Muchos de nosotros nos fascinamos al leer un libro o al escuchar a alguien cuando nos habla de temas relacionados con la conciencia y lo que esta aporta, con la mente y su dominio. Pero los que realmente toman parte en el asunto del cambio
son muy pocos. La mayoría acude a seminarios, al psiquiatra, al psicólogo, a su "maestro" espiritual, para luego volver al tipo de vida que antes llevaban. Ser consciente requiere aventurarte, ir más allá del mundo de la forma física y adentrarte en lo espiritual, dar un salto, dejar lo que estas haciendo ahora mismo y comenzar de cero, conocerte. ¿Místico?, no, realista.
Para estar bien, para ser tu mismo, para dejar el pasado, para aceptar la vida, para sacar la energía de tu interior
debes de ser valiente. Debes de intentar abandonar tus habitos mentales tóxicos, debes enfrentarte a ti mismo, debes desafiar la ilusión del miedo, cuando consigues encontrar la manera de hacerlo, das el paso. Poco a poco va sucediendo algo extraordinario, te vas liberando y la energía de tu interior va saliendo de la forma que tu deseas. Eres participe de tus situaciones, de tu modo de vida.
Los miedos van desapareciendo poco a poco, pero el más importante requiere que sigas introduciéndote en ti mismo. Para desafiar las leyes de la materia debes de enfrentarte a la muerte. Sentir que morir no es el fin y si lo es, que así sea. Vivir con miedo a la muerte nos lleva a la penumbra, a lo oscuro de nuestro ser. El miedo domina nuestra vida, somos titeres de lo que vivimos. Emociones incontroladas, pensamientos perturbadores, necesidades creadas, síntomas tóxicos creadores de enfermedades.
Entrar en el mundo de la conciencia te libera en parte, te ayuda a saber como funciona la vida, pero aun sigues conectado a tu cuerpo, el sufrimiento no desaparece, aunque poco a poco va menguando y llega un momento en que las cosas que parecen importantes dejan de serlo. Es en ese instante cuando te das cuenta que tu propósito es muy diferente al que pensabas, es en ese instante cuando ves la vida con los ojos de la verdad, los ojos de tus sentimientos. Madurez/experiencia y conciencia en un solo ser.
Nace tu propósitoTu propósito va más allá de eso que ya sabes no te satisface. Tu propósito es hacerte consciente, por consiguiente ser tu mismo, por consiguiente aportar a la vida lo que eres. Siempre has sentido en ti algo diferente, crear a través de música, pintura, escritura, carpintería, diseño, dando clases, etc.
Tu propósito
es compartir, es participar en la cadena de la vida, es crear. Cuando no lo haces se bloquean tus conductos energéticos, pierdes tu energía en cosas que no son tú, por lo tanto la envías y se te devuelve en forma negativa. La pierdes y no vuelve, la enfermedad, el deterioro mental y físico, la desconexión a tu espíritu aparece. No te das cuenta, es escalonado, pero llegado el momento estás débil, perdido, enfermo. Sin darte cuenta estás acercándote a lo que más temes: la muerte.
¿Cómo saber cual es mi propósito?
Ya lo sabes, solo que te da miedo sacar el gran poder que eres y llevas dentro. Hasta que no lo superes, hasta que no te des cuenta que no es real, estarás destinado a sufrir.
Escribir, leer, hablar, escuchar, es fácil. Lo difícil es hacer lo que nuestro interior nos pide y yo estoy dispuesto a hacerlo. Estoy dispuesto a morir si hace falta, pero lo tengo muy claro. Voy a por mi propósito, hayan los baches que hayan los voy a subir, bordear, saltar, apartar. Si por hacerlo caigo, sino llego, que así sea.
De Internet
Rosa