Cuando
vemos una rueda girar, parece estar toda en movimiento, pero hay un
punto en el centro que aún girando, no cambia de lugar, ese es su eje. La
mente es como una rueda que anda y anda. ¡pero debemos encontrar el eje
si no queremos marearnos! Es de ese eje donde nos vamos cuando la mente
nos gana. Estamos en todos los movimientos de la rueda pero nos fuimos
del centro.
Y allí comienza la dualidad: estamos aquí, pero
queremos estar allá. Vamos del gusto al disgusto en minutos. Estamos
en acción, pero no estamos en paz. En cambio, cuando estamos en
silencio, podemos volver al centro sin importar lo que esté ocurriendo
alrededor. La mente se pasea, pero nosotros estamos en el centro. Y allí
es donde está la paz.
Julio Bevione ( Libro: Silencio-Vivir en el espíritu)