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Socio-Política: Ucrania
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De: Marti2 (Mensaje original) |
Enviado: 20/04/2014 07:15 |
Los tambores que anuncian el inicio de una gran guerra mundial
continúan repicando en Ucrania. La injerencia a fondo por parte de
EE.UU./UE/OTAN en la desestabilización de Ucrania entraña unas
connotaciones geopolíticas que van más allá del golpe de estado inducido
para instalar un régimen/laboratorio neonazi a las puertas de Europa.
Los acontecimientos conducen a conjeturar que con esta agresión se busca
alterarle el rumbo al orden internacional multipolar gestado en la
última década e impedir su consolidación, y en su lugar imponer un orden
internacional hegemónico, opresor, militar/mercenarizado y violento
capitaneado por la plutocracia de EE.UU.
La agresión político-militar desplegada por EE.UU./UE/OTAN para
forzar un nuevo orden internacional que responda a los intereses de
EE.UU. está develando que inevitablemente todos los caminos conducen
finalmente a una guerra frontal con China. Para llevar a cabo este
arriesgado sueño imperial, Washington y Bruselas tienen que
controlar/derrotar tres lugares emblemáticos: La Plaza Maidan, la Plaza
Roja, y la Plaza Tiananmen. Tarea no fácil, pero el desespero puede
llevar a cualquier demencial aventura, así ésta sea una pugna
intercapitalista.
Esta peligrosa jugada por parte de EE.UU./UE/OTAN es producto de la
pérdida de influencia y de poder global de EE.UU., cuyo declive
acelerado viene acompañado de una profunda crisis económica y energética
sin retorno. El modelo capitalista de producción depredó, destruyó y
agotó los recursos naturales y energéticos, y contaminó todos los
ecosistemas del planeta en su afán de acumulación. El crecimiento
económico es cosa del pasado. Sin energía es imposible crecer. Para
crecer económicamente se requiere aumentar el consumo de energía, y a la
inversa, sin aumento del consumo de energía es imposible crecer
económicamente. Por lo tanto, si un sistema basado en el crecimiento
económico infinito no puede crecer está abocado a un colapso societal.
El modelo capitalista ha llegado a su punto límite y ha comenzado su
implosión arrastrado por una crisis multidimensional inherente al propio
modelo. “La decadencia y caída del imperio global de Estados Unidos es el hecho más importante de la geopolítica en el mundo de hoy”
(1), el colapso está en camino y su impacto es de grandes proporciones
telúricas a nivel global. Ucrania acusa ser un revelador síntoma para
evitar que el sistema colapse. Esta encrucijada hace que los apetitos
imperiales de Estados Unidos en su huida hacia adelante por el control
de territorios y de los recursos que quedan conduzcan a una guerra
mundial nuclear.
El sistema capitalista estocado de muerte en el alma hegemónica
imperial ha entrado de lleno en un giro geopolítico de eje
geográfico/Asia/ acelerado. Los acontecimientos internacionales están
testificando que la transición de paradigma post imperial-USAmericano se
precipita a empellones, dejando a su paso profundas y graves crisis
económicas, sociales, ecológicas, políticas, culturales, éticas y
humanitarias. Ninguna transición y disolución imperial hegemónica puede
ocurrir sin crisis, violencia, ni guerras, así ese escenario sea el
menos deseado por la mayoría de la humanidad. Lo ideal sería que ésta
fuera pacífica, pero un poder hegemónico erigido a base de violencia y
de destrucción no va dar el paso al lado de manera pacífica para que
otros llenen este vacío.
La actual ofensiva geopolítico puesta en marcha en Ucrania por
EE.UU./UE/OTAN para remodelar el orden internacional -aparte de sus
peligros, costos y desenlace final- ha dejado al descubierto dos líneas
relevantes interrelacionadas que deben ser analizadas con atención:
instauración de un régimen/laboratorio neonazi en Kiev; y una gran
crisis energética en especial gas y el petróleo.
¿Por qué Ucrania es centro de rivalidad?
