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Socio-Política: La multipolaridad del Nuevo Siglo Americano
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De: kuki (Mensaje original) |
Enviado: 30/12/2014 04:51 |
En 1949 Lord Ismay asesor de Winston Churchill y primer Secretario General de la OTAN, dijo ‘…La organización fue creada para mantener a Estados Unidos adentro, a los rusos afuera y a Alemania debajo’. El concepto sostenido durante la Guerra Fría, parece estar recuperando vigencia con el debilitamiento del proyecto del Nuevo Siglo Americano frente a la tendencia hacia una multipolaridad global.
En 1966 durante el gobierno de Charles de Gaulle, Francia se retiró de la organización totalmente controlada por Washington, pero se reincorporó en 2009 con el mandato del liberal heterodoxo de derecha Nicolás Sarkozy, que hizo su debut protagónico con la destrucción de Libia en 2011. En marzo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) había aprobado una resolución que fue el principio del furibundo ataque aéreo atlantista, autorizando la adopción de ‘medidas necesarias para proteger a la población civil’. Entre los 10 que votaron a favor de la resolución estuvieron Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Sudáfrica y Colombia. Los que se abstuvieron fueron Argentina, Alemania, Brasil, India, China y Rusia. Luego del derrocamiento y asesinato de Kadafi, Sarkozy que hoy pretende reemplazar al actual presidente liberal pseudosocialista François Hollande, manifestó ‘… La desaparición de Muamar Kadafi es un gran paso en la lucha llevada adelante desde hace más de ocho meses por el pueblo libio (se refería al bombardeo de la OTAN) para liberarse del régimen dictatorial y violento que le fue impuesto durante más de 40 años’. Por su parte el secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, había dicho que ‘…La muerte de Kadafi marca una transición histórica…es el momento de que todos los libios se unan’.
Hoy lo que quedó de Libia es una región de hecho dividida, con un pseudogobierno en Tobruk enfrentado con otros polos de poder locales como Trípoli, y también Bengasi, Zintan, Sirte y demás. Una región sumida en la violencia, en conflicto intestino permanente y caos social, santuario de terroristas y extremistas yihadistas, pero con una configuración adaptada al rediseño de Oriente Medio en una nueva división artificial de regiones y Estados menores sin fuerza propia, ni como para desafiar a Estados Unidos y aquellos que finalmente queden como sus aliados en la región, posiblemente Israel y parte de Arabia Saudí. Mientras con su cinismo habitual y brutal, los gobiernos de los países occidentales y la ONU, los mismos responsables del derrocamiento de Kadafi y de la actual miseria y desgracia del pueblo libio hicieron una declaración conjunta, declamando a coro ‘…sentirse profundamente preocupados por la polarización política actual en Libia… comprometiéndose a ayudar al pueblo, en un momento tan difícil’.
En aquel momento 2011, China y Rusia no mostraban todavía un perfil demasiado significativo como actores en un proceso mundial hacia una multipolaridad. Sin embargo, no es casual que los estrategas del gobierno de Obama ya reenfocaran su política exterior hacia Asia-Pacífico, además de Oriente Medio. Pero la acometida de Washington para forzar su unipolaridad con sus socios de la OTAN a remolque, promoviendo en Oriente Medio las primaveras árabes, tuvo en Siria un punto de inflexión respecto de Libia.
A partir de la intervención en Siria, Rusia viene mostrando capacidad para que Washington tenga que modificar decisiones de peso a nivel de sus relaciones internacionales que antes resultaban inamovibles. De modo que tuvo que cambiar la decisión tomada de atacar Siria para derrocar al presidente Al Assad y así como otrora, los piratas y corsarios eran útiles a las potencias colonialistas, necesitó utilizar a sus enemigos funcionales, la fuerza militar expedicionaria terrorista del Daesh o Emirato Islámico (que poco tiene de islamismo) inserto en una estrategia mayor de transformación de Oriente Medio. Cuando Washington reaccionó por la iniciativa rusa en Siria, catalizando no por casualidad en Ucrania, el pivote geopolítico de Brzezinski, las divergencias sociales históricas entre la región de occidente y la sudoriental, y el enfrentamiento entre los dos grupos oligárquicos corruptos internos imbricados en el poder político estatal, Rusia respondió con la reunificación de Crimea, que no es menor, ya que afecta la posición dominante de Estados Unidos en el orden jerárquico internacional. Este en su rol de superpotencia interviene permanentemente en otros Estados, y utiliza su capacidad para disuadir y amenazar en manera decisiva con la intervención militar, y con intervenciones económicas, diplomáticas e ideológicas proyecta su influencia y hegemonía en toda la sociedad internacional. Estas capacidades han sido tocadas por Rusia, que si bien no ejerce hegemonía a escala mundial sino que interviene en una esfera geopolíticamente más acotada, está marcando una tendencia real para transformarse de una potencia regional (aunque con poderío militar nuclear de alcance global), en una gran potencia.
