Observar el día a día de los aconteceres del mundo actual, nos llena de espanto y desdicha. Se percibe la corrupción y la total ausencia de empatía por parte de los que Detentan el Poder; y como consecuencia de eso, vivimos dentro de un modelo narcisista que se ha convertido en una epidemia mundial.
Hablando de epidemias, cada minuto que pasa hay más gente estresada, depresiva, trastornada, en un mundo que no logran comprender y que tan sólo los pisotea. Como menciona Orwell en 1984, si quieren imaginarse el futuro de la humanidad, imaginen un hombre con la cara pisoteada por una bota. Decir esto ya no es tanto el futuro imaginado, sino el presente.
Abiertamente controlados; "alimentados" (envenenados) según los estándares impuestos por las grandes corporaciones mundiales (Big Agra); medicados y etiquetados como enfermos por la Big Pharma; alienados e idiotizados por los medios de comunicación; en definitiva, estamos sometidos, esclavizados; nuestras frágiles mentes han sido moldeadas para creer y seguir el dogma psicopático que se nos impuso. Nuestras débiles voluntades han sido apaleadas para no pensar críticamente, o más bien, para no pensar en absoluto.
Imaginen el mapa de la situación. De bien niños nos escolarizan y se nos empieza a moldear nuestra personalidad con valores carentes de humanidad y de Verdad. Todo lo contrario; solo nos preparan para formar parte del engranaje de una "civilización" corrompida. Como pollitos en una granja que no saben que se los cría para luego ser comidos o maltratados.
Nos dijeron que podemos elegir líderes a través de la votación. Que podemos seguir ideologías; nosotros podemos ser de izquierda, comunistas, fascistas, capitalistas, nacionalistas, anarquistas, monárquicos y lo que nos venga en gana. Señoras y señores comunistas, capitalistas y sin-banderas por igual: todos nosotros, TODOS, creemos en dogmas que tienen un origen común. Nosotros sólo creemos en ideas que tienen como inicio a un individuo patológico o a un grupo de estas características, y que además, a efectos históricos, incluso han tenido relaciones cercanas, sobretodo en el ámbito corporativo. TODO ES LO MISMO. Los programas que divulgan las diferentes ideologías en realidad son una retahíla de palabras que bien ordenadas parecen convincentes y realistas, pero si vamos más allá de las palabras y observamos objetivamente los hechos de la Historia, vemos claramente que en el fondo, independientemente de la ideología dominante, todo ha sido lo mismo. La misma miseria, los mismos muertos, la misma inhumanidad, la misma corrupción...
En el Enfoque Sott "La Naturaleza de las revoluciones y la esclavitud de la psique" se mencionaba lo siguiente:
Desde hace siglos, seguramente milenios, una oscura tradición enfocada en el dominio absoluto del mundo y su población ha pasado de generación en generación llegando hasta nuestros días. A medida que avanzaba el tiempo, la metodología de esta Patocracia histórica y universal fue evolucionando y perfeccionando su técnica, creando las condiciones necesarias para abarcar de más en más sus objetivos globales.
[...]
Las Revoluciones tan sólo son un instrumento de la Patocracia histórica para cambiar el sistema, siempre acorde a sus fines. Por tanto, la revolución social que se está gestando, y que probablemente será con el tiempo de forma más pronunciada a medida que aumente el hambre y la miseria, es una herramienta de los patócratas para imponer cambios en el sistema para que de una vez por todas consigan el poder mundial y absoluto.
"No importa capitalismo o socialismo, imperialismo o anti imperialismo. El asunto esencial de la civilización humana es la patocracia. Los patócratas proporcionan el pan y el circo necesarios para encubrir sus auténticos objetivos, escondiendo a la población la triste realidad de lo que ocurre en el mundo. Como dijo Gurdjieff, "la civilización moderna está basada en la violencia, la esclavitud y las frases bellas. Pero todas las frases bellas sobre la civilización y el progreso no son más que palabras."
