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Agujero negroA menudo, los comunes mortales nos sorprendemos con cosas tan intrascendentales como el Guinnes dehamburguesas comidas por la misma persona, o el del perro más longevo de la historia. Sin embargo, los astrónomos están hechos de otra pasta.
¿Por qué digo esto? Pues por lo que acaba de suceder con el hallazgo de dos agujeros negros supermasivos tan enormes, que el menor de ellos supera en un 30% al récord anterior, encontrado el pasado invierno.
Como bien sabéis, los agujeros negros más grandes que se conocen se encuentran en el centro de las galaxias. Sin ir más lejos, en el interior de la Vía Láctea yace un gigante inactivo llamado Sagitario A*(léase A-estrella) cuya masa equivale a 4 millones de soles.
Pero eso no es nada si lo comparamos con los dos nuevos gigantes monstruosos encontrados a una distancia de 330 millones de años luz de los que acaba de informar la revista Nature.
Uno de ellos, el menor, ubicado en el interior de una galaxia elíptica gigante conocida como NGC 3842, tiene una masa de 9.700 millones de soles. El otro, localizado en la galaxia NGC 4889 es más del doble de grande. Su masa equivale al menos a 21.000 millones de soles.
Los astrónomos, sospechaban que en el universo temprano, la gran cantidad de masa disponible podría haber dado lugar a quásars (agujeros negros en el interior de jóvenes galaxias en formación, que emiten enormes explosiones energéticas cuando tragan estrellas) con masas superiores a los 10.000 millones de soles, pero hasta el momento no habían sido capaces de descubrirlosdebido a que el tiempo jugaba en su contra.
Y es que a medida que el universo fue envejeciendo, aquellos quásars terminaron devorando toda la masa existente a sus alrededores, con lo cual las explosiones energéticas dejaron de ser visibles. Sin embargo, el agujero negro que las provocaba debía de seguir allí, imperceptible a nuestros telescopios.
Agujero negro
¿Cómo descubrirlos entonces?
La técnica ha mejorado tanto, que mediante dos telescopios con diámetros superiores a los 10 metros ubicados en Hawaii (elGemini Norte y el Keck 2) y la posterior confirmación del Hubble, los astrónomos - que siguen sin poder observar directamente un agujero negro - han sido capaces de medir las velocidades de las estrellas que pululan a sus alrededores, y de este modo calcular la densidad y masa de los objetos a los que orbitaban.
Así pues, no podemos verlos, pero como en Starwars su "fuerza" es perceptible a su alrededor. Y no hay nada, salvo un agujero negro, que pueda provocar semejantes oscilaciones en las estrellas vecinas.
Dos monstruos semejantes provocan asombro a cualquiera. Para los astrónomos, en cambio, su presencia es la constatación de algo pasado que ya suponían, y parecen mucho más interesados en encontrar sus equivalentes activos (quásars) a día de hoy en las galaxias más jóvenes que nos rodean para así estudiar sus procesos de formación.
Leído en Time.
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