Estar cansado tiene plumas, tiene plumas graciosas como un loro, plumas que desde luego nunca vuelan, mas balbucean igual que loro.
Estoy cansado de las casas, prontamente en ruinas sin un gesto; estoy cansado de las cosas, con un latir de seda vueltas luego de espaldas.
Estoy cansado de estar vivo, aunque más cansado sería el estar muerto; estoy cansado del estar cansado entre plumas ligeras sagazmente, plumas del loro aquel tan familiar o triste, el loro aquel del siempre estar cansado.