Así, precisamente, como una cadena alimenticia. Unos se comen a otros en esta selva global a la que llamamos "Civilización". Estos psicópatas que nos gobiernan son depredadores y, para ellos, la única ley que rige es la famosa "Ley de la Selva" en la que el más fuerte sobrevive y todos se comen entre sí. No es en vano que la teoría Darwiniana haya tenido tanto éxito en nuestra sociedad ponerizada.
En el momento en que Darwin publicó su Origen de las Especies en el siglo XIX, un evento que marcó la culminación de un cambio gradual de una sociedad dominada por la religión a lo que se llamó el "pensamiento racional" y la ciencia, los autoritarios sabían que tenían su Teoría del Todo: procesos al azar de la materia, ninguna conciencia necesaria.
Por lo tanto, ha sido la aplicación constante del pensamiento evolucionista materialista la que está detrás de la explicación del orden del universo que hoy prevalece. Hay, sin duda, psicópatas en la pila de leña aquí actuando como la eminencia gris detrás de la ciencia - lo que controla la mayor parte de nuestras construcciones sociales e instituciones -, porque ciertamente no podemos decir que todos los científicos, ni siquiera la mayoría de ellos, son psicópatas. La propia profesión excluye a la mayoría de los psicópatas en virtud de la exigencia de un intelecto superior. Sin embargo, sí puede incluir un gran número de miembros que se encuentran en el tipo de personalidad autoritaria."
Todo nuestro sistema es reflejo de la conciencia o, mejor dicho, de la ausencia de conciencia de nuestros líderes psicopáticos. Ellos imponen SU visión del mundo, haciendo que el mundo SEA como ellos lo ven, creando la ilusión, la mentira y, por lo tanto, aumentando la brecha entre lo real y lo ilusorio. Así, su 'patología' permea en cada ámbito de nuestras vidas y la sociedad ponerizada deja de diferenciar entro lo humano y lo desviado, lo que nos lleva al importante concepto de Ponerización.
Andrew Lobaczewski, el autor de La Ponerología Política (Red Pill Press, 2006), escribe:
"Los procesos patológicos han tenido históricamente una profunda influencia sobre la sociedad en general debido al hecho de que muchos individuos con personalidades deformadas han efectuados roles asombrosos en la formación de construcciones sociales.
Claramente nos viene a la mente la sentencia "El fin justifica los medios". En pos de "equilibrar" la injusticia, todo vale. Y a los que detentan el poder les interesa que esto ocurra, porque son maneras concretas de crear servidumbre, además de darle uso a la estrategia "divide y vencerás".
Capitalismo vs. Comunismo, Izquierda vs Derecha, ricos vs pobres, son ejemplos clásicos que ponerizan a las sociedades y crean el separatismo entre ellas. La histerización de la sociedad - provocada debido a la inmersión de la enfermedad social en las mentes de cada persona- radicaliza las posturas de cada cual, y eso disipa la unión y la empatía.
Lobaczewski, respecto al proceso de ponerización macrosocial, escribió:
"La interpretación tradicional de estas grandes enfermedades históricas ha enseñado a los historiadores a distinguir dos fases diferentes: la primera está caracterizada por un período de crisis espiritual dentro de la sociedad, que los historiógrafos han asociado con el agotamiento de los valores conceptuales, morales y religiosos que hasta ese momento habían nutrido a la sociedad en cuestión. Se incrementa el egoísmo entre los individuos y los grupos sociales, y se observa un debilitamiento en los lazos de responsabilidad moral y social. Por consiguiente, los problemas triviales asaltan la mente humana a tal punto que no queda espacio para reflexionar acerca de temas de importancia pública o para sentir un compromiso con el futuro. [...] Finalmente, el gobierno del país queda paralizado, indefenso ante problemas fáciles de resolver si existiesen circunstancias diferentes. Asociemos esas etapas de crisis al período bien conocido de histerización social. [YP/AG: en el contexto de la investigación ponerológica, la histeria se refiere al miedo a la Verdad y a reflexionar sobre ella. Es el miedo a romper el confort psicológico.]
La segunda fase está marcada por tragedias sangrientas, revoluciones, guerras y la caída de imperios."
