LAS EMOCIONES Y LOS SENTIMIENTOS
¿Cuantas veces te hubiera gustado haber actuado de una forma diferente a como lo has hecho, decir algo con otras maneras, haber reaccionado ante cualquier situación de otro modo? Estas situaciones provocan emociones como rabia, tristeza que a menudo acaban generando sentimiento de culpabilidad
Las emociones derivan en unas sensaciones, las cuales influirán en cómo vamos a ver y vivir las siguientes experiencias parecidas de nuestra vida. Y, lo más importante, también afectarán a la gente que forme parte de cualquiera de nuestros sistemas a los cuales pertenecemos (familia, trabajo, amistad). Una vez te hayas dado cuenta que la emoción intenta o ha podido apoderarse de ti.
El primer paso para reconducir estas situaciones es tranquilizarte respirando profundamente. No te culpabilices ni te obsesiones pensando lo que deberías haber hecho o lo que no. Tómate el tiempo que te haga falta (a medida de ir poniéndolo en práctica, el tiempo necesario será menor).
Una vez hayas podido neutralizar un poco ese estado de ánimo, provocado por dicha emoción, el siguiente paso es disociarte: ponte de espectador de los hechos y no de protagonista. Si ves todo lo que ha pasado desde fuera, como si no fuera contigo, te ayudará a relativizar las cosas y a darle su debida importancia sin dramatizar en exceso. Observa la situación que ha provocado tu reacción, que ha dado lugar a dicha culpabilidad. Estúdiala e identifica desde la distancia qué es lo que ha generado esa emoción
Observa tu sensación ahora… ¿A qué no es la misma? Por supuesto sigue estando la emoción pero has aprendido a ver como ha ido el proceso, a objetivarlo, a desdramatizarlo y ya puedes intentar gestionar esa emoción para que influya lo menos posible en lo sucesivo.
Reconozco que no es fácil, aunque sí muy satisfactorio y a medida que lo vas poniendo en práctica, obtienes más y mejores resultados positivos para ti y para los que forman parte de tu vida.
Dedica un tiempo a la preparación de la futura conversación. Es fundamental tener claro el objetivo, para poder gestionar bien la conversación
Una vez terminada la conversación pregúntate: ¿He podido gestionar la conversación fríamente? Si la respuesta és “sí”; entonces habrás logrado tú objetivo.
Si la respuesta es “no”, posiblemente te habrán vencido las emociones y la conversación quizás no haya ido como esperabas.En este último caso, permítete “no haberlo hecho bien” y aprender de ello para la próxima ocasión ¡Es una muy buena manera de conseguir que cualquier conversación sea buena a lo largo del día!
En definitiva, tenemos que ser capaces de gestionar nuestras emociones que provocan unos sentimientos los cuales no podemos evitar y que se convierten en dueños de nuestras reacciones, de muchas de las cuales nos arrepentimos. Es cuestión de práctica, hasta que se convierta en un hábito, y lo hagamos sin darnos cuenta. Pon el foco de atención en tu objetivo, visualiza el resultado óptimo que te gustaría conseguir. De esta forma la importancia de todo lo demás, irá disminuyendo y será más fácil llegar a donde quieres. ¡Ánimo y mucha práctica acompañada de inmensa paciencia! Y recuerda. ¡De todo se aprende!
![](http://www.gifsyfondos.com/Barra20separadora212.gif)
|