En el después de Ucrania, el Imperio golpeó intensificando la guerra económica contra Moscú, pero si éste logra mantener las actuales condiciones de estabilidad interna política y económica, la línea divergente en colisión inelástica con la unipolaridad del Nuevo Siglo Americano seguirá teniendo continuidad. Washington no muestra disposición alguna para flexibilizar su doctrina unilateral del Destino Manifiesto, y se sigue arrogando el rol de primera potencia militar mundial referente (y prepotente), así pretende un castigo ejemplificador para Moscú imponiendo sanciones económicas por su comportamiento en Crimea y Ucrania. Cabe recordar que en varios de los países europeos que apoyan las sanciones aunque resulten fuertemente perjudicados, siguen operando desde la Guerra Mundial II bases militares de Estados Unidos, como en Alemania (con 235 bases estadounidenses más el cuartel general del Comando Europeo, US EUCOM en Stuttgart), Italia (83 bases), Portugal (21 bases), España (5 bases), Grecia (7 bases) y aún Reino Unido (47 bases) (1).
Sin embargo la actitud del Imperio tiene causas mas profundas. El secretario de Defensa adjunto estadounidense, Robert Work, reveló ‘…Entre las mayores amenazas y tendencias a las que debe prestar atención la Seguridad Nacional de los Estados Unidos están en primer lugar, por supuesto, países como China y Rusia. Ambos son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y poseen armas nucleares, además mantienen reivindicaciones regionales y ciertas aspiraciones globales’, y advirtió que ‘…El Pentágono planea dedicar más atención y tiempo a cómo va a hacer frente a estas dos potencias’. En septiembre en la reunión de la ONU, el presidente Barack Obama había declarado a Rusia como la segunda amenaza para la comunidad internacional (entre el ébola y los terroristas en Siria e Irak).
Los polos del poder estadounidense vienen advirtiendo el surgimiento inevitable de dos bloques que comienzan a amenazar efectivamente sus intereses globales, de aquí que esté marcando territorios y zonas de influencia, por lo pronto un nuevo Este-Oeste, intentando excluir a Rusia de la región euro-atlántica. Pero hay también un punto de inflexión en la política exterior del gobierno del presidente Putin.
Las políticas que venía intentando el presidente Putin hasta hace poco tiempo, sobre seguridad continental con Europa, eran más bien de conciliación e incluyentes de Estados Unidos, apuntando a desacelerar la expansión de la OTAN hacia el Este. Salvando las diferencias, tenían algunas similitudes con el pacto que planteó cándidamente hacia el final de la URSS en 1990, el liberal de izquierda condecorado por Occidente Mijaíl Gorbachov, en la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSDE) (2) para poner fin a la Guerra Fría (Carta de París, 1990). Mientras en ese momento reducía por un lado, el arsenal de armas nucleares e implementaba el desarme convencional frente a Washington, por otro ofrecía a Europa su cooperación para la seguridad continental conjunta. Pero la integración soviética con Europa terminaba afectando en forma relevante los intereses de los Estados Unidos y su área de influencia, ya que habría podido cristalizar un bloque político-económico-energético París-Berlín-Moscú. De aquí, que Washington traicionando el pacto verbal con Gorbachov impulsara luego una vigorosa expansión de la OTAN que se produciría sobre el borde de la ex-Unión Soviética. Por su lado, las quintas columnas liberales ya operaban internamente junto a BorisYeltsin, un converso por corrupción a liberal de izquierda, que más tarde terminaría de enterrar a la URSS, disolviendo el Sóviet Supremo (1993) y con la apertura del gigante continental al capitalismo liberal de mercado, apoyado por las oligarquías locales corruptas que se enriquecerían con la liberalización económica y las privatizaciones, es decir con el saqueo del patrimonio estatal y el pueblo.
