Amigos y amigas... ¡Ya hemos vuelto!

 

Sí amigos, tal y como dice el asunto... ¡Hogar, dulce hogar!

 

Hemos estado en el pueblo desde el Miércoles por la mañana. Íbamos a irnos por la tarde pero hemos tenido un pequeño inconveniente y decidimos dejarlo para el día siguiente.

 

Os aseguro que no hacía muy buen tiempo pero sí que os puedo decir que el mismo día que llegamos, hacía un día de perros, con lloviznas de cuando en cuando y hacía mucho frío, un día totalmente nuboso hasta el mediodía que salió un Sol radiante pero sus rayos no calentaban lo suficiente. Por la tarde, se quedó totalmente despejado pero por la noche, era puro hielo, temperaturas que no alcanzaban ni los 10 grados de mínimas.

 

El Jueves, por la mañana tenía planeado ir a la casa de una vecina amiga mía y que también la tengo en el Face pero a la hora de salir... ¡Zas, se puso a llover!

 

Por la mañana a primera hora de la mañana del jueves, llovió a cántaro. El balcón de la casa estaba totalmente empapado y hubo hasta visita de unos familiares. Por la tarde, mucho frío y algún chubazco pero bastante débil y por la noche, un friazo de padre y señor mío y lo peor, las procesiones de la Madrugá, a riesgo de mojarse. Yo no pude ir pero de todas formas, mis tías que también tenían pensado ir para verlas, prefirieron quedarse en su casa porque ya no apetecía salir de noche pero sí que fueron a la parroquia del pueblo. Yo no fui porque mis padres no me lo aconsejaron debido a la humedad ya que me han hecho recordar que soy alérgica a la humedad tanto del ambiente como del aire. En fin...

 

Ya el Viernes, amaneció con un Sol estupendo pero no calentaba lo suficiente y planeamos ir a la ciudad de La Laguna, Patrimonio de la Humanidad declarada por la UNESCO hace ya varios años, a ver la procesión del Viernes Santo pero... ¡Oh no, la lluvia hizo acto de presencia!

 

Eso, cuando llegamos y al bajar del autobús, me tuve que subir el cuello de la chaqueta anorak para abrigarme mejor el cuello a pesar de haber llevado un buen jersey de cuello alto. Por la noche, cuando llegué a mi casa del pueblo, tomé un buen vaso de Cola Cao bien calentito y luego, a usar el portátil. Cuando quise entrar al grupo una vez iniciada la sesión, la repanjolera conexión a Internet me "tiró" a la calle como se suele decir. Me dió mucha rabia y decidí entrar solamente a leer algunos mensajes sin iniciar sesión porque ya os digo. Después, me fui a mi camita a descansar.

 

Ayer, amaneció regular y con un cielecito azul por la mañana hasta las once que se cerró de nubes feas y tenía que salir a la farmacia a comprar un suero ocular (baño ocular) pero en cuanto salimos una de mis tías y yo, empezó a llover pero vamos, como nunca había llovido de repente. Al final, cojimos un autobús aunque la zona a donde nos desplazamos quedara algo más cerca de lo que parece pero a mí se me ocurrió llevar un anorak de esos con gorros y a mi tía, ni paraguas ni leche. Llegamos a la zona, a otro pueblo cercano a Las Mercedes, pueblo al que vamos de vacaciones en el verano y algún que otro fin de semana para dar un paseo e hicimos hasta una pequeña compra de artículos que nos hacía falta. Por supuesto, yo aproveché para recargar la tarjeta pre pago de mi teléfono móvil. Por la tarde... ¡Truenos a lo lejos!

 

Sí, como lo habéis leído. A partir de las 14 horas (en canarias y Londres), empezó a llover fuerte y durante casi dos horas y media o más, no recuerdo ahora mismo pero llovió fuerte. Después de la tregua que por cierto, era pequeña, volvió a llover y más fuerte aún que no se podía escuchar bien la televisión. Por la noche, un friazo primero con temperaturas de 9 grados y después, pasadas las doce de la medianoche, a 5 grados. ¡Horrible, yo sí que he pasado un friazo en la cama enorme a pesar de tener dos mantas, un viejo edredón, una colcha nórdica de esas, una camiseta térmica debajo del pijama, unas medias leotardos de esas abrigaditas y para gracia, unos calcetines de lana para los pies!

 

hoy, amaneció lluvioso y sin Sol... ¡Al fin el regreso!

 

Niña, se lo pasó lloriqueando porque no quería sino el Sol y punto pero hoy, se pasó todo el divino día enrollada en su manta gorda que tenemos para ella en el pueblo, una manta de lana y muy buena.

 

Al vernos que nos estábamos preparando para volver a la ciudad, la tía se fue corriendo hasta la puerta de la entrada y se quedó allí pegada como una lapa. ¡Es increíble lo que entiende la tía!

 

Al entrar ya en mi casa, se puso a pedirnos comida y agua... ¡Tremenda!

 

Bueno amigos y amigas, no me extiendo más solo deciros que mañana comenzará la gran batalla contra la multifunción HP que tengo porque me está dando una guerra monumental.

 

Mil besotes a tod@s.

 

Valle.