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General: BHAGAVAD GITA CAPITULO 8
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De: luistovarcarrillo  (Mensaje original) Enviado: 10/05/2009 13:04



CAPITULO 8.°
LO SUPREMO
ARJUNA:
1 Dime, oh Tú, Señor, ¿quién es Brahman?, ¿quién es Atman?, ¿qué es el karma?, ¿qué es el Espíritu Supremo?, ¿qué es el reino terrenal?, ¿qué es el reino de la Luz?
2. ¿Qué dios rige la vida del cuerpo, y cómo ésta toma lugar? Y dime, oh Tú, cuando llega el momento de la muerte, ¿cómo Te reconocen aquéllos que han vivido en consciencia de la Armonía?
KRISHNA:
2 Brahman es el Principio Indestructible, lo Supremo y lo Eterno. Atman es el Espíritu en el hombre. Karma es la fuerza de la creación a partir de la cual toma vida todo lo que existe.
3 La materia es el reino terrenal, que, llegada su hora, lo perdemos. Pero el Espíritu es el reino de la Luz, energía que da la vida a este cuerpo, y en este cuerpo se produce el más excelso de los sacrificios.
4 Y aquél que, llegada la hora de su muerte, abandona su cuerpo con su pensamiento puesto en Mí, en verdad viene a Mí y se hace uno en Mí.
5 Porque aquello en lo que uno piensa en el último momento de su vida, es con certeza hacia lo que el alma va, debido a la afinidad que tiene con esa determinada naturaleza.
6 Así pues, pon tu mente en Mí todo el tiempo: Recuérdame y lucha. Teniendo tu corazón y tu mente puestos en Mí, en verdad vendrás a Mí.
7 Sólo alcanza el Espíritu de la Luz aquél que, habiendo sido iniciado en el Conocimiento, concentra su mente en el Espíritu Supremo, con constancia, sin divagar.
8 Aquél que medita en el Creador: Gobernador Supremo de todo lo creado desde tiempo inmemorial, más pequeño que el más pequeñito de los átomos y, aun así, abarcando y manteniendo este inmenso universo entero; Aquél que brilla como un sol que destruye la oscuridad, y se encuentra mucho más allá del pensamiento humano.
9 Tal hombre que, llegando la hora de abandonar su cuerpo, está en unión con el Amor y el Poder que le da vida, con su mente en perfecta concentración, manteniendo su fuerza vital en medio de sus cejas, en verdad va al Espíritu Supremo: el Espíritu Supremo de la Luz.
10 Ahora escucha con atención, oh Arjuna, pues te hablaré de ese camino que los sabios versados en los Vedas llaman el Eterno. Y que sólo es alcanzado por aquellos que, en paz y libres de todas las pasiones terrenales, llevan una vida de santidad esforzándose en la búsqueda de la perfección.
11 Si cuando a un hombre le sobreviene la muerte, está sumergido en el silencio del Yoga y, recogiendo sus sentidos del mundo, concentra su mente en su corazón, dejando que el aliento vital ocupe su cabeza.
12 Y me recuerda manifestando la Santa Palabra: La Eterna Palabra de Brahman, con seguridad se dirige a la Morada Suprema.
13 Aquéllos que mediante el Yoga de la Devoción me entregan toda su alma para siempre, muy pronto llegan a Mí.
14 Y una vez que estas grandes almas llegan a Mí, la Morada del Gozo Supremo, ya nunca han de volver a este mundo humano de penas y sufrimientos.
15 Todos los mundos, incluso el mundo de Brahma33, el Creador, están sujetos al cambio, pues son transitorios: Pues tienen un principio y un fin. Pero aquellos que llegan a Mí se liberan del continuo ciclo de nacimientos y muertes.
16 Aquéllos que saben que el día de Brahma34, el dios de la creación, tiene una duración de mil eras, y que su noche dura otras mil, sólo éstos saben en verdad qué es el Día y la Noche.
17 Con la llegada del día, todo el universo visible surge de lo invisible; del mismo modo que cuando llega la noche, toda la creación entera desaparece disolviéndose en lo invisible.
18 Del mismo modo que las criaturas vivas, en número incontables, vuelven a la vida una y otra vez, inevitablemente todas desaparecen cuando llega su noche de oscuridad, para resurgir otra vez cuando llegue su nuevo día.
19 Pero más, más allá, por encima de esta creación visible e invisible, hay un Principio Inmanifiesto, Superior y Eterno. Éste permanece y permanecerá por los siglos de los siglos, incluso cuando todo haya desaparecido.
20 A esta esencia inmanifiesta se le llama “el Imperecedero”. Es lo más alto, el Fin Supremo. Ésta es Mi Suprema Morada, aquéllos que llegan a Ella nunca regresan.
21 ¡Oh, Arjuna! Este Espíritu Supremo es sólo alcanzable mediante el éxtasis de amor. En Él todas las cosas tienen vida, pues Él ha creado todas las cosas.
22 Te hablaré ahora, oh Arjuna, acerca del tiempo durante el cual los yoguis que abandonan este mundo van a la Morada Eterna de la que no regresan. Y también te hablaré del tiempo durante el cual regresan aquéllos que aún han de volver a esta tierra.

33 De acuerdo con la mitología hindú las deidades tienen su ciclo o mundo propio. El reino más alto es el que pertenece a Brahma: Brahmaloka.
34 Los hindúes dividen el tiempo en cuatro épocas de diferente duración: Satyuga (4.000 años), Tretayuga (3.000 años), Dwaparayuga (2.000) y Kaliyuga (1.000). A esto hay que sumar un período de 2.000 años entre estas edades, lo que hace un total de 12.000 años. Pero estos son los años de los dioses. Los dos solsticios de invierno y verano o sur y norte, (como son llamados en el Gita), constituyen el día y la noche de los dioses, así 360 años humanos hacen un año de los dioses. Cuando los cuatro yugas (épocas) se han repetido mil veces constituyen un día de Brahman; igual período constituye una noche de Brahman. El día de Brahman significa el tiempo de la evolución o manifestación del universo; y noche de Brahman significa la involución o reabsorción del universo en lo inmanifestado.
1 Si abandonan este mundo durante la llama, la luz, el día, las luminosas semanas de la luna, durante los meses en que la luz solar es creciente (solsticio Norte), aquéllos que conocen a Brahman, van a Brahman.
2 Pero si ellos abandonan este mundo durante el humo, la noche, las semanas oscuras de la luna, durante los meses de luz solar decreciente (solticio Sur), entran en la luz de la luna y regresan al mundo, sujetos al nacimiento y la muerte.
3 Éstos son los dos caminos que por siempre ahí estarán: el camino de la luz y el camino de la oscuridad. El primero conduce a un lugar del que no se regresa, mientras que el otro te obliga a regresar a esta existencia de tristeza y sufrimiento.
4 Para el Yogui que ya ha conocido estos dos senderos, la ilusión de este mundo deja de ser ya una trampa. Así pues, oh Arjuna, practica con constancia y regularidad este Yoga. Hay una recompensa que se obtiene de la lectura de los Vedas, o de la ofrenda de sacrificios, o de la vida austera, o de la caridad. Pero incomparablemente más alta, es la recompensa que obtiene el Yogui que, conociendo la Verdad, ve la Luz que disipa sus tinieblas: de este modo él regresa a su Hogar Eterno.


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