Aunque Putin venía buscando una integración de la Federación de Rusia con Europa, había una diferencia importante con Gorbachov, y es que el liderazgo de Putin logró imponer límites mínimos y cierto control al poder económico oligárquico ruso de las privatizaciones, frente al Estado como ente soberano. Por eso para Washington, Ucrania es otro punto clave, la iniciativa rusa de integración debe fracasar, Eurasia debe fragmentarse. Al respecto no es extraño que el Presidente y CEO del grupo Total, Christophe de Margerie, defensor de la integración energética euroasiática tuviera en Octubre, un dudoso accidente de aviación en Rusia que le costó la vida. Perdiendo Ucrania, Moscú reduciría significativamente sus grados de libertad en el Mar Negro, debilitaría su conexión comercial, la posibilidad de configurar un mercado integrado, amenazaría las rutas energéticas (hidrocarburos) con Europa y rompería el equilibrio estratégico con otro importante avance de las fronteras de la OTAN hacia Moscú, todo lo cual sumaría a la desestabilización del gobierno de Putin. |
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De: kuki |
Enviado: 30/12/2014 05:11 |
Sin embargo, los Estados Unidos/UE/OTAN subestimaron que el nivel de forzamiento extremo de sus intereses con el cambio de régimen en Ucrania induciría la fractura del país, lo que no fue sorpresa para el gobierno de Putin que transformó la crisis en oportunidad con la rápida anexión de Crimea, otro duro revés para la excepcionalidad monopolar del Imperio. No es extraño que tampoco haya sido sorpresa para Moscú la rebelión independentista en la región del Donbas, rica en recursos energéticos en una Ucrania que de hecho quedó dividida, de modo que su frontera con Rusia no está funcionando como borde desestabilizador según lo planeado desde Washington, sino a la inversa ya que escapa al control de Kiev y su mandante la Casa Blanca. La reciente visita del vicepresidente de Estados Unidos Joseph Biden a Ucrania y al vecino de Siria, Turquía (miembro de la OTAN con 19 bases estadounidenses) apunta a mantener activos los conflictos en ambas regiones, claves para el desgaste de Moscú, y que también apunta a mantener divisiones entre los países asiáticos. En especial que dificulte la creciente aproximación que se está produciendo entre Rusia y China (donde también Washington sembró una desestabilización con la revolución de los paraguas en Hong Kong) como se observó por ejemplo en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, Asia-Pacific Economic Cooperation) y en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS). Sin embargo el aislamiento de Rusia está produciendo efectos inversos, el presidente Putín anunció que ‘…Rusia no dejará de tener relaciones con Europa y Estados Unidos, pero no limitará sus contactos solo a Occidente, sino que seguirá reforzando lazos con Sudamérica, Africa, Oriente Medio y va a ampliar su presencia en la región Asia-Pacífico’.
En esta línea, Biden fue recibido en Kiev con los brazos abiertos por Arseni Yatseniuk y Piotr Poroshenko los dos títeres de Washington (y la Unión Europea), que está intentando ingresar y sabotear el proceso de paz llevado adelante por Ucrania, Rusia y representantes de la OSCE, y busca excluir a los propios interesados de las Repúblicas Populares de Donetsk y de Lugansk, firmantes del Protocolo en Minsk (Belarús). Los pueblos independentistas de la región del Donbas, no todos pro-rusos, rechazan el régimen atlantista nazi-oligárquico de Kiev y el sistema euroatlántico aunque también rechazan a los oligarcas de Rusia, e intentan su autodeterminación en una nueva democracia (3), cuyas milicias con apoyo de Moscú habían contenido a las tropas de Kiev. Pero para Washington/OTAN/Kiev los tratados de paz de Minsk son usados para ganar tiempo, para que Kiev rearme sus fuerzas militares con apoyo de los atlantistas y reorganice sus milicias fascistas alcanzando capacidad para disuadir, amenazando con una ofensiva final contra la región del Donbas, y llegado el caso una solución final para Donetsk y Lugansk, recuperando las plazas. Por ello, en sus amenazas el vicepresidente Biden afirmó en Kiev ‘…Queda poco tiempo para que Moscú muestre que mantiene su compromiso con un acuerdo firmado en Ginebra para distender la crisis… Hemos sido claros en que un comportamiento más provocador por parte de Rusia llevará a mayores costos y a un mayor aislamiento… no permitiremos que esto se convierta en un proceso abierto. Queda poco tiempo para hacer progresos’. Por su lado Putin, ha marcado el territorio en cuanto a que Rusia no permitirá una limpieza étnica en el Donbas.
