¡Hasta pronto Madiba!
Hace aproximadamente seis meses escribí este artículo, cuando Madiba se encontraba al borde de la muerte. Finalmente, después de una larga agonía, hoy, él se fue. De modo que vuelvo a compartirles mi sentir sobre este hombre excepcional.
“La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho
lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país,
puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que,
por lo tanto, dormiré por toda la eternidad.”
Nelson Mandela
Bien triste enterarnos de la condición crítica en la que hoy se encuentra Nelson Mandela, uno de nuestros últimos referentes de lucha contra la injusticia,
la opresión y la segregación; de trabajo incansable por la convivencia
pacífica y la igualdad; de un hombre cuya vida de congruencia y
compromiso debiera ser ejemplo para las nuevas generaciones.
Hace algún tiempo escribía sobre un documental, “The Cove”, hecho por un activista defensor de los delfines que versa sobre la matanza cruel y constante de estos hermosos animales en un pequeño pueblo de la costa de Japón. Este activista ya octogenario finalizaba su trabajo diciendo que era una pena que los seres humanos que aún quedan luchando por ideales superiores tengan su edad, que los jóvenes del mundo hoy día no se interesen más que por ellos mismos y su cotidianeidad.
Justo por eso creo que estoy tan triste. Nuestro Madiba está por partir en un nuevo viaje dejando nuestra tierra con uno menos de sus defensores.
Su vida se resume fácil pero no lo fue: su lucha contra la
increíble locura del Apartheid y su posterior esfuerzo sin
resentimientos por lograr la reconciliación de un pueblo lastimado,
agredido y resentido es memorable. Este hombre puso el bienestar de
su país por encima del de solo su grupo racial, perdonó e incluyó a los
mismos contra quienes peleó, contra esos que le mantuvieron 27 años en prisión, contra aquellos que masacraron familias completas para mantener un régimen de opresión y odio.
Esta columna hoy será solo un homenaje para este gran hombre cuya partida pareciera inminente, y que mejor que hacerlo recordando sus propias palabras
con extractos de su discurso tras ser investido como el primer
Presidente negro de Sudáfrica, electo democráticamente, por primera vez,
mediante sufragio universal:
En el día de hoy, todos nosotros, mediante nuestra presencia aquí y mediante celebraciones en otras partes de nuestro país y del mundo, conferimos esplendor y esperanza a la libertad recién nacida.
De la experiencia de una desmesurada catástrofe humana que ha durado
demasiado tiempo debe nacer una sociedad de la que toda la Humanidad se
sienta orgullosa.
……Esa unidad espiritual y física que todos compartimos con esta patria común explica la profundidad del dolor que albergamos en nuestro corazón al ver cómo nuestro país se hacía pedazos a causa de un terrible conflicto,
al verlo rechazado, proscripto y aislado por los pueblos del mundo,
precisamente por haberse convertido en la sede universal de la ideología
y la práctica perniciosas del racismo y la opresión racial.
……..Ha llegado el momento de curar las heridas. El momento de
salvar los abismos que nos dividen. Nos ha llegado el momento de
construir…..Contraemos el compromiso de construir una sociedad en la
que todos los sudafricanos, tanto negros como blancos, puedan caminar
con la cabeza alta, sin ningún miedo en el corazón, seguros de contar
con el derecho inalienable a la dignidad humana: una nación irisada, en
paz consigo mismo y con el mundo.
…..Dedicamos el día de hoya a todos los héroes y las heroínas
de este país y del resto del mundo que se han sacrificado de numerosas
formas y han ofrendado su vida para que pudiéramos ser libres. Sus
sueños se han hecho realidad. La libertad es su recompensa. Nos sentimos
a la par humildes y enaltecidos por el honor y el privilegio que
ustedes, el pueblo sudafricano, nos han conferido como primer presidente
de una Sudáfrica unida, democrática, no racista y no sexista, para
conducir a nuestro país fuera de este valle de oscuridad.
….Nunca, nunca jamás volverá a suceder que esta hermosa tierra experimente de nuevo la opresión de los unos sobre los otros,
ni que sufra la humillación de ser la escoria del mundo. Que impere la
libertad. El sol jamás se pondrá sobre un logro humano tan esplendoroso.
¡Hasta pronto Madiba!, que tu viaje sea tan dulce como lo es el recuerdo de tu intensa vida que queda con nosotros……
Marcela Jiménez
Poblanerias