LINDA (*1982, +1996):
Naciste, junto con 5 hermanitos más, en el Banco en el que yo trabajaba. Vuestra mamá gatuna se coló al sótano, por una ventanita, huyendo del ruido de los cohetes (eran las Fiestas de Alicante, en Junio. Yo estaba de vacaciones, y cuando volví "me enseñaron el regalito que me tenían guardado".
Me comprometí, ante el Director, a manteneros limpios y alimentados, y a encontraros adoptantes. Y así lo hice... uno a uno, tus hermanitos, tras ser destetados, fueron siendo adoptados por clientes del Banco (yo le ofrecía "preciosos gatitos" a todos, jaja). Pero a tí... nadie te quería... eras rayadita, y te encontraban "vulgar". ¡¡Qué tontos...!!.
Pasaban las semanas... llegó Octubre, y tú seguías allí, en el sótano. Tu mamá gatuna entraba y salía por la ventanita... y estaba de nuevo embarazada.
Una madrugada, hubo una tormenta tremenda, que causó muchas inundaciones y daños en toda la ciudad. Llegué al Banco atemorizada, pensando en lo que podría encontrar en el sótano, que seguro estaba inundado, pues a esa ventanita por la que tu mamá entraba y salía le faltaba un cristal...
Gracias a Dios, una de las paredes de aquel cuarto tenía un saliente, a media altura, y allí, acurrucaditas, estabais tu mamá y tú. Con el agua llegándome a las rodillas, os saqué de allí. El Director me dijo que ya no aguantaba más; debíais iros; ya no me iba a permitir teneros allí más tiempo...
Tu mamá era una "callejera" bastante conocida en la zona; se colaba en mi Banco (el Hispano Americano), y también en el vecino Banco de España, por lo que la llamábamos "Peseta". No tuve más remedio que devolverla a la calle... Y el Director ordenó tapar el hueco de la ventana para que no volviera a entrar.
Pero tú, con sólo 4 meses, y muy chiquitina, porque habías sido la más débil de la camada, no podías ir a la calle... Llamé a mi mamá y se lo conté. Me dijo que te llevara a casa... A VER SI EL RUBI TE ADMITÍA. Si no te quería, te llevaríamos a nuestro Veterinario para que él te buscase un hogar.
Pero no hizo falta. El Rubi, "San Rubi", te acogió desde el primer momento, con gran cariño, y pacientemente, te guió por toda la casa, para enseñarte cada rincón.
Rubi ya tenía 9 años cuando tú llegaste... ¡pero tú le diste nueva vida!. Fuisteis muy felices, durante casi 7 años más. Después, él empezó a adelgazar, y le salió un bulto en el sobaquito. Era cáncer linfático. El Veterinario no lo quiso operar por la edad, pero Rubi no daba muestras de tener dolores, sólo cada vez estaba más débil.
Una noche se durmió para no despertar ya más... Le faltaba poco para cumplir 17 años.
Te quedaste solita. El veterinario, un año después de la muerte de Rubi, nos ofreció a un precioso rayadito de pelo semi-largo, de año y medio, muy cariñoso... pero tú lo rechazaste como una fiera... ¡Nunca, ni antes ni después, te vimos tan enfadada!. Así que al pobre gato lo devolvimos al Veterinario, quien enseguida le encontró otra familia.
No estabas castrada; no era tan común entonces aquí castrar a las hembras. Mientras vivió Rubi, fuisteis "dos buenos amantes"; pero ahora ya no estaba... Tus épocas de celo eran tremendas.
Te gustaba mucho comer, y te pusiste muy gordita. Nuestro Veterinario "de siempre", que era muy mayor, enfermó y murió... Te llevamos a otro, un chico joven, que me recomendó una compañera. El nunca dijo de hacerte chequeos; sólo te vacunaba una vez al año, y ya está.