Ucrania juega un rol estratégico en los intereses y en las
aspiraciones hegemónicas de EE.UU. desde siempre en su afán por
controlar el mundo. Estas tendencias vienen desde tiempo atrás. A
inicios del siglo XX la teoría del “Heartland” de Halford Mackinder sostiene que “Quien
gobierne en Europa del Este dominará el Heartland; quien gobierne el
Heartland dominará la Isla-Mundial; quien gobierne la Isla-Mundial
controlará el mundo.” Y más concretamente quien domina el “Heartland”, domina el mundo, especialmente si controla Ucrania.
La particular situación geopolítica de comienzos del siglo XXI revive
y da un nuevo impulso y valor funcional a la región euroasiática como
segmento espacial a controlar para dominar el mundo, lo cual choca
frontalmente con las visiones geopolíticas del euroasianismo ruso y de la alianza sino-rusa de revivir la Ruta de la Seda.
Este nuevo impulso en “occidente” vendrá de las pretensiones imperiales
delineadas por el estratega de seguridad de EE.UU. Zbigniew Brzezinski,
quien enfatiza la doctrina que el Estado que domine este vasto
continente, el cual constituye un eje geopolítico, de hecho controlaría
dos de las tres regiones económicas más productivas y avanzadas del
mundo, subordinaría a África y tornaría el hemisferio occidental y
Oceanía geopolíticamente periféricos. En Eurasia, vive el 75% de la
población mundial y están depositadas 3/4 de las fuentes de energía conocidas en todo el mundo.
Y más en concreto afirma que “Rusia sin Ucrania deja de ser un imperio,
pero Rusia con Ucrania sobornada y luego subordinada, automáticamente
se convierte en un imperio”. Estos parámetros expuestos muestran por qué
EE.UU./UE/OTAN están dispuestos a jugar sus últimas cartas en una
aventura bélica en Ucrania; y además, por qué en sus propósitos de
alcanzar sus metas de dominio y control de Eurasia no existe parámetros
de ninguna especie que les impida acudir a los métodos y alianzas
execrables, como el apoyo a grupos neonazis y extremistas violentos de
derecha.
En el complot dirigido y patrocinado por EE.UU./UE/OTAN para derribar el gobierno de Viktor Yanukóvich
y empotrar un régimen neonazi en Kiev, hace gala de la combinación de
una serie de elementos entrelazados que deben ser analizados.
Laboratorio neonazi en Kiev
En Ucrania no se empleó el típico golpe de estado blando
sustentado en el modelo “revolución de colores” del Albert Einstein
Institution, de Gene Sharp, en este caso se recurrió a la aplicación de
diferentes instrumentos para llevar a cabo el golpe de estado. Estos van
desde la utilización de la protesta social pacífica hasta métodos
abiertamente radicales, en los que prevalecen formas de violencia
extrema apuntaladas con grupos neonazis y extremistas nacionalistas y
mercenarios-francotiradores.
Cambios y variantes al modelo de Gene Sharp ya se habían visto
en Egipto, Libia, Siria. Allí se acude abiertamente a yihadistas
islámicos como complemento central. En el actual complot en Ucrania por
su importancia geoestratégica se sincronizan, se actualizaron y se
ejecutan nuevos mecanismos. Por un lado tenemos el modelo de “golpe de
estado blando” con toda su parafernalia: la mass media corporativa de “occidente” acusando de lo peor y demonizando hasta el paroxismo al gobierno de Yanukóvich, a Rusia y en especial a Putin (Nota: aquí
el autor de ninguna manera está afirmando que Yanukóvich y Putin sean
unos santos, se está es analizando el desarrollo de los acontecimientos
de rivalidad intercapitalista); las ONGs actuando a tope para velar
por los “derechos humanos” y las “libertades civiles y democráticas”.
Además, ahora encontramos que las cancillerías, embajadas, parlamentos e
instituciones de EE.UU., Unión Europea, Canadá, OTAN, OSCE, tienen una
nueva misión diplomática participar abiertamente y en masa en las
revueltas de la Plaza Maidan de Kiev, abrazados de partidarios de la
neonazi Svoboda de Stepan Bandera y del Sector Derecho.