Mientras tanto, la OTAN realiza demostraciones de fuerza militarizando en forma progresiva el Báltico y las fronteras de sus países con Rusia, en tanto las usinas occidentales de desinformación masiva alertan sobre la amenaza y una posible invasión de Moscú. El objetivo final parece no solo estar dirigido a impactar a Rusia para debilitar la resistencia independentista y rendir el Donbas, sino que en el largo plazo apunta a la desestabilización del mismo gobierno de Putin, y su reemplazo por un régimen pro-atlantista. El jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Mijaíl Fradkov, afirmó hace días ‘…Nadie quiere ver una Rusia fuerte e independiente. Occidente y sus aliados tratan de debilitar Rusia a través de sanciones y ataques contra la tasa de cambio, mientras los fondos de inversión extranjeros participan en la especulación sobre el rublo, Estados Unidos actúa en la caída de los precios del petróleo. Se ha notado el deseo de este país y sus aliados de derrocar a Putin y lograr un cambio de régimen’. También al respecto se pronunció el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Riabkov, en la Duma Estatal ‘…Estados Unidos quiere crear las condiciones económicas y sociales para la realización del cambio de poder en Rusia, es un hecho que no se oculta.’
Por su parte es posible observar el cambio de actitud del presidente de Rusia. Hace días, endureció el tono de su discurso en la Asamblea Federal ‘…La política de contención a Rusia no fue inventada ayer, se lleva a cabo desde hace muchos años. Cada vez que se considera que se ha convertido en un país fuerte e independiente, de inmediato se implementan todas estas herramientas… Si no hubiera ocurrido lo de Ucrania, habrían inventado otra razón para impedir el crecimiento de Rusia… Si para los países europeos, el orgullo nacional es un concepto olvidado desde hace mucho tiempo y la soberanía es un lujo demasiado grande, para Rusia es una condición necesaria para su existencia… A algunos países les gustaría ver a Rusia desmantelada como Yugoslavia… No estamos dispuestos a participar en una costosa carrera armamentística, pero al mismo tiempo garantizaremos de manera fiable y asegurada la capacidad defensiva de nuestro país en las nuevas condiciones. Rusia dispone de capacidades y puede recurrir a soluciones no convencionales para garantizar la defensa del país.’
Sumado a las sanciones económicas, en el proceso de baja generalizada del precio del petróleo Washington ha encontrado una oportunidad utilizándolo como arma de guerra económica. Las economías de varios de los países que necesita golpear, tienen una dependencia relevante de los hidrocarburos, como Rusia, Irán, Venezuela, Ecuador, Bolivia. Como consecuencia Moscú, está reorientando sus relaciones internacionales en lo económico y militar desde Europa Occidental hacia Extremo Oriente, Asia Central y Latinoamérica. Como con los últimos acuerdos energéticos de envergadura con China, India y estratégicamente con Turquía luego de la suspensión de la construcción del gasoducto South Stream que iba a abastecer a Europa pasando por el Mar Negro hasta Bulgaria (uno de los países con cárceles secretas de la CIA). Relaciones que crean controversias en la OTAN y que el régimen de Erdogan utiliza como contrapeso en sus aspiraciones de convertir a Turquía en potencia regional. Putin afirmó que ‘…Rusia busca consolidarse en el papel de proveedor de energía fiable para los mercados asiáticos… Aunque históricamente las principales exportaciones rusas de hidrocarburos se han dirigido hacia Occidente, el consumo en Europa crece lentamente, y, además, los riesgos políticos, regulatorios y de tránsito van en aumento, por lo tanto, Rusia está interesada en la diversificación de los suministros de energía, en particular en la región asiática, que experimenta un rápido crecimiento económico.’ Por otro lado, está acelerando su proyección sobre el Océano Artico, actualmente con un proceso de deshielo progresivo por el cambio climático acelerado por el sistema capitalista.
