Es extraño extrañar lo que nunca se tuvo,
lo que nunca existió;
mientras se leen de nuevo los besos entre las líneas
de una historia que nunca fue escrita.
Es extraño sentir esa caricia,
con un aroma ajeno en la piel...
recordar la calidez en la mirada
de aquel ser que se desconoce.
O sentir la electricidad del roce ausente
en la lejana esencia que se respira
al contemplar en la distancia
a ese amor que no pudo ser.