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De: Marti2 |
Enviado: 20/04/2014 07:16 |
Por otro lado, esto va acompañado con la participación de
multinacionales como Chevron orientadas a la apropiación del gas
esquisto de región oriental de Ucrania –en cualquier análisis con
relación a Ucrania es básico ver el papel que juegan las multinacionales
en la crisis-. La firma de un acuerdo de 10 mil millones de dólares
para la producción compartida de gas esquisto entre el gobierno
ucraniano y Chevron, es tomado desde Washington como un paso en
dirección de la independencia energética de Rusia, y en la tradición de
unir los intereses de las corporaciones multinacionales bajo el paraguas
y pretexto de la seguridad nacional de EE.UU. Al respecto el International Business Times afirmó
que “el acuerdo de Chevron con Ucrania fue apoyado por USA como parte
de su estrategia de seguridad nacional para ayudar a reducir la
dependencia energética de Europa y de Kiev de Rusia.” A la par de esto,
la multinacional Cargill apunta al control de la producción de los
alimentos fortaleciendo la posición comercial de la corporación en uno
de los negocios al invertir más de 200 millones de dólares en las acciones de UkrLandFarming (Financial Times,
enero 12, 2014). Esta empresa ucraniana que posee 500 mil hectáreas de
tierra, es la octava cultivadora de tierra más grande del mundo y el
segundo mayor productor de huevos. Cargill también tiene en Ucrania
negocios en plantas de procesamiento y terminales de exportación en el
Mar Negro. Seguramente necesitaba un puerto para aumentar el grado de
control sobre el mercado. No se debe olvidar la importancia mundial
agrícola de Ucrania y de la franja de tierra de gran fértil que abarca
la mayor parte de las llamadas “tierras negras” o chernozem,
al centro y oeste del país. Y para completar el cuadro, Monsanto, la
empresa de semillas transgénicas más grande del mundo, también está
ganando espacio en Ucrania donde ya controla el 40% del mercado de
semillas. Jugada comercial de control agrícola que busca cerrarle
espacio a China en el mercado ucraniano. Lo cual se puede inscribir
dentro de las guerras por las tierras fértiles y la alimentación
desatada a nivel mundial.
Esto se complementa con las medidas que el gobierno neonazi títere de
Kiev ha comenzado a tomar para preparar al país para “que afronte las dolorosas pero necesarias reformas sociales
y económicas” impuestas por la medicina del FMI. Una de los primeros
requerimientos del FMI es que los subsidios al gas de los hogares se
reduzcan en un 50%. Otros requisitos onerosos del IMF incluyen recortes a
las pensiones, en el empleo estatal y la privatización de los activos y
propiedad del gobierno (traducción: que las corporaciones
occidentales puedan comprar a precio de regalo los bienes públicos); así
como otras reducciones en los programas de gastos sociales en Ucrania (Voice of Russia: Ukraine’s economic crisis: Who benefits? Who pays?).
El laboratorio neonazi/neofascista de Kiev no es un mero hecho coyuntural para Ucrania o para ciudadanos de tercera o cuarta clase.
Ese es el modelo que UU.EE., la Unión Europea, Canadá y en los países
del autoproclamado “occidente” vienen adecuando y refinando para
implantar en sus propios países. La pérdida y la restricción continuada
de las libertades civiles, políticas, sociales y derechos democráticos
avanzan a pasos agigantados. Las demandas sociales y políticas son
acalladas. Nada de esto existe mientras no esté en la falsimedia
corporativa. La protesta ciudadana es criminalizada y penada
severamente. El desmonte del estado de bienestar es a marchas forzadas y
a golpe de decreto. Todo lo público y los bienes comunes son saqueados.
El control e interceptación de todas las fuentes de información y a
todos los ciudadanos, pese a ser uno de los más aberrantes ataques a la
libertad, no es otra cosa que el miedo de estas plutocracias y sus amos.