En la concepción capitalista la razón de ser de toda Empresa es la rentabilidad comercial. Si sus actividades atentaran contra la vida humana y el medio ambiente, estos no se diferencian de los demás items económicos considerados en función de su costo respecto de la rentabilidad de la empresa. Esta clase de empresas puede observarse por ejemplo, en corporaciones petroleras, mineras, productoras de agroquímicos, pero especialmente en el complejo tecnológico militar-industrial estadounidense. Su negocio es la guerra, mas allá de la vida humana o la muerte. Los ataques que durarán varios años en Irak y Siria a los terroristas del Daesh son excelentes mercados. En Siria están siendo probados los nuevos F-22 Raptor, aeronaves de combate supersónicas con tecnología furtiva (stealth) avanzada que los hace poco detectables, especialmente a los radares sirios, y que algunos técnicos clasifican como de última generación (quinta) cuyo costo unitario es de varios cientos de millones de dólares, desarrolladas por la Fuerza Aérea y las empresas Lockheed Martin Aeronautics, Boeing Defense y Space & Security en un extenso programa de 66.000 millones de dólares. La excongresista estadounidense Dennis Kucinich declaró ‘…Los partidos demócrata y republicano han pasado la chequera nacional a sus clientes promotores del negocio de la guerra. Después de que el Congreso votó a favor de financiar la expansión de la guerra en Irak y Siria, las acciones de estas compañías han subido notablemente‘.
La crueldad del Daesh o Emirato Islámico mostrada al público en la guerra psicológica contra el terrorismo, es tal vez superada por los narcotraficantes en las masacres en México, donde la desaparición de 42 estudiantes de la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos marcó un punto crítico (4). Los santuarios terroristas concentrados en Oriente Medio constituyen polos útiles al Imperio, en particular para lanzar los múltiples frentes de guerrilla contra Moscú. A principios de diciembre del corriente se produjo otro ataque de terroristas islámicos en la misma Rusia. En la ciudad de Grozny (Chechenia) fue tomada la Casa de Prensa. En su recuperación murieron 9 terrorista y 10 policías y el edificio resultó completamente destruido e incendiado. En la ciudad fue declarado el estado de Operación Antiterrorista. Chechenia tiene frontera con Georgia, cuyo gobierno pro-atlantista invadió en 2008 a las repúblicas pro-rusas emancipadas de Osetia del Sur y Abjasia, para así poder ingresar a la OTAN, lo que fue evitado por la intervención militar de Moscú. No es de extrañar la utilización de desprendimientos yihadistas que propaguen desestabilización hacia Rusia desde el sur del Cáucaso y en Asia Central, el ‘ vientre blando’ de la Federación Rusa.
Paradójicamente, las sanciones económicas de Estados Unidos contra Rusia, Irán, Venezuela, Cuba y otros, sumado a las embestidas de su geopolítica aferrada a la excepcionalidad imperialista militarista, apoyada por la OTAN y demás aliados, están marcando la tendencia hacia una multipolaridad global. El Nuevo Siglo no será solo Americano…
Notas: 1) También tiene bases conocidas en Bélgica (18 bases estadounidenses y el cuartel general de la OTAN en Bruselas), Holanda (9 bases), Noruega (3 bases), Dinamarca (2 bases), Luxemburgo (1 base), entre otros. 2) OSDE; Organization for Security and Co-operation in Europe 3) Ver http://novorossia.su/ru (en ruso) 4) Es un instituto de formación docente fundado en 1926 situado en la población de Ayotzinapa del municipio de Tixtla, Estado de Guerrero, Estados Unidos Mexicanos. Buena parte de sus alumnos son de origen campesino y entre sus egresados hay no pocos líderes de movimientos sociales. Con un gobierno central corrupto encabezado por el neoliberal Peña Nieto, marioneta de Estados Unidos, aliado con el poder económico y la burguesía local, y un resultado de decenas de miles de asesinados en la guerra contra el narcotráfico desde el lanzamiento del Plan México o Mérida en 2008 (5). El narcotráfico está entre los mayores negocios capitalistas de la época, junto a la venta de armas y el petrolero, y tiene aristas geopolíticas muy convenientes utilizadas por las potencias imperialistas como el Imperio Británico y hoy por los Estados Unidos. 5) Se puede observar la ‘cooperación’ México-Estados Unidos y la penetración de sus fuerzas armadas con la excusa de la guerra contra las drogas en : Brianna Lee, Mexico’s Drug War, Council on Foreign Relations, March 5, 2014; http://www.cfr.org/mexico/mexicos-drug-war/p13689
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