A principios de 1996, noté que tosías mucho. Te llevé al veterinario; simplemente te auscultó y te recetó un jarabe. No te hizo mucho efecto. Te volví a llevar, y te cambió el jarabe por unas pastillas. Seguías tosiendo...
Por aquel entonces, en mi casa había graves problemas: Mi mamá llevaba enferma, por un infarto cerebral que la dejó inválida y sin habla, desde 1992. Mi papá y yo no nos entendíamos demasiado, y la única de mis tías que quedaba en el piso de al lado y que tanto me ayudaba, había muerto hacía año y medio, dejando también solita a Flora, su gata, enfermita de cáncer... La tuve que llevar a eutanasiar a finales de Enero, pues sufría horriblemente.
En Febrero, otro problema: Una sobrina de mi amigo me llamó diciéndome que una de sus profesoras del colegio tenía un gatito "al que iba a sacrificar por no poder atenderlo". Lo había anunciado incluso en la prensa, y nadie llamaba para adoptarlo.
Entonces esa niña, que sabía que Flora había muerto, me ofreció al gatito. Yo tenía a Linda, que no admitía otros gatos... pero el piso donde había vivido Flora estaba vacío. Se lo conté a mi mamá y ella, por señas (no podía hablar), me dijo que sí, que adoptara a ese gatito. Ese gatito (que resultó ser UN GATAZO enorme, de año y medio de dad)... SE LLAMABA CURRO.
Y así, querida Linda, con Curro (que era una fierecita entonces) viviendo solito en el piso de al lado -yo entraba y salía para visitarlo, llevarle comida y cambiarle la arena- con mi mamá en cama (menos mal que tenía a 3 mujeres que se turnaban para atenderla durante el día) mi papá discutiendo conmigo todo el tiempo... y tú sin parar de toser... llegó Abril, y la Pascua de Resurrección.
Dos semanas después de Pascua, a finales de Abril, había una fiesta importante en Alicante, una romería. Me fuí por la mañana, quedando en casa la señora que atendía a mis padres los días festivos.
Cuando volví a casa, a media tarde, la señora me dijo: "Maria José, la gata se muere". Entré a verte: No podías apenas respirar. Llamé al veterinario, pero era festivo y tenía cerrado; no contestó... Busqué en la guía telefónica, y al final encontré uno que sí tenía servicio de urgencias, y se ofreció a venir a casa, pues le dije que no tenía auto.
Vino rápidamente, aunque tenía la clínica en las afueras de la ciudad. Me dijo que estabas muy mal... y que temía que tu dificultad respiratoria no fuera por un catarro; se te llevó para hacerte análisis y radiografía.
Me llamó al poco. Malas, muy malas noticias... Tenías una grave diabetes, la cual, al no estar controlada, te había provocado un fallo renal, el cual derivó en un terrible encharcamiento pulmonar. Te puso sueros, pero se temía lo peor...
Y lo peor llegó apenas dos horas después. Lindita preciosa, te fuiste al Cielo en los brazos de Freddy, ese veterinario...
Al día siguiente, viernes, tuve que ir a trabajar, claro... Y por la tarde tenía que ir a un pueblo de la provincia, a bailar. Era un ballet semi-profesional; no podía faltar...
Un jefe del Banco, muy comprensivo, me llevó a media mañana a la clínica a recoger tu cuerpecito... y se lo tuve que entregar, sin más, a otro compañero, al que había suplicado te enterrara en su chalet (donde ya estaban Rubi y Flora).
Así que, mi rayadita hermosa, ni siquiera pude despedirme de tí debidamente... Ni siquiera pude ir a enterrarte... Tuve que hacerme la fuerte, ir a ese pueblo, maquillarme, salir al escenario a bailar sonriendo... Como dice la canción del grupo Queen, "THE SHOW MUST GO ON" (el espectáculo debe continuar).
Siempre que pienso en tí, acabo muy triste, Lindita... Espero me hayas perdonado y también salgas tú a recibirme cuando sea yo quien cruce el Puente...
-Mari Jose.
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