![Retrato de Voltaire, por Houdon, en el Museo Fabre de Montpellier | © Javier García Blanco. Retrato de Voltaire, por Houdon, en el Museo Fabre de Montpellier | © Javier García Blanco.](https://s.yimg.com/bt/api/res/1.2/wVUXav5nfZr6xxiTiPH.hg--/YXBwaWQ9eW5ld3M7cT04NTt3PTYzMA--/http://l.yimg.com/os/publish-images/news/2014-10-26/ab68ea60-5d3f-11e4-81be-47f57ad870cb_retratovoltaire.jpg)
Nacido en 1741, en plena Ilustración, el escultor francés Jean-Antoine Houdon tuvo la oportunidad de asistir a algunos de los eventos históricos más destacados de la Edad Moderna, como el nacimiento de los Estados Unidos de América o la Revolución Francesa. Y todo ello como testigo privilegiado pues, no en vano, acabó convirtiéndose en retratista de muchos de los protagonistas de aquellos sucesos históricos.
Houdon nació en Versalles y, con apenas 11 años, ingresó en la Academia Real de Pintura y Escultura, donde se formó antes de trasladarse a Roma para completar sus estudios tras ganar el prestigioso Premio de Roma en 1761. Allí dio forma a dos obras maestras: su escultura de San Bruno –ubicada en la iglesia de Santa Maria degli Angeli e dei Martiri–, y su célebre Écorché, un modelo anatómico cuya influencia ha llegado hasta nuestros días.
A su regreso a Francia diez años más tarde, su maestría como escultor era tan alta que se convirtió en profesor de la Academia de Pintura y Escultura. Fue en aquellos años, en la década de 1770, cuando realizó su primera obra en la que retrataba a una figura destacada de su tiempo, el filósofo ilustradoVoltaire.
Les neuf Souers, un hecho que acabaría teniendo una enorme trascendencia para su vida y su carrera artística. Fue allí, en una de las tenidas de la hermandad, donde conoció a Benjamin Franklin, entonces embajador en Francia de las colonias rebeldes. El mismo año en el que retrató al célebre pensador, Houdon entró a formar parte de la logia masónica
Houdon realizó para Franklin un retrato ese mismo año. El embajador de las Trece Colonias quedó tan satisfecho con el resultado de su retrato que unos años más tarde, en 1785 –ya acabada la Guerra de la Independencia americana y con unos Estados Unidos recién nacidos–, él mismo invitó a Houdon a viajar a su país para realizar un retrato del mismísimo George Washington.
El escultor francés aceptó la invitación, y junto a Franklin cruzó el Atlántico para llevar a cabo la importante tarea. Houdon se encontró con Washington en Mount Vermont, y allí realizó un molde del rostro del Padre fundacional de los Estados Unidos, y tomó medidas precisas para llevar a cabo la escultura.
Thomas Jefferson en 1789. En un principio, Houdon quiso retratar a Washington vestido a la manera de la Antigüedad clásica, con toga y de cuerpo entero. El estadista americano rechazó la propuesta, y finalmente fue retratado con traje militar. La imagen, hoy en el Capitolio de Virginia, en Richmond, acabó convirtiéndose en el retrato neoclásico por excelencia, una alegoría magistral de la paz y la democracia. Franklin y Washington no fueron los únicos padres fundadoresretratados por Houdon, pues también realizó un retrato de
A su regreso a Francia, Houdon realizó un retrato del rey, Luis XVI, gesto que le costó ser considerado como un burgués simpatizante de la monarquía durante los años de la Revolución Francesa. Por suerte, nunca fue apresado y se libró de morir a manos de los revolucionarios.
De hecho, pese a esta delicada situación inicial, en la época del Consulado, después del Directorio, Houdon recobró su posición privilegiada como escultor y continuó realizando nuevos encargos. Fue así como participó en la columna de la Grand Armé, fue condecorado con la Legión de Honor y, finalmente, tuvo ocasión de realizar un retrato en mármol del mismísimo Napoleón Bonaparte.