¿Por qué nos gustan los ojos azules?
Somos diploides.
Lo que significa que somos portadores de dos juegos de genes, la mitad de ellos proceden de nuestro padre y la otra mitad de nuestra madre.
Ser diploides tiene muchas ventajas, la más importante es que si heredamos un alelo peligroso de uno de nuestros progenitores, el otro puede minimizar el estropicio, pero ser diploide tiene también sus costes.
El coste es que cada alelo concreto ha de competir con su pareja.
Vamos a detenernos en el color de los ojos, algo que conocemos como herencia mendeliana. Hay dos alelos que controlan el color del iris, llamémosles A (pardo) y a (azul). Cada padre tiene un genotipo distinto que puede ser AA, Aa y aa, que combinado con el genotipo de la madre da lugar a tres combinaciones después de haberse reducido a la mitad. De tal modo que el niño será genotípicamente AA, o Aa o aa. El asunto sin embargo visto desde el fenotipo cambia, pues o bien se tienen los ojos pardos o bien se tienen azules.
. “Manifestará” significa que uno de estos alelos le ha ganado la partida al otro y como de todos es sabido los ojos pardos son dominantes, es decir el alelo A tiene preferencia sobre el alelo a. Decimos que el alelo a es recesivo.
Lo que nos permite predecir que los ojos pardos serán más frecuentes en la población que los ojos azules.
¿Pero por qué el alelo A es dominante?
Lo más probable es que la evolución le haya elegido por ser más adaptado. Es obvio que en la mayor parte de entornos con muchas horas de sol el color pardo protege mejor de las radiaciones UVA que el color azul. Y es por eso que es predecible que el color azul abunde en latitudes septentrionales, allí donde hay menos horas de luz.
El color azul es menos frecuente. ¿Pero es la frecuencia suficiente motivo para que nos resulte más atractivo?
No, no lo es. El color azul, como los ojos grandes, la piel blanca o la delgadez nos resultan atractivos porque son rasgos infantiles insertados en adultos y denotan juventud.
Observen:
¿Este mono?. Es obvio que este ejemplar despierta en nosotros un sentimiento de ternura. El mono nos parece mono por su vulnerabilidad, apela a nuestra protección, nuestro cariño. Ahora observen sus ojos.
Los ojos grandes y redondos son rasgos neotéricos y nos resultan atractivos porque nos comunican que sus portadores son jóvenes, es decir tienen un alto potencial de fertilidad. Es muy posible que la neotenia haya evolucionado en nuestros gustos precisamente porque resulta un buen señalamiento de fertilidad.
Disney lo sabía y conocía perfectamente esta tecla cuando diseñó sus personajes ya universales.
El pato Donald mostraba grandes ojos azules.
Y Mickey mouse que ha cambiado bastante con el tiempo siempre buscando esos ojos redondos, abiertos y aniñados que tanto nos gustan a los humanos.Y más tarde fueran elegidas por sus parejas.
Un mapa de frecuencias de distribución de ojos azules en Europa.
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