Desde que a principios de año se detectaran los primeros casos en Guinea hasta nuestros días y utilizando los datos más actualizados, se han contabilizado un total de 1220 personas infectadas en lo que ya se puede calificar como el brote de ébola más mortífero registrado en toda la Historia.
Se elevan a más de 670 las muertes desde su inicio, lo que arroja una tasa de mortalidad aproximada del 55% habiéndose extendido a los países vecinos de Sierra Leona y Liberia, aunque en las últimas horas también se ha registrado un fallecimiento en un hospital de Lagos en Nigeria y otro de los afectados ha viajado para ser tratado en Estados Unidos.
Es hasta cierto punto comprensible que en estas últimas semanas los medios de comunicación de todo el mundo hayan llenado sus portadas con multitud de noticias, números y titulares alertando de las consecuencias de este terrible virus.
Sin embargo, más allá del temor que estos titulares han despertado en el público en general, se hace necesario acompañar a estas noticias con más divulgación científica para que los lectores comprendan mejor la situación y estén mejor informados.
Por ello he pensado que sería interesante ofrecer un artículo con la información más actualizada que disponemos, con el mayor rigor posible y sin sensacionalismos, sobre lo que la Ciencia sabe sobre el ébola, las claves para entender mejor su funcionamiento y a qué nos enfrentamos en realidad.
Y para empezar, lo mejor es siempre hacerlo por el principio… 1976
En ese año, y a lo largo del cauce del río Ébola en la actual República Democrática del Congo, se detectaron los primeros brotes del virus. No sabemos cómo se produjo el primer contagio o quién fue lo que los investigadores llaman “el paciente cero”. Lo que sí sabemos es que los primeros informes ya hablaban de un microorganismo “morfológicamente similar al virus de Marburgo pero inmunológicamente distinto”
En nuestros días hemos descubierto que el virus del ébola pertenece a un género que engloba en realidad cinco especies diferentes: Bundibugyo ebolavirus (BDBV), Reston ebolavirus (RESTV), Sudan ebolavirus (SUDV), Taï Forest ebolavirus (TAFV), y Zaire ebolavirus (ZEBOV), de las cuales éste último, el Ébola Zaire ZEBOV, es el más peligroso llegando a una tasa de mortalidad del 90% de los pacientes infectados.
¿Cómo funciona este virus?
Tenemos ya numerosas evidencias que identifican a los murciélagos como el foco más probable de infección. No podemos asegurarlo con total seguridad pero ya existen multitud de estudios científicos que indican que el ciclo natural del virus se inicia en murciélagos y mediante zoonosis se transmite a otros mamíferos incluidos antílopes, chimpancés, gorilas (en 2006 la revista Science informó de la muerte de 5000 gorilas a causa del virus ébola) y de ahí termina transmitiéndose a seres humanos.
Una vez que el paciente es infectado por el virus, los primeros síntomas son muy difíciles de identificar. Comienza el periodo de incubación, que habitualmente dura cuatro o cinco días, en el que te sientes apático, sin fuerzas, con fiebre y dolores musculares y de cabeza… unas pistas demasiado débiles que no ayudan a su temprana detección.
Sin embargo, tras esos breves días de incubación, el virus se manifiesta con fuerza y se inicia una rápida enfermedad infecciosa conocida como “Fiebre hemorrágica del Ébola”… Es muy contagiosa y alcanza un alto porcentaje de mortalidad una vez se ha iniciado la pérdida de sangre, tanto interna como externa.
¿Cómo se contagia entre humanos?
En primer lugar me gustaría decir cómo NO se contagia para evitar equívocos y malos entendidos: El ébola no se contagia por el aire ni por la picadura de insectos o mosquitos (como la también terrible malaria de la que ya hemos hablado en alguna ocasión en este blog).
El virus se contagia mediante los fluidos corporales: sudor, lágrimas, saliva, vómitos, semen, sangre… Esto tiene importantes consecuencias sobre todo por los ritos sociales existentes en las zonas africanas que son los focos más habituales del virus.
Como bien indica Ignacio López-Goñi, Doctor en Biología y profesor de microbiología y virología en la Universidad de Navarra, las costumbres funerarias en África suelen incluir despedidas familiares muy efusivas: Se realiza un velatorio que suele durar varios días antes del entierro en el que los familiares abrazan y besan el cadáver, lo que implica que si el fallecido estaba infectado con el virus, éste se transmitirá rápidamente entre los asistentes y la tribu.
El siguiente foco de infección son por supuesto los Hospitales. Debido a la difícil detección temprana de la enfermedad (los síntomas se pueden confundir con muchas otras patologías) cuando un infectado llega a un centro hospitalario puede contagiar a otros enfermos y al personal sanitario que lo atiende si no se toman las precauciones adecuadas.
¿Hay cura? ¿Tenemos alguna vacuna contra el ébola?
Lamentablemente aún no tenemos ningún tratamiento efectivo contra el ébola.
Cuando una persona es diagnosticada lo más urgente es aislarla para que no propague la enfermedad en su entorno y seguir las indicaciones y precauciones que la OMS ha publicado para intentar minimizar los daños. Es muy importante un tratamiento perfectamente controlado de los residuos y fluidos corporales del paciente puesto que suponen un alto riesgo de contagio entre el personal médico que lo trata.
A continuación es fundamental mantener bien hidratado al paciente y vigilar su presión sanguínea mediante anticoagulantes ya que la muerte se produce por hemorragia y shock cardiaco al no llegar suficiente sangre al corazón.
¿En qué estado están las investigaciones más avanzadas contra el virus del ébola?
Como decimos aún no existe ninguna cura ni vacuna efectiva contra el ébola, sin embargo no todo son malas noticias ya que existen diversos equipos de investigación centrados en encontrar una solución.
El proyecto más ilusionante en este sentido lo están llevando a cabo investigadores del U.S. Army Medical Research Institute of Infectious Diseases que ya han desarrollado una primera vacuna experimental contra el Reston ebolavirus que ha mostrado ser efectivo en ratones y primates en un estudio en el que se recuperaron el 43% de los infectados… Son buenas noticias pero solo es un primer paso, aún estamos lejos de conseguir una vacuna efectiva contra el ébola en humanos.
¿Debo preocuparme ante las noticias y titulares que he leído en la prensa y en internet?
Los brotes de ébola son rápidos, mortales y muy llamativos para la prensa. Sin embargo ninguno de las cinco especies de virus del ébola ha evolucionado para adaptarse al ser humano por lo que las epidemias terminan cuando fallece el último infectado. Si se rompe la cadena de transmisión con medidas de aislamiento y se cuida estrictamente el contacto con los pacientes infectados, los brotes terminan rápidamente ya que el virus no tiene dónde volver a incubar.
Respecto al ébola, y citando nuevamente al Dr. López-Goñi, “es un asunto del que hay que ocuparse pero no alarmarse sin razón”. Ni parece probable que este nuevo brote iniciado en Guinea se convierta en pandemia y mucho menos provoque cientos de miles de muertes como anuncian algunos titulares apocalípticos.
En la actualidad, el ébola es un virus serio y letal pero no es ni de lejos la mayor preocupación de África. Otros problemas como la pobreza o el hambre, otras enfermedades como la malaria son los verdaderos enemigos del continente y no llenan tantos titulares en los periódicos porque simplemente parece que nos hemos acostumbrado a ellos, a pesar de que son mucho más mortíferas. La malaria mata cada año aproximadamente a dos millones de personas en todo el mundo y, tristemente, no parece que llame tanto la atención de los medios…