Abro, y ¡oh, sorpresa !, me encuentro con un gatito joven, de aspecto raro:

.  

¿Quién eres? -pregunté.

¿¿¿Willy ???. Pero, muchacho, ¿qué haces por aquí?.

¡Y Willy sacó de su mochila una caja con HIERBA GATERA !. 

Antes de que pudiera yo cerrar la boca, me dijo: 

Con gran entusiasmo, Emy y Benito se lanzaron sobre su "regalo" :

 Poco después, con las panzas llenas, se fueron "a dormir la mona" 

Y en un taxi que esperaba a la puerta, me llevó a la Plaza de Gabriel Miró, cerca del Puerto de Alicante, donde, para gran sorpresa mía, había música de Carlos Gardel, gente bailando, un escenario imitando el barrio de la Boca, algunas escenas porteñas... y un rico olor a empanadas recién hechas .

   

Willy me invitó a una riquísima empanada de carne -él se zampó otra, claro- y el muy golfillo pretendía que nos tomáramos un Fernet con Coca-Cola, pero yo le dije que nada de éso , que era demasiado pequeño para tomar esas bebidas tan fuertes, así que para darle buen ejemplo, compré un botellín de agua, que compartimos  .

Después, la gente empezó a tomar asiento frente al escenario, y una compañía de actores interpretó una obrita muy graciosa, ambientada en el Buenos Aires de 1930, ambientada por una orquesta que tocó varios tangos y milongas, algunos sólo instrumentales, otros cantados por un joven, que lo hacía muy bien, o por un señor de más de 70 años... ¡que lo hizo aún mucho mejor , arrancando muchos "bravos" del público!.

Además de varias parejas que bailaban al son de los tangos, de vez en cuando despejaban el escenario, y una joven pareja hizo una auténtica exhibición de tangos, en su versión más espectacular.

Intenté tomar un video, pero con Willy, que no se estaba quieto ni un momento, sentado en mi regazo, no me dí cuenta y tomé el video de lado... 

  

Acabada la actuación, Willy se despidió de mí, pues tenía que salir zumbando para tomar el avión de vuelta:

¡Viste, Madrina... ! Como vos no podés venir a Buenos Aires, yo te traje un trocito de Buenos Aires acá... ¿Te gustó, sí ?. 

Y tras llenarme de lametones (y un buen mordisco que "se le escapó" ), desapareció en otro taxi... .

Fué un día muy especial . ¡Tengo que reconocer que mi Ahijadito porteño en esta ocasión se ha portado conmigo "como un caballerito !.

-Mari Jose.