Cuando tenía cuatro años, viajé de Salta (la provincia donde vivo) a Mar del Plata en tren, con toda mi familia.
Fue en Mar del Plata, en donde mi madre me compró y me regaló este rompecabezas.
Recuerdo que solía armarlo y desarmarlo en el dormitorio del hotel, yo arrodilladito en el suelo, y el rompecabezas y sus piezas, sobre la cama.
¡Como verán en las fotos, no le falta ninguna pieza, pues están todas!
Le hice un arreglo, ya que los bordes del mismo estaban levantados por el paso de los años, de tal manera que le puse cola con un pincel y lo prensé, así que me ha quedado como nuevo.
Este rompecabezas, lo he conservado con cariño, y aún llevo aquel hermoso recuerdo dentro de mí, el recuerdo de armarlo y desarmarlo, en la habitación del hotel, a mi querido rompecabezas de “el gato del cuento”.
Supongo que este rompecabezas, fue el primer dibujo de un gato que tuve.
Este rompecabezas que mantuve casi toda mi vida, hoy lo comparto con ustedes, es decir, con mis amigas.