Desea, desea y desea y luego quita tu mente del lugar de tus deseos.
Confía, confía y confía, entendiendo qué, todo eso que deseas ya no está en tus manos y SABES que está en las manos de un universo que siempre responde a tus deseos.
Siente el bienestar que produce el SABER que no tienes que preocuparte por nada porque todo aquello que has pedido está ya contabilizado y listo para que lo recibas.
¿Tienes control sobre la flecha que lanzas? ¿Te pones en el medio para dirigirla o cambiar su trayectoria?
El lanzamiento de la flecha es perfecto cuando, antes de lanzarla, ya SABES que alcanzará la diana y no porque la controlas cuando está en el aire
El único obstáculo que existe entre lo que deseas y el no recibirlo eres tu mismo porque mientras permaneces en el medio, en ese intento de contralar el cuando y el como se va producir la manifestación, lo que estás haciendo es obstruir la energía con tu propia resistencia.
Permite, permite y permite que, algo que no entiendes, una ley universal, está trabajando para ti, conspirando a tu favor, siempre.
Sé feliz, relájate, confía y disfruta del proceso. Mientras tanto continua haciendo las cosas que normalmente haces en tu vida.