Dios no conoce el pesar, no tiene ningún dolor, y está más allá del pensamiento. El pesar y la pena afectan sólo a aquellos que tienen pensamientos, en tanto que quien carece de pensamientos está siempre feliz. Dios está más allá de los pensamientos, y por lo tanto está siempre en Bienaventuranza. No importa lo que la gente Le diga, Swami siempre responde diciendo “Santosham, santosham”[es decir: ‘Estoy feliz de oír eso’]. Esto se debe a que Swami es Parama Sukhadam. Una dama acude a Swami y se lamenta: “Swami, mi esposo ha muerto”. Swami replica: “Santosham”. La estupefacta señora pregunta: “¿Cómo, Swami? ¡Te digo que mi esposo ha muerto y Tú dices que estás feliz! ¿Estás feliz de que mi esposo haya muerto?” Swami replica: “No importa lo que dices, ¡porque Swami está siempre santosham, santosham, santosham!” Una vez, una persona le dijo a Swami: “Nuestra gente sufrió un accidente”. Swami dijo: “Chala santosham” [muy feliz]”.
Swami está siempre feliz. ¿Porqué tendríamos que ser infelices? Lo que según el destino tenga que ocurrir, ocurrirá. ¿Entonces por qué preocuparse y estar tristes por ello? La vida y la muerte son naturales. Son comunes a todos, y no destinados específicamente a esta o aquella persona. Por lo tanto debemos enfrentar con calma el veredicto del destino, y aceptar con ecuanimidad lo que pase. La gente no sufre por causa del destino, sino por causa de los deseos y apegos. Si ustedes tienen apegos a las cosas del mundo, están sujetos a experimentar alegría y tristeza en forma alternada. El placer y el dolor son parte integral del mundo dual.
— Lluvias de Verano en Brindavan – 2000; Capítulo 10: Dios es Pura Bienaventuranza
Todo acontece de acuerdo con la voluntad de Dios. Él da y Él quita lo que quiere y cuando lo quiere. Ustedes habrán visto los vagones de carga del ferrocarril ostentando la leyenda “Fecha de retorno”. Eso significa que en la fecha señalada el vagón debe ser regresado al departamento ferroviario al que pertenece. El cuerpo humano es como el vagón de cargas. Cuando es enviado a la Tierra, se estampa en él una fecha de regreso, aunque ustedes pueden no estar conscientes de ello. Cuando llega la fecha señalada, el cuerpo regresa al lugar del que provino – eso es todo. Por lo tanto, cuando hay nacimiento también hay muerte. Ambos forman un dúo natural. De modo que nadie debería dar lugar al pesar debido a la muerte. Hay bienaventuranza en cada aspecto de la vida, y Dios es pura bienaventuranza. Dado que Dios está en ustedes, deberían estar siempre felices, deberían estar siempre llenos de amor. Nunca permitan que ese amor se contamine o se degrade en odio.
- Lluvias de Verano en Brindavan – 2000, Capítulo 10 : “Dios es pura Bienaventuranza”