Todavía recuerdo... la primera vez que lo vi.. tenía 5 días de nacido. Fue el 27 de Abril de 1996, en un cajón de manzanas vacío, del primer puesto de verduras, del Mercado de Talca....Era naranjo mandarina entero y tenía una "M" bien marcada en la frente. Al tomarlo, manoteó boxeando. Así, que peleaba como el boxeador chileno Martín Vargas. Luego, quedó de Martín Misifúz, para darle individualidad propia.
Fue bautizado y encargado a San Francisco de Asís.
De pequeño, tuvo su cama redonda acolchada, y apenas se podía trepar a ella.
Tenía una alfombra pequeña de Garfield de bajada de cama, y 4 platos. Uno era de agua, otro para wiskas pelets, otro wiskas alimento húmedo de tarro y el otro para leche.
Ya estoy lagrimeando, para variar..en fin, parezco Rodolfo el reno, con la nariz toda sonada..
Su primer juguetito fue un ratoncito de hule, le siguieron pelotas saltarinas (que lo volvían loco) y pedacillos de lana amarrados.
Siempre adoró el sabor del ave, así que gritaba por el wiskas pollo. A los 3 años, ya cazaba pájaros, ocasionalmente.
Era tan inteligente, que una le decía algo y entendía. Era celoso atroz conmigo, y cuando venían a verme amigos hombres, se lanzaba unos gases intestinales capaces de matar a alguien... de pura rabia que tenía. Y era vengativo. Una vez, tenía las pompis paradas y la cola parada, asechaba a una lagartija que corría debajo del asiento en que estaba. Y yo, que estaba en traje de baño (bañador) no me aguanté y le pellizqué la nalga suavecito, le dije al hacerlo: ¡¡¡CUCHIIII !!!!!.
Y arranqué. Él se metió hasta el fondo de la planta de enrredadera que crecía tras el asiento de concreto. Y salió, asomando su cabeza como periscopio, todo confundido, y lleno de hojas de la planta esa.. me reí tanto de él, pero tanto, que su cara se tornó picada. Pasaron como 20 minutos, y a mi se me olvidó todo. Estaba de pie, lista para zambullirme, cuando lo veo venir corriendo de detrás de la casa, en forma de cuerpo diagonal (corriendo como de ladito), y en segundos llegó donde estaba. y me mandó un manotón sin uñas en el muslo izquierdo. Luego de lo cual, tomó rumbo normal, y como un rayo, subió a la muralla, y luego al tejado, y desde ahí me observó satisfecho, jajajaa... mi vengativo cosis...
Cuando salía de compras, gustaba de meterse entero dentro de las bolsas, así que tuve que cuidar que no se asfixiara o algo. Así que llegaba del supermercado, y guardaba las bolsas rápidamente. Aún así, desabrochaba mi cartera (bolso de mano) y miraba, a ver si yo le había traído algo. Él sabía reconocer las latas que eran para él. Lo sabía perfectamente.
Cuando me preparaba pescado, siempre le llevaba un corte de corvina fresca y cruda, para él.
Nunca fue gritón, era sumamente callado, ni miaus decía casi.
Le encantaba trepar muy alto a los árboles y los pájaros le temían. Ya que sabían que él gustaba del sabor de las aves.
No aguantaba que ningún gato macho traspasara la propiedad gatuna, que es mi casa con patio, e incluso, había extendido según vi, su territorio. Vivía peleando, pese a ser operado (castrado) y de tener perfecta cabecita y orejitas, las tenía medias mascadas. Tantas veces tuve que curarle la cara, que le salían chichones de pus. Aún así, él no se quejaba, sabía que era por su bien. (Usaba polvo antibiótico, que no causa ardor)
Dormía en su cama, o en la gatera, o arriba de las camas. Era loco por el atún.
Y era sumamente curioso. Cuando leía un libro, aparecía su cabecita para mirar qué estaba viendo yo..
Y así, te voy recordando Martín....
Gracias Mili, por acompañarme en esta pena, y a todas las chicas, muchas gracias.
Mili, si estuviéramos juntas, ya no podríamos abrir los ojos de llorar como dos comadres que in memoriam de su naranjo amado, se habrían sonado ya hasta los pulmones.
Sol.