Las legislaciones nacionales del autoproclamado occidente se
están ajustando a un modelo neofascista en ciernes para ser aplicado a
sus ciudadanos. Por ello, EE.UU./Obama, el gobierno de Canadá y los
gobiernos de Europa salieron presurosos a afirmar y ratificar que el
gobierno títere neonazi montado en Kiev tras el golpe de estado es un “gobierno legítimo”.
Ese experimento puesto en escena en Kiev es todo un laboratorio
neonazi/neofascista que esperan trasladar depurado a sus propias
naciones. Un ejemplo palmario de lo que puede pasar en inmediato futuro
es la destitución del periodista finlandés Jari Sarasvuo (ver: http://rawnata.blogspot.se, Känd finsk programledare Jari Sarasvuo fick sparken; y en Helsingin Sanomat www.hs.fi/)
y el cierre fulminante de su programa por entrevistar al catedrático de
la Universidad de Helsinki, Johan Beckman, quien exigió la liberación
de Europa de la “junta fascista” ucraniana y acusó al canciller de
Finlandia de apoyo a los nazis.
Que nadie se llame a engaño. Alguien puede imaginarse a EE.UU.,
la Unión Europea, Canadá, la OTAN, entregándole 5000 millones de dólares
a unos grupos ucranianos sin saber quiénes eran éstos (dinero
confirmado por la misma la Secretaria de Estado adjunta Victoria Nuland).
Ni quiénes son los que conforman esos grupos, y mucho menos darse por
enterados quiénes son sus líderes. Naturalmente que todos sabían que sus
pupilos/marioneta encargados del golpe eran miembros de grupos neonazis
y de extrema derecha. Este monto económico aportado no es una bicoca,
ni tampoco gratis. Ante la magnitud de los objetivos occidentales
se podría pensar que es mucho más dinero. La infraestructura y los
niveles de coordinación entre los interesados en el caos y el complot
contra el gobierno de Yanukóvich y el control de Ucrania pueden ser
mucho más oscuros de lo que cualquier mente pueda imaginar. La apuesta
de EE.UU./UE/OTAN es una jugada geopolítica temeraria, pero ante la
crisis multidimensional por la que están atravesando los conduce
inevitablemente a esa aventura.
Crisis energética: Gas y petróleo
La crisis económica mundial galopante desde 2007/2008, y en especial, en los países desarrollados (mal-desarrollados
es la mejor definición), se debe a la escasez y el declive de los
hidrocarburos. Al no poder disponer de ingentes cantidades de energía en
el mercado, fundamentalmente de petróleo, hace que el complejo sistema
industrial y tecnológico, sustentado en esta fuente de energía, no pueda
funcionar y mucho menos crecer. Por consiguientemente, el sistema al no
poder continuar con su crecimiento y su consumo sin límites entra en
crisis. El sistema ha chocado con un mundo que es finito, realidad
física de la cual no se puede escapar: el cenit del petróleo.
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De: Marti2 |
Enviado: 20/04/2014 07:18 |
El cenit del petróleo que ya hemos pasado, y que la propia Agencia Internacional de la Energía en su informe anual de 2010 (World Energy Outlook 2010)
finalmente reconoce, y afirma que éste tuvo lugar en 2006. Además,
muchos expertos y estudios señalan que el cenit de los hidrocarburos más
el uranio tendrá lugar en 2018, de ser así estamos ante un problema muy
grueso. Estas gráficas de diferentes reportes lo ratifican: el de la
izquierda es de Energy Watch Group: Fossil and Nuclear Fuels, the Supply Outlook 2013. Y el otro tomado de The Future.
Esto cambia el panorama y le da un vuelco total a las políticas de
seguridad y a relaciones internacionales de los países de las economías (mal)desarrolladas,
pues en su afán de garantizar el acceso, disposición, transporte y
control de los recursos energéticos chocan frontalmente con los
intereses de otros países y poderes que también están compitiendo por
los mismos escasos recursos. Por ello, EE.UU./UE/OTAN han estado
involucrados en la última década en cantidad de agresiones e invasiones a
países que cuentan todavía con recursos como gas y petróleo, o con
abundante agua dulce y tierras fértiles.
