- Eres mi igual, mi cuerpo se refleja
- en la sinuosidad de tu figura;
- eres el eco de mi voz, la oscura
- gana carnal que a solas te festeja.
-
- Sombra que en la penumbra no me deja
- ceñir el círculo de su cintura,
- sombra que, al perseguirla, se apresura,
- sorda al clamor de mi incesante queja.
-
- Ante el espejo, utópica ventana
- a tu mundo en ausencia, qué cercana
- y qué lejos estás, amada mía.
-
- Cristal que nos acerca y nos separa
- que esconde la tibieza de tu cara,
- dejando el alma triste y la piel fría.