BUDHA DE LA MEDICINA
"La tradición sanadora del Buda de la Medicina"
Cada uno de nosotros tiene la capacidad de ser un buda, un ser
iluminado. Lo que distingue a un ser iluminado de un ser ordinario es
que ha realizado el potencial latente que esta en cada uno de nosotros.
Esas capacidades pueden ser clasificadas en tres: el cuerpo de arcoiris,
la mente ilimitada y precisa aunque con acciones totalmente espontáneas
llenas de gozo. Nuestro cuerpo de arcoiris esta relacionado con
nosotros realizando completamente lo que enseña el sutra del corazón,
que la forma es vacío y el vacío es forma. Cuando entendemos y
experimentamos la naturaleza insustancial de todas las cosas que tenemos
como tridimensionalmente sólidas y reales, obtenemos una presencia que
esta llena de recursos ilimitados y sin miedo. Nos volvemos una fuente
de protección confiable e incondicional para todos los seres. Nuestra
mente ilimitada es el resultado de la eliminación de las ideas fijas que
a su vez resultan en el florecimiento de nuestra capacidad de conocer y
entender las cosas claramente tal como son, desde las más mundanas
hasta las mas profundamente sutiles. Ese es el estado natural de nuestra
mente del que se habla en todos los textos y comentarios. Finalmente
estando lleno de recursos ilimitados y conociendo todo lo que debe ser
conocido en una o todas las situaciones, tenemos la confianza y el poder
de ser y actuar de acuerdo a lo que se necesita para beneficiar a
cualquiera o todos los seres en cualquier situación. Liberado de las
limitaciones y fronteras, nuestras interacciones son frescas, presentes y
gozosas.
¿Que evita que experimentemos la vida de esa manera? Hace dos kalpas
ilimitadas, es decir, hace mucho tiempo atrás, esta pregunta fue el
ímpetu para que un ser alcanzara la iluminación, el Buda de la Medicina.
Habiendo alcanzado la iluminación, realizando todo el potencial del que
hablamos anteriormente, el Buda de la Medicina (Tib. Snagye Mela) vio
que hay tres venenos que son la causa de que no realicemos nuestro
potencial. Esos tres venenos son la ignorancia, el apego y la agresión.
De manera simple: no entendemos completamente que esta sucediendo o los
recursos que tenemos en nuestras manos. Con esa visión estricta,
desarrollamos ideas fijas y restringidas de lo que pensamos que esta
sucediendo. Y cuando alguien desafía nuestra visión del mundo o lo que
estamos haciendo basados en nuestras propias ideas fijas, nos volvemos
locos, indignados y combativos con ellos, viéndolos como una competencia
o como una amenaza. Lo que el Buda de la Medicina podía también ver es
que esa manera de pensar y ser tenía efectos sobre diferentes niveles de
nuestra existencia. Los tres venenos son las razones por las que caemos
en religiones, filosofías, visiones del mundo que son marcadas por
diferentes niveles de eternalismo o nihilismo. Pero, también en el nivel
de la vida diaria, pueden expresarse como nuestra preferencia por
amigos, comida, ocupación o lo que sea. Son la fuente de nuestros
dramas, ya sean espirituales, emocionales o físicos.
Para remediar esta situación necesitamos un antídoto para los tres
venenos. Remediarlos no significa eliminarlos sino, de acuerdo con la
tradición y las enseñanzas del Buda de la Medicina, transformarlos. Cada
uno de los venenos es de hecho un velo, una expresión neurótica de las
tres nobles cualidades de la iluminación. Consecuentemente, cuando
transformamos la ignorancia, nos reconectamos con nuestros recursos
ilimitados, nuestro cuerpo de arcoiris. Cuando dejamos ir el apego a las
ideas fijas, nuestras mentes se vuelven abiertas a su naturaleza
ilimitada. Cuando vencemos nuestra perspectiva territorial y nos vemos a
nosotros mismos con cada uno de los seres, la competencia da lugar al
gozo y todo lo que hacemos se vuelve una expresión espontánea de nuestro
ser iluminado.
