Si los alunizajes fueron reales, ¿por qué me sale ahora la NASA con esto?
Durante la época de la guerra fría la Unión Soviética y los Estados Unidos estaban inmersos en una carrera armamentista y tecnológica, en la que cada nación quería demostrar su dominio sobre el otro, cada uno tratando para ser la próxima superpotencia reinante en un mundo todavía destrozado por la segunda guerra mundial. Los soviéticos tomaron la ventaja cuando en abril de 1961, el cosmonauta Yuri Gagarin orbitó con éxito la tierra y regresó a casa sano y salvo. En mayo, el presidente John F. Kennedy hizo su especial mensaje al Congreso sobre las necesidades nacionales urgentes, declarando la intención de Estados Unidos de enviar un hombre a la luna.
“Creo que esta nación debe comprometerse a alcanzar la meta, antes de que termine esta década, de poner un hombre en la luna y de volverlo con seguridad a la tierra. Ningún proyecto espacial en este período será más impresionante para la humanidad, o más importante para la exploración de largo alcance del espacio”. -Presidente John F. Kennedy, Discurso al Congreso Nacional sobre las necesidades urgentes, 25 de mayo 1961
Y así lo hicieron. En 1969, bajo el liderazgo del Presidente Nixon, el mundo entero vio con asombro, en granulado blanco y negro, como el “gran salto para la humanidad” fue transmitido por los televisores de todo el mundo. Neil Armstrong plantó la bandera de Estados Unidos en el polvo sin vida de la luna y, la carrera espacial había terminado. América era victoriosa. Echa un vistazo a este maravilloso logro aquí:
Muchos investigadores y escépticos de la narrativa gubernamental han elaborado una importante “teoría” y bastante cautivadora sobre que los alunizajes fueron falsificados con la ayuda de las nuevas tecnologías cinematográficas.
¿Fueron los alunizajes del Apolo trucados por el gobierno para ganar ventaja política en un momento en que no era tecnológicamente posible mandar un hombre a la luna y luego traerlo a casa de manera segura?
Postulan que el gobierno contrató al aclamado director de cine Stanley Kubrick para simular los aterrizajes creando una película convincente situado en un lugar secreto. La evidencia que apoye la idea de que el vídeo es de hecho una falsificación elaborada es que incluye anomalías tales como la aparición de múltiples fuentes de luz en las imágenes, la bandera plantada por Armstrong parece estar ondeando en un entorno sin viento, no parece que el módulo de aterrizaje lunar cree un cráter de impacto al aterrizar , objetos inexplicables aparecen en la reflexión sobre las viseras del casco, el efecto de cámara lenta inusual de los astronautas caminando sobre la superficie lunar, la falta de estrellas visibles en el fondo y mucho más.
El metraje es una cosa, pero muchos apuntan a la existencia de una peligrosa concentración de radiación solar y cósmica que rodea la tierra como prueba de que Apolo nunca llegó a la luna. Entre la Tierra y la Luna se encuentran lo que se conoce como los cinturones de Van Allen.
En la década de 1950 los investigadores se dieron cuenta de que el campo magnético de la Tierra, generado por el movimiento del metal líquido alrededor del núcleo rico en hierro del planeta, nos estaba protegiendo contra el bombardeo de partículas cósmicas. Dos anillos en forma de rosquilla de electrones y protones que rodean el globo por encima del ecuador – Al igual que los “escudos deflectores” de la nave espacial Enterprise de Star Trek, el campo gravitatorio de la Tierra desvía las partículas, muchas de las cuales se encuentran atrapadas en uno de los “cinturones de Van Allen”. El anillo interior se extiende entre aproximadamente 1.000 y 6.000 kilómetros de altitud, el exterior, alrededor de 13.000 hasta 60.000 kilómetros. Dentro de estas regiones las partículas pueden permanecer girando a lo largo de meses antes de que se pierdan en el espacio.
Para que el Apolo o cualquier misión lunar, pudiera tener éxito, el equipo y la tripulación a bordo de la nave espacial tendrían que ser protegidos adecuadamente contra la exposición de la intensa radiación que rodea el planeta Tierra.
Robert A. Braeunig, autor de Rocket & Space Technology, ha reunido una refutación científica convincente para desechar la teoría del engaño del Apolo, encontrando argumentos científicos de que la trayectoria de la nave espacial Apolo permitió evitar las concentraciones más altas de energía de los cinturones de Van Allen , ya que no rodean completamente a la tierra. Con la trayectoria adecuada, sólo sería necesario protegerse contra la posibilidad de un aumento inesperado en la actividad solar, algo de lo que el Apolo estaba preparado.
Esto tiene sentido y parece cerrar el caso, pero para muchos la pregunta reside sobre todo por qué después de casi 50 años, la misión de Orión de la NASA está ahora aparentemente, tratando de resolver el desafío de los cinturones de Van Allen.
En el siguiente video clip de un ingeniero de la NASA cuenta cómo trabajan en el proyecto Orión y explica el reto de llevar una nave y a su tripulación al espacio muy por encima de la órbita baja de la Tierra y, más allá de los cinturones radiactivos. Hablando acerca de su esfuerzo, remarca, “hay que resolver estos desafíos antes de enviar personas a través de esta región del espacio”, lo que implica que esta cuestión ya no había sido resuelta por las investigaciones y los logros de la misión Apolo.
Si en la década de 1960 hemos sido capaces de superar con éxito el reto de llegar a la luna y más allá, entonces ¿por qué es un problema ahora?
Además de las cuestiones planteadas a causa de los cinturones de Van Allen y las imágenes de los alunizajes, hay muchas otras anomalías científicas y políticas interesantes que rodean la autenticidad de las misiones lunares Apolo.