En la actual situación internacional de crisis, Ucrania es una puerta
crucial en la búsqueda del control de los hidrocarburos de Rusia y de
las regiones del Mar Caspio y de Asia Central. Ucrania es una zona
geoestratégica que juega un papel central en la estrategia de EE.UU. en
sus ansias de hegemonía global. Con esta arremetida Washington, en
primer lugar, busca sacar a Rusia de Ucrania y a su vez, quitarle la
posibilidad de acceso al Mar Negro y a las aguas del Mediterráneo.
Segundo, correr las fronteras de la OTAN si es posible al centro de la
Plaza Roja. Tercero, desmembrar a Rusia para controlar sus hidrocarburos
y su vasto territorio. Cuarto, tratar de estrangular a China por sus
flancos norte y occidental como refuerzo de la llamada política del
“pivote Asia-Pacífico” de Obama, para entrar a asestarle de golpe de
gracia.
Por lo tanto, nadie se puede auto-engañar o dejarse engañar. Aquí todo
tiene que ver con petróleo y gas: energía. Petróleo es casi sinónimo de
poder. La trama ucraniana de EE.UU./UE/OTAN obedece al acceso y control
del petróleo y el gas de Rusia, Mar Caspio y Asia Central. Sin energía y
sin petróleo no hay posibilidad de sostener la máquina de dominio y es
imposible parar la caída del imperio. Sin petróleo el dólar chatarra es
eso chatarra, pues no hay fuerzas armadas, ni misiles amenazantes que lo
impongan como moneda global.
La “aparente sensación de empate” que se presenta en la crisis
ucraniana encierra muchos peligros escondidos. Esto no para ahí. Por un
lado, porque EE.UU. y sus aliados europeos aunque estén contentos con
su gobierno-títere neonazi en Kiev, no se van a quedar satisfechos con
lo logrado. Y por el otro lado, Rusia no duerme tranquila pese a la
rápida adhesión de Crimea tras el masivo referendo autodeterminación.
El forzoso alto en la marcha al que se vio obligado EE.UU./UE/OTAN,
tras la rápida jugada del Kremlin al consolidar su posición en Crimea y
de un control seguro de la base militar de Sebastopol, es un simple
interregno para preparar los siguientes pasos. Mientras tanto, la
obscura realidad es maquillada con sanciones y expulsiones de organismos
que ya no juegan un papel preponderante en el contexto internacional.
La pregunta que surge es ¿qué obligó a EE.UU./UE/OTAN a hacer este
alto en la marcha de conquista? Respuesta, la carencia y garantía de
insumos energéticos (gas y petróleo) suficientes y seguros que permitan
seguir a delante con la agresión.
Por tal motivo, petróleo y gas y su garantía de abastecimiento es el
tema recurrente en actual la crisis ucraniana por parte de las élites
gobernantes europeas y de EE.UU., asunto que contiene dos vertientes
centrales: 1) que los países de Europa no disponen de gas y petróleo, y
2) que Europa en gran parte depende las importaciones de gas y de
petróleo de Rusia.
Esta baza a favor de Rusia y el hecho de que Moscú pueda cortar el
suministro de energía hace que las agresiones se detengan un momento,
mientras se resuelve cómo garantizar el abastecimiento para que la
economía europea no se vea comprometida y paralizada. Ante esta
circunstancia han surgido las más variadas soluciones y respuestas.
Estas van desde acudir a la supuesta abundancia e independencia
energética de EE.UU. para usarla como arma energética estratégica contra
Rusia, hasta llegar a plantearse el supuesto abastecimiento energético
con gas del norte de África.
