Cómo cultivar el OPTIMISMO
Lograr nuestros objetivos, enfrentar cualquier reto y superar los fallos depende en gran medida del optimismo con que vivamos nuestra vida. Aunque no todos vemos la vida de la misma forma, siempre podemos entrenar a nuestra mente para generar o mantener el optimismo.
Nuestro cerebro es un órgano que debemos entrenar. Así como hacemos ejercicio para mantener un corazón o pulmones saludables, nuestro cerebro requiere de ciertos cambios para explotar todo su potencial. Solemos prestar más atención o retener mayor cantidad de información negativa. Esto no es del todo malo, al tomar en cuenta y enfrentar nuestros fallos adquirimos las habilidades para encontrar mejores soluciones en el futuro. Pero si estas ideas concentran toda nuestra atención, recaemos en el pesimismo y las ideas negativas.
Aumenta conscientemente tu optimismo
Nos concentramos en los aspectos negativos de forma inconsciente y es importante que nos esforcemos para cambiar esto de forma consciente y deliberada. Los siguiente tres consejos te ayudarán a cambiar tu perspectiva:
1. Cambia los pensamientos negativos
Cada vez que tengas un pensamiento negativo, combátelo con uno positivo. Nuestras mentes alojan los recuerdos negativos y los hacen más grandes y significativos de lo que en realidad son. Para restarles importancia,
debemos analizarlos y verlos de forma más objetiva. El siguiente paso es restarles importancia al compararlos con recuerdos relacionados o similares que sean más agradables.
De esta forma les damos un cambio radical y seleccionamos nuestros nuevos pensamientos. Esto requiere de un proceso de aprendizaje que nos llevará algún tiempo de práctica, pero con un paciencia lograremos los resultados deseados.
2. Expresa gratitud
Los eventos negativos son acrecenados por nuestra mente a menos que los equilibremos de forma consciente. Cuando te enfrentes a un reto, es recomendable hacer un balance de lo que va bien. Al tomarnos el tiempo para hacer esto nos permitimos registrar los aspectos positivos que vivimos.
Para ayudar a que el cerebro guarde estos eventos positivos,
debemos darnos un tiempo cada semana para analizar aquello por lo que debemos estar agradecidos. El siguiente paso es escribir o hacer saber a nuestros seres queridos que los queremos y por lo que estamos agradecidos con ellos.
3. Repite afirmaciones positivas
Un elemento clave para que el optimismo que conseguimos con los dos pasos anteriores son las afirmaciones positivas.
Los mensajes que nos repetimos con mayor regularidad son los que nos creemos y determinan nuestra visión de la vida. Estas repeticiones se deben repetir con verdadera convicción y ser una constante en tu vida diaria.
Puedes iniciar con una o dos afirmaciones que representen los valores que deseas vivir y las metas que buscas alcanzar, por ejemplo: “cada día estoy mejor” o “este es mi mejor momento”. La repetición de frases similares a estas permitirán que tu mente interprete de forma distinta los eventos negativos, te hará más fuerte ante ellos y mantendrás el optimismo.