Hijo de la inmortalidad
El hombre puede ser declarado sano sólo cuando esté plenamente consciente de su realidad y se esté esforzando con alegría por alcanzarla ¡En la actualidad, es el hijo de la inmortalidad dando tumbos, impotente, hacia la muerte! ¡Qué destino tan lamentable es éste! Su pequeño ego es alimentado por la mente y los sentidos hasta que se vuelve una enorme conflagración y se encuentra atrapado por el fuego de la desgracia. El egoísmo le hace ver gloria en pequeños logros, felicidad en triviales adquisiciones, alegría en la autoridad temporal sobre otros cuando lo inmortal en él está esperando ser descubierto para conferirle la bienaventuranza y liberarlo del nacimiento y la muerte.
Hay una técnica específica mediante la cual esa chispa inmortal puede ser descubierta. Aunque pueda parecer difícil, cada paso hacia adelante hace más fácil el siguiente y una mente adiestrada por la disciplina es capaz de descubrir la base divina del hombre y de la creación en un destello. No hay atajo para llegar a esta consumación. El hombre debe abandonar todos los impedimentos que ha acumulado hasta ahora y aligerarse para el viaje. La lujuria, la codicia, la ira, la maldad, el orgullo, la envidia, el odio, todas estas tendencias deben ser abandonadas. No es suficiente escuchar los discursos de Sai Baba y contar lo que han escuchado. Miles están hoy aquí delante de mí; pero esa cifra no tiene significado; solamente cuentan aquellos que practican por lo menos una de las cosas que yo señalo.
Bhagavan Sri Sathya Sai Baba