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Caminos para curarnos: APITERAPIA Dr. Julio Cesar Diaz
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De: Marti2  (Mensaje original) Enviado: 07/10/2014 02:28



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De: Marti2 Enviado: 07/10/2014 02:29


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De: Marti2 Enviado: 07/10/2014 02:31


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De: Marti2 Enviado: 07/10/2014 02:37

Es lógico relacionar la picadura de abeja -técnica de apiterapia- como algo doloroso, pero cada vez hay más personas que la utilizan con el fin de tratar un dolor o una enfermedad. Aunque desde tiempos inmemorables muchos apicultores han tenido conocimiento de esta práctica, y la han llevado a cabo entre familiares y amigos, poco de este legado ha trascendido a la sociedad. Por eso en España solo existe alrededor de una decena de apiterapeutas, muchos de ellos formados de manera autodidacta o que han aprendido de la mano de algunos apicultores los beneficios de lo que producen las abejas –como la miel, el polen, la jalea real, el propóleo o la apitoxina-. 

Artritis, asma, psoriasis, esclerosis múltiple, laringitis, depresión, entre otras muchas patologías, están en la lista de dolencias que, según los apiterapeutas consultados, se pueden tratar con este tipo de medicina alternativa. “Los componentes del veneno de abeja y los de la colmena ayudan a que el cuerpo cure”, comenta Pedro Pérez. Este terapeuta, que empezó a trabajar con abejas en los años ochenta, ha desarrollado una técnica que consiste en poner a la abeja a una cierta distancia de puntos del cuerpo sobre los que actúa la acupuntura, “y ella sola pica cuando pasa sobre el punto alterado”, explica Pérez. “Las abejas no son agresivas, son defensivas”, recuerda. 

Una práctica no regulada
Como la medicina alternativa es alegal en España, no existe ninguna escuela oficial donde se imparta esta doctrina, lo que favorece que personas con poco conocimiento sobre la materia puedan tratar dolencias. No obstante, quien la aplica debe ser un profesional “fiable y con experiencia”, recomienda el doctor Felipe Lucena, del Hospital Universitario Príncipe de Asturias y profesor de la Universidad Alcalá de Henares. Lucena advierte que la terapia con picadura de abeja “puede producir problemas muy serios de alergia o procesos inflamatorios locales sin obtener el efecto deseado y puede hacer interacción con otros medicamentos”. Además, está contraindicado para embarazadas y personas con marcapasos. Por su parte, el Colegio de Médicos de Barcelona no ha querido valorar la eficacia de esta técnica, desconocida entre sus colegiados. 

Desde el punto de vista científico, aclara Lucena, el veneno de la abeja como analgésico y antiinflamatorio “tiene efectos químicos muy potentes”, y prosigue: “Hay otra perspectiva menos académica, pero totalmente respetable, y es que también podría ser eficaz la inyección de este veneno en los puntos de acupuntura”. También reconoce que “está comprobado” el efecto beneficioso de la acupuntura en determinadas patologías, aunque considera que hay que tener en cuenta hasta qué punto “el efecto placebo” puede influir en el resultado de estos tratamientos no convencionales.

“Conocí la apiterapia por recomendación de un amigo que se ahorró una operación de espalda”, comenta José Manuel Herranz. Este paciente, a quien le han diagnosticado cuatro hernias discales, asegura que después de someterse a nueve sesiones con picaduras de abeja no solo el dolor que sentía “ha remitido”, sino que, además, ha retomado actividades deportivas que llevaba años sin hacer, como esquí acuático. “Es lo único que me ha funcionado”, afirma, aunque también reconoce que ha pasado por varias operaciones quirúrgicas. Como ocurre en otras disciplinas de la medicina alternativa, en las sesiones con abejas el terapeuta suele explorar el estado de ánimo del paciente. “Sales de la sesión muy fortalecido, con una inyección de moral y fuerza interna”, apostilla Herranz. 

“La apiterapia tiene una ventaja muy grande, y es que el paciente que se quiere someter a ella está decidido”, añade el apiterapeuta Josep Brossa, “tiene que haber una aceptación por parte del paciente” del dolor que provoca la picadura de abeja. Por este motivo, comenta, “hay siempre una actitud mejor ante la enfermedad” que la que puede haber en otro tipo de tratamientos, donde el paciente tiene un papel más pasivo, lo cual también podría traducirse en una mayor tasa de éxito. 

El efecto ‘rejuvenecedor’ de la apiterapia
Además de tratar el dolor y enfermedades que lo provocan, hay quien utiliza la picadura de abeja contra el envejecimiento. Este es el caso del apiterapeuta Alberto Moreno, que asegura que el efecto que el veneno de la abeja tiene sobre la piel es “como un botox natural”. Por su parte, Pérez explica que este fenómeno no se debe solo al potencial del veneno, que ayuda a que la piel tenga un aspecto más jovial, sino que la apiterapia “mejora la expresión facial de la persona porque se encuentra mejor”. En este sentido, algunos laboratorios cosméticos han apostado por las propiedades de los componentes del veneno de abeja y de la colmena para lanzar al mercado productos que actúan contra el envejecimiento y la apariencia de la piel.



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