Hoy entré a preguntarle una cosa y me dice la dueña de la clínica que Rocio se ha ido. Parece que se ha instalado en su propia clínica en otra ciudad.
Jolín, yo estaba encantada con ella y llevo enfunfurruñada todo el día porque sólo me faltaba que la dueña de la clínica atendiera la consulta a partir de ahora. No me cae bien, fue la que atendió a Lince el día que la encontré, no me gustó el trato que la dió, y encima me cobró una barbaridad.
Ella es veterinaria pero tiene otra clínica lejos de mi casa y nunca venía a la mía así que me he ahorrado volver a verla en todos éstos años. De hecho, por cosas que he notado Rocio se tomaba ciertas licencias con los precios que me cobraba, estoy casi segura que me ha hecho alguna rebaja en las vacunas, cosa que a la dueña no le ha debido parecer bien. Repito que no estoy segura.
La voy a echar de menos y sobre todo, me veo desamparada, no me gusta ésta chica y si va a quedarse, preferiría ir a otro médico, pero es que la clínica la tengo cruzando la calle y el otro veterinario que me gusta está en la otra punta de la ciudad y a mis gatos les aterra el coche.
Estaré vigilando la clínica a ver si veo que contratan a otro médico. Hasta septiembre no tengo que renovar las vacunas. !Ay, Dios mío!
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