Ninguna de estas alternativas son reales, ni tampoco fáciles de
concretar, por más que sus líderes las den como ciertas. En cuanto al
gas procedente del norte África, surge una inquietud, si esa vía puede
abastecer con tanto gas a Europa por qué no se ha puesto en marcha de
tiempo atrás. Y súmele a esto que Europa no cuenta con gasoductos, ni
con plantas de licuefacción de gas en Europa. Ni con plantas de
almacenamiento de grandes cantidades. Por lo tanto, esto para
tranquilizar a los ciudadanos puede estar bien, pero con meros deseos
no basta para garantizar la seguridad energética de un continente que no
cuenta con petróleo y gas.
Con relación a la abundancia de gas y de petróleo de EE.UU.
encontramos argumentaciones de que Washington podría suplir las
necesidades de gas de Europa o, como afirma Angela Merkel que “El gas estadounidense podría ser una opción”.
Sabrá Merkel lo que esconde la historia del gas esquisto, que no existe
tal abundancia que permite exportar, y que esto no es más que una gran
burbuja energética más parecida a una pirámide Ponzi. Que el decline del gas esquisto de Estados Unidos ya está en camino como lo señala este artículo de Oil Price.com “Shale Bust: North America Natural Gas Production set to Seriously Decline”.
Además, Ella debería saber que los inversores están huyendo del negocio
por la baja rentabilidad y la oposición de los habitantes de los
lugares afectados por el fracking, por los graves problemas de
contaminación medioambiental. Ella y los gobernantes europeos podrían
consultar el completo estudio sobre el tema: “Baby, Drill, Baby” de David Hughes, para que no especulen con el gas pizarra de EE.UU., ni de Polonia.
Veamos cómo quedan las pretensiones de inundar a Europa con gas
estadounidense, escuchemos que dicen al respecto los militares y
expertos que se reunieron en la última cumbre de diciembre del Dialogo Transatlántico de Seguridad Energética.
Afirma el coronel US Army Daniel Davis: “La producción del gas pizarra
de USA ha soportado una meseta en el último año que es poco probable que
consiga mantener la sostenibilidad a largo plazo debido al modo
impresionante de las altas tasas de declive, y debido a que gran parte
de la producción proviene sólo de dos o tres campos.”
Y qué hablar de crear una “unión energética europea”, esto parece más
un pomposo discurso para el oído de los ciudadanos europeos. Es algo
así como no hace falta el gas ruso, no lo necesitamos. No se preocupen
que si vamos a la guerra les garantizamos que no pasarán frio en el
invierno. La pregunta es dónde están los hidrocarburos, quizá la UE
cuenta con los recursos de otros países.
Asimismo el petróleo esquisto de EE.UU. tampoco inundará a Europa. La
abundancia e independencia procedente del boom petróleo esquisto ha
tocado las cumbres del pico y comienza su declive acelerado.
Contemplemos la relación que presenta BP para el año 2012 con relación a
importación/exportación de EE.UU., para ver si de verdad puede enviar
petróleo a los sedientos países europeos. EE.UU. produjo 8.9 millones de
barriles diarios, consumió 18.5 Mbd e importó 10.5 Mbd. Según la U.S. Energy Information Administration
(EIA), en enero de 2014 el consumo fue de 18.89 Mbd y su producción de
8.39 Mbd, lo cual indica que tiene un déficit de 10.5 Mbd, que deben
importar. Por lo tanto, en dónde está el petróleo para enviar a Europa y
evitar la dependencia de las importaciones europeas procedentes de
Rusia.
Al mismo tiempo, encontramos información que corrobora cuál será el
devenir del boom energético de EE.UU. en el corto tiempo, y existen
muchas preguntas sobre qué va a pasar cuando la burbuja procedente del
gas y petróleo pizarra se desinfle. Le Monde de Francia se pregunta “Según Washington, el boom del petróleo de esquisto estadounidense alcanza el pico en 2016. ¿Después qué?” Por su parte Christian Science Monitor, enero 21 de 2014, pregunta “Qué pasará cuando el boom del shale finalice?” Mientras que Bloomberg, feb. 27 de 2014, se refiere a que “El sueño de la independencia del petróleo de USA le tira la puerta por la cara contra los costos del petróleo pizarra”. Y Wall Street Journal, enero 28 de 2014, preocupado por los negocios se refiere a que “Las grandes compañías petroleras luchan para justificar los crecientes costos de los proyectos”. Y a manera de remate tomemos lo que dice el experto Arthur Berman en una entrevista el 5 de marzo de 2014: Seamos honestos, después de todo. La producción de combustibles pizarra no es una revolución, es una fiesta de jubilación. (Oilprice.com y en Produktionen från Skiffer är inte en Revolution utan ett Pensionärsparty!).
