Reusar,
reusar, reusar. Convirtamos esta palabra en un mantra. En vez de nuevas
construcciones, que implican más extracción de materiales y recursos de
la tierra, reusar es la palabra clave: echar mano de lo que ya tenemos y
reconvertirlo si es necesario para otros usos.
Las posibilidades que tenemos son casi infinitas, tantas como bucles haga nuestra imaginación. Y, como muestra, este hotelito en Sasbachwalden,
un pueblo de viticultores en la Selva Negra alemana. ¿Dónde han
enfocado su creatividad en una tierra que vive de las vides y el vino?
Pues en las gigantescas barricas de roble cuando estas ya no sirven para
la eleboración vinícola.
En una granja de Sasbachwalden,
con 6 hectáreas de vides, han aprovechado las barricas para crear
inusuales miniapartamentos turísticos: en siete lugares diferentes de la
granja, han situado dos barricas, una que hace de dormitorio, y la
otra, con un minicomedor y un baño. Alrededor, un pequeño jardín rocoso,
flores y un banco de madera desde donde contemplar las preciosas vistas sobre el valle.
Los
dormitorios-barril cuentan con camas dobles o separadas, a elegir, y
están climatizados para poder recibir visitantes en el crudo invierno
alemán.
Su oferta de una noche para dos personas, con desayuno,
cesta regalo con varias botellas de vino, panes, pasteles y salchichas,
sale a 156 €.
No es barato, pero la idea nos gusta. ¿Alguien se apunta a hacer algo similar en nuestros lares?
Más información: Schlafen im Weinfass