces las claves olvidadas para recuperar ese bienestar que tanto anhelamos. Qué idea tan simple y poderosa…