Cuando un Buda enseña, da información que es tanto definitiva como útil a
nivel relativo. Lo que es definitivamente útil son las enseñanzas del
Dharma, las enseñanzas sobre las cosas como son van directamente al
origen del problema, en este caso los tres venenos. Finalmente, lo que
debe ser transformado es nuestra visión. En el caso del Buda de la
Medicina, las prácticas espirituales apuntan directamente a los tres
venenos. Tanto para nuestra incomodidad o enfermedad con nuestro mundo
espiritual, emocional o físico, es necesaria la transformación de
nuestra experiencia de vida y de las perspectivas basadas en los tres
venenos.
Al mismo tiempo el Buda de la Medicina puede ver como nosotros, como
seres humanos, estamos atrapados en nuestra experiencia. Él vio que
debido a nuestras incomodidades y dolores físicos y emocionales no
podemos salir de nuestros aprietos y realizar el valor y la importancia
de la práctica del Dharma. Por lo tanto para erradicar los síntomas y
las condiciones que nos deprimen, el Buda de la Medicina dio enseñanzas
sobre medicina. Sus enseñanzas fueron transmitidas desde su fuente
iluminada a dioses y seres a lo largo de generaciones.
De acuerdo con la histo-mitología de las fuentes tibetanas, el Ayurveda,
la medicina tradicional de India, fue transmitida a los profetas y
yoguis por Brahma, quien a su vez lo aprendió hace eones del Buda de la
Medicina. El Manjar del Corazón del Tantra o Gyud Zhi del Tíbet, escrito
en el siglo XI por el gran médico Yutok Yonten Gonpo, es considerada la
más completa transmisión de las enseñanzas del Buda de la Medicina
sobre sanación. El único propósito de esa enseñanza fue ayudar a los
humanos a sobreponerse a sus cargas emocionales y físicas de modo que
puedan conectarse y practicar lo que es definitivamente útil, que los
reconecta con su potencial iluminado.
Cuando pensamos en la medicina de los tiempos antiguos, aún si viene de
una fuente iluminada como el Buda de la Medicina, es a menudo nuestra
arrogancia la que nos hace presumir que es arcaica y no aplicable
realmente a nuestro mundo moderno. Lo que sorprende a muchos es que esas
enseñanzas incluyen cada aspecto de la medicina que conocemos hoy:
embriología, cuidado pre y postnatal, pediatría, gerontología, medicina
específica para mujeres y hombres de todas las edades, pediatría,
cirugía, etc. Las recomendaciones que el Buda de la Medicina enseñó caen
en cuatro categorías o niveles generales que van desde los menos
agresivos a los más agresivos, la idea es comenzar con un nivel simple e
ir profundizando en la medida que la condición o el sufrimiento del ser
demanda un mayor nivel de atención.
I
El primer nivel de medicina enseñado en el Gyud Zhi tiene que ver con
cambios en el estilo de vida: dieta, ejercicios, relajación y descanso
de calidad e higiene. De acuerdo con el Ayurveda Tibetano,
aproximadamente un noventa y cinco por ciento de los síntomas de
enfermedades y aflicciones que experimentamos pueden ser eliminados si
simplemente hacemos cambios en nuestro estilo de vida que se ajusten a
nuestra constitución particular (que en Tibetano se conoce como
Rang-Zhin) y nuestra condición actual. El conocimiento de esto es
determinado por un médico-sanador tibetano o ayurvédico que hace
diagnósticos de pulso, análisis de orina, observaciones, tactos y toma
un detallado historial médico, que puede incluir el historial médico de
nuestros padres e información astrológica. El resultado de tal examen es
el entendimiento de la combinación única de las tres energías básicas,
llamadas en Tibetano: nyepas (en Sánscrito: doshas). Las tres energías
son: BEKAN (Kapha en Sánscrito), que tiene que ver con las estructuras y
tejidos básicos de nuestro cuerpo, LUNG (Vata en Sánscrito) que tiene
que ver con todos los movimientos que experimentamos, de cómo nuestra
mente se mueve de una cosa a otra, de cómo la sangre se mueve a través
de nuestro cuerpo, e incluso de cómo nos movemos de un lugar a otro, y
TRIPA (Pitta en Sánscrito) que tiene que ver con todos los procesos de
transformación de nuestro cuerpo (como el metabolismo). Esos tres BEKA,
LUNG y TRIPA se juntan en una combinación particular que determinan
nuestra estatura, como procesamos información, cuales emociones son
predominantes, y aún nuestras inclinaciones espirituales. El Buda de la
Medicina enseñó que hay unas 84.000 combinaciones de esas energías o
nyepas. En los humanos, pueden ser reducidas a siete tipos de
constitución básicas. Conociendo nuestra combinación única nos ayudará a
vivir un mejor estilo de vida que sea menos estresante y conducente a
acceder nuestros potenciales más profundos.