Si comprendiéramos la enfermedad social, tendríamos a nuestra disposición herramientas suficientes para luchar y protegernos de ella. Pero estando sometidos externa e internamente, amando nuestra servidumbre y cerrando nuestras mentes, no se puede hacer nada al respecto.
El Síndrome de Estocolmo global
La historia sigue como una novela a la que podemos llamar "El síndrome de Estocolmo global y cómo la humanidad aprendió a 'amar' la prisión que la esclaviza."
Como se da en el fenómeno psicológico llamado Síndrome de Estocolmo, hoy en día, las mismas personas veneran y defienden al sistema que los esclaviza. Cada quien desde su lugar se va ponerizando desde que nace - gracias a la educación, la familia que transmite valores ya ponerizados, la televisión y, prácticamente, todo aspecto social que está diseñado para programarnos de tal manera a que sigamos contribuyendo a que el Statu Quo no se tambalee y todo siga exactamente igual -; y, como ir con la corriente de lo social es lo más fácil, pocos son los que realmente se ponen a cuestionar la realidad en la que viven.
Claramente, cuestionar no es meramente protestar y denunciar. Si bien el que busca respuestas y descubre lo podrida que está nuestra sociedad, probablemente también lo denuncie; lo importante del cuestionamiento no es tanto la denuncia en sí misma, sino la intención de saber y comprender qué es lo que sucede y por qué sucede. Denunciar y protestar sin saber lo que pasa, es ponerse a pleno disponibles para que los patócratas nos dirijan como quieran, utilizando nuestras emociones y nuestra intención - inherente a nuestra humanidad - de querer que las cosas estén mejor y de que podamos convivir entre todos como seres humanos.... - Algo así como un sueño lejano, genuino, que nace del hecho de que nosotros sí tenemos - cierta- consciencia y empatía, ELLOS NO.
Con esto no queremos deslegitimizar estos sentimientos y anhelos que son genuinos y nobles, que son reales... REALMENTE ESTAMOS CANSADOS DE TANTA INHUMANIDAD, sí, nosotros también. El problema yace en que a ellos no les importa lo que nosotros sentimos o anhelamos. O mejor dicho, les importa tanto como a un leopardo que observa a la manada de antílopes antes de salir tras ellos y depredar. Los psicópatas USAN nuestros sentimientos y anhelos para dirigirnos de tal manera que su "plato" siempre esté lleno... y su codicia es insaciable, por lo que siempre querrán más y más.
Robert Hare, en su libro Sin Conciencia: El inquietante mundo de los psicópatas que nos rodean, nos hace una descripción de los psicópatas:
Los Psicópatas son depredadores sociales que encantan, manipulan y se abren camino en la vida despiadadamente, dejando atrás un amplio rastro de corazones rotos, expectativas destrozadas y billeteras vacías. Careciendo completamente de conciencia y sentimientos por los demás, ellos toman de manera egoísta lo que quieren y hacen lo que les place, violando normas sociales y expectativas sin el más mínimo sentido de culpa o arrepentimiento. Sus víctimas desconcertadas preguntan desesperadamente, '¿Quiénes son estas personas?' '¿Qué los hace ser como son?' '¿Cómo podemos protegernos?' [...]
Los psicópatas tienen lo que se necesita para defraudar y engañar a los demás: Ellos son elocuentes, encantadores, seguros de sí mismos, relajados en situaciones sociales, fríos bajo presión, imperturbables ante la posibilidad de ser descubiertos y totalmente despiadados [...]
Los psicópatas están, generalmente, muy satisfechos con ellos mismos y con su paisaje interno, por muy sombrío que pueda ser para un observador externo. Ellos no ven nada malo en sí mismos, experimentan muy poca angustia personal y encuentran su comportamiento como racional, gratificante y satisfactorio; nunca miran hacia el pasado con arrepentimiento o hacia el futuro con preocupación. Ellos se perciben a sí mismos como seres superiores en un mundo hostil donde el hombre es un lobo para el hombre, en el cual los otros son competidores por el poder y los recursos. Los psicópatas sienten que es legítimo manipular y engañar a los otros para obtener sus "derechos", y sus interacciones sociales están planificadas para superar la táctica de malevolencia que ellos ven en los demás.
Robert Hare