Muchos
de nosotros sentimos que sólo podemos mostrar nuestro lado fuerte,
confiado. Creemos que la cara que tenemos que mostrarle al mundo debe
ser siempre de educación, perfección, calma, fortaleza y control.
Aunque ciertamente es bueno y a menudo
apropiado estar bajo control, calmados y fuertes, todos tenemos otro
lado, esa parte de nosotros que se siente necesitada, que se asusta, que
tiene dudas y que se enoja. Esa parte nuestra que necesita cuidados,
amor y que la tranquilicen de que las cosas van a salir bien. Expresar
estas necesidades nos hace vulnerables y menos que perfectos, pero este
lado nuestro también necesita de nuestra aceptación.