Sabiendo que a menudo dejamos que las cosas se salgan de control antes
de admitir que las cosas no están bien, el Buda de la Medicina vio que
hay momentos en los que son necesarios niveles más profundos de
intervención; donde la persona esta muy débil o enferma para ocuparse,
practicar o de ver algún cambio con solo cambiar el estilo de vida. Así
el segundo y tercer nivel se hacen más relevantes en la situación
inmediata de la persona, siempre y cuando, a largo plazo, el paciente
adopte un mejor estilo de vida de modo que no se vea involucrado en el
mismo inconveniente de nuevo.
II
El segundo nivel del Ayurveda Tibetano tiene que ver con los procesos de
desintoxicación y rejuvenecimiento. Algunas veces necesitamos
liberarnos del exceso de desperdicios y otras expresiones de
desequilibrio antes de que ganemos los beneficios de un mejor estilo de
vida. Así, la desintoxicación es necesaria. Para realizar esto uno debe
utilizar hierbas, suplementos y otras medicinas desintoxicantes,
masajes, hidroterapia y métodos conocidos en el Ayurveda Indio y el
Tibetano como los cinco Karmas (Sánscrito: Pancha Karma, en Tibetano:
Len Nga). Estos incluyen: enemas, purgantes, vomitivos, tratamientos
nasales y purificación de la sangre. Es sólo después de la
desintoxicación que el segundo nivel, el rejuvenecimiento, es efectivo.
Para rejuvenecer el cuerpo uno puede utilizar hierbas, suplementos,
esencias (como ejemplos están las píldoras preciosas de la tradición
tibetana que en el ayurveda indio se denominan Rasayanas), masajes e
hidroterapia con hierbas rejuvenecedoras, y enemas de hierbas. El
rejuvenecimiento, sin embargo, puede también ser practicado antes de la
desintoxicación en situaciones donde la energía de la persona esta
agotada, de modo que se puedan beneficiar con un cambio en el estilo de
vida, o para desintoxicarse en el futuro, deben fortalecerse
inicialmente. Esta metodología de rejuvenecimiento es relevante en
nuestra cultura donde, a menudo, las personas están obsesionadas por las
dietas de moda donde se adelgaza en extremo o se desgasta la energía,
entonces de modo de restaurar un adecuado balance necesitan recuperarse.
Este nivel es considerado más agresivo y por lo tanto requiere de mayor
experiencia y experticia por parte del médico/sanador. Especialmente
cuando uno comienza a interactuar físicamente con el paciente, dando
masajes y administrando variadas acciones purificadoras, se enseña que
uno esta comenzando a influenciar su karma. Eso trae consecuencias tanto
para el paciente como para el sanador. Por lo tanto a este nivel se
dice que el paciente debe sentirse a gusto y sentir confianza con el
sanador, tanto en términos de su experiencia como de su ética.
III
El tercer nivel del Ayurveda Tibetano es aún más agresivo. Aquí estamos
hablando de medicina de emergencia y el tratamiento de problemas
profundamente arraigados que requieren una intervención radical. Esas
intervenciones incluyen cirugía, acupuntura y moxabustión, una forma de
acupuntura con calor.
