Los pensamientos, los sentimientos, las palabras y las emociones son energía.
Si nuestros pensamientos son positivos, obtendremos resultados positivos;
si por el contrario tenemos pensamientos negativos, crearemos una realidad negativa.
Después nos preguntamos por qué nos pasan las cosas.
Se ha descubierto que el 80% de nuestros pensamientos se repiten constantemente; de los cuales, cerca del 78% son pensamientos negativos y el otro 22% son pensamientos positivos.
Dense cuenta que el 80% de esos pensamientos negativos se repiten constantemente.
¿Cómo vamos a crear fácilmente lo que deseamos de la vida?
La mayor parte de los logros se nos hacen cuesta arriba, los vemos muy difíciles como resultado de esa cantidad de pensamientos negativos.
Sin embargo, uno de los mayores poderes que tiene el ser humano, es ser capaz de cambiar su programación mental.
Tenemos el poder de elegir los pensamientos que queremos tener, de acuerdo con la realidad que deseamos crear para nosotros.
Dependiendo de los pensamientos que tengamos en nuestra mente, así va a ser el mundo que nosotros vamos a ver.
Si nuestra mente la tenemos llena de pensamientos de miedo, fíjense el mundo que vamos a ver: un mundo donde no nos sentimos seguros, lleno de amenazas y opresiones.
¿Te gusta ese mundo?
Pero si nosotros tenemos en nuestra mente pensamientos de amor, nos conectamos con pensamientos de amor, con esa mente amorosa vamos a ver el mundo.
Te preguntarás
¿Cómo hago para cambiar esos pensamientos y que mi realidad sea bonita? ¿Cómo puedo crear esa realidad donde tenga buenas relaciones con mi familia, con mi pareja, tenga un empleo que me gusta, sea próspero y exitoso?
Todo eso es éxito, tener una estabilidad emocional y psicológica, tener entusiasmo por la vida y gozar de buena salud es parte del éxito.
Pero, como les decía al principio, a veces pensamos que éxito es fama, dinero y poder. Esos conceptos antiguos no nos funcionan en la actualidad.
Hoy día, para ser exitosos tenemos que realizar un trabajo interno, porque el éxito no viene de afuera para adentro, sino de adentro hacia fuera.
Ninguna persona que no haya hecho contacto con el amor que está dentro de ella es exitosa; puede que tenga dinero y posesiones materiales, pero habría que preguntarse hasta que punto esa es una persona feliz.