Lo anterior completa el cuadro. Esto sugiere y reitera que la
aparente “calma que se presenta” en la crisis ucraniana, post-adhesión
de Crimea a Rusia, es un periodo de preparación mientras EE.UU./UE/OTAN
resuelven de manara expedita y “segura” el problema central: los
energéticos, para poder seguir con los planes de copar a Ucrania,
desmembrar a Rusia y continuar la marcha a Pekín.
Aquí en este momento del análisis es que aparece de forma diáfana la
pieza del puzle energético que hace falta en toda esta aventura bélica:
Venezuela. Los hidrocarburos de Venezuela son los que van a garantizar
que EE.UU./UE/OTAN puedan continuar con sus pretensiones de imponer un
nuevo orden internacional hegemónico. La desestabilización del gobierno
de Nicolás Maduro es parte de la obra geoestratégica. Por lo tanto, lo
que viene para Venezuela es un ataque con la combinación de todos los
instrumentos posible de parte de Washington para derrocar al gobierno
bolivariano, pues ese petróleo es requerido con urgencia. Ese petróleo
para EE.UU. es la garantía de que no desaparezca de la escena
internacional como imperio. Aquellos países que cuentan con recursos
energéticos suficientes y que pueden ser apropiados para los intereses
de EE.UU., deben esperar la misma medicina. País que cuente con gas o
petróleo será agasajado con “bombardeos humanitarios” y la democracia le
llegará con drones.
A manera de conclusión hay que resaltar el selecto gambito Sebastopol Севастóпoль
de Putin, de la profiláctica defensa Crimea que acusa extenderse por el
flanco oriental, y que su vez, amenaza por rayos X con su poderosa
pareja de alfiles: gasífero y petrolífero, el corazón de la industria y
de la economía jadeante europea que no vislumbra signos de recuperación.
El Zar prepara enroque corto, mientras se introducirse en las complejas
estrategias del weiqi围棋(Go), juego de los eruditos chinos. Todo acontece bajo la atenta mirada de los bric+s, jugadores de un moderno chaturanga.
Pero a pesar de tan rápidos movimientos y de las obligadas alianzas
defensivas para detener el monstruo, en el tablero global danza
amenazantemente una guerra mundial nuclear. En el escenario global, el
orden mundial que más probable se percibe es el de un
darwinismo social militar-mercenarizado regido bajo dictámenes de un
neofascismo social, capitaneado por la plutocracia de EE.UU. y secundado
por la Unión Europea e Israel. Si esta seria amenaza a la
humanidad no logra ser contenida por los poderes que han venido
consolidando el orden internacional multipolar actual, el futuro será
demasiado aciago. Y si a la par de esto, los pueblos del mundo y sus
luchas no cuentan con la suficiente unidad y fortaleza el futuro de las
nuevas generaciones será sombrío. Por ello, todos los esfuerzos y las
luchas que se emprendan para detener a la barbarie puesta en marcha son
una conquista. Cada segundo que se gane para evitar que el leviatán
avance es un tiempo valioso para la humanidad. El aleteo de la mariposa
puede desencadenar olas de emancipación social y política a nivel global
y la sed de libertad de los pueblos puede derribar imperios.
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Notas:
1. John Michael Greer: Decline and Fall. The end of empire and the future of democracy in 21 century America. Ed. New Society, 2014.
Agropolis
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De: Marti2 |
Enviado: 20/04/2014 07:21 |
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