Lo has visto. Lo has sentido, una y otra vez. La mente está loca. No
para. Va de aquí para allá. ¡Salta incluso! Habla sola, repite cosas,
inventa, supone, hace conjeturas, imagina, insiste…
Permítele que juegue, que baile, que se divierta con sus locuras “allí
arriba”, pero no te inmutes. Mantente en eje, en el centro, en la
verdad. No le entregues tu corazón. Todo siempre es lo mismo, las mismas
ideas, los mismos recorridos, el disco rayado de la mente…
¿Qué más da? ¿Qué puede hacerte? Nada, nada de nada. No le des poder. No
la rechaces. No te resistas. Mira la locura tranquilamente. Tu infinito
y puro amor lo sabe, no hay verdad en ella. Y tú tienes destellos de
esta certeza.
Ella va a volver… sonríele a ese viejo torbellino…ya le has agarrado el
truco. No crees. No accionas. No te das a ese programa. No le juegas el
juego…sientes la fortaleza de la quietud. Y poco a poco calas hondo en
el silencio de tu preciosa esencia.
Gozo. Paz. Alegría de Ser
Alicia Orfila Rosa
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