Puede parecer impactante para nuestras nociones modernas de los tiempos
antiguos, pero la medicina tal como fue practicada en India, Tíbet y
otras áreas del mundo, incluían procedimientos quirúrgicos, que aunque
no tenían la tecnología que conocemos hoy en día, era destacadamente
sofisticada. En el caso de la cirugía Tibetana, fue prohibida en un
punto durante nuestra era medieval debido a que la madre de un rey murió
durante uno de esos procedimientos.
Los Tibetanos claman haber descubierto la acupuntura (la técnica de las
agujas doradas) y que fueron ellos quienes se lo enseñaron a los chinos.
Al mismo tiempo, hay un sistema completo de acupuntura que existió en
el Ayurveda Indio. Así que quien fue el primero en utilizar esas
técnicas es un asunto enmarañado. No obstante, la moxabustión, la forma
de acupuntura más aplicable a un clima de montaña alto y seco, se ha
mantenido como el tratamiento preferido en este nivel del Ayurveda
Tibetano.
Tales métodos eran considerados como últimos recursos en vez de
intervenciones iniciales, excepto en situaciones de emergencia. El Buda
de la Medicina enseñó que hay sistemas de energías, canales y puntos
sutiles en el cuerpo. Cortarlos o estimularlos de manera inapropiada
puede causar problemas al paciente en el futuro, incluso pueden ser
fatales. Aquí, la habilidad y el cronometraje son necesarios. Por
ejemplo, el Ayurveda Tibetano enseña que tales intervenciones pueden
arrojar resultados pobres si se realizan durante la luna nueva. Por otro
lado, hay días del mes, como el octavo día del mes lunar, el día del
Buda de la Medicina, que son muy beneficiosos. También se puede
considerar una carta astrológica del paciente. Se considera que el uso
de la moxabustión tiene mejores efectos en ciertos momentos del día o de
las estaciones cuando se localizan varias afecciones. Por supuesto, en
una emergencia, las cosas deben hacerse cuando deben hacerse. Tales
acciones tendrán sus propias consecuencias que deberán ser aceptadas en
su momento. Pero si es posible, es preferible esperar por el momento más
auspicioso.
IV
El último nivel enseñado por el Buda de la Medicina en el Gyu Zhi es
medicina espiritual, este es considerado el más profundo y agresivo de
todos los niveles. ¿Por qué?.
Si es cierto que la manera como pensamos y percibimos el mundo determina
la manera como actuamos en él, tanto con nosotros mismos como con
nuestra relación con otros, entonces un cambio de paradigma, una
creencia nueva o diferente sobre el mundo, tendrá un impacto en nosotros
en todos los niveles. ¿Ayudaría un nuevo paradigma o una nueva creencia
a transformar los tres venenos o sería solo una mezcla de temas? Esa es
una pregunta crítica, a la que no le tenemos una respuesta
suficientemente buena, especialmente en occidente.
Los efectos de una religión negativa pueden llevarnos a cambiar nuestra
dieta, probablemente a ignorar nuestros cuerpos. Pueden cortar vínculos
importantes con la familia, amigos y seres queridos. Pueden alterar la
manera como vemos la vida o la muerte. Ciertamente, aún los cambios en
esos niveles en una dirección positiva donde adoptamos las cosas como
son como opuestos a los trucos o la fantasía, pueden alterar nuestra
vida personal y nuestras relaciones. Pero a la larga la agitación, el
dolor frente a los cambios y los malos sentimientos deben ser
reemplazados por un mayor sentido de integración personal, un sentido de
totalidad y mayor amor hacia uno mismo y otros. Es probablemente por
esa razón que el gran maestro Gampopa, dedicó tanto tiempo al Ornamento
de las Joyas de la Liberación, incitando a sus estudiantes a examinar
cuidadosamente al maestro y sus enseñanzas. Muy a menudo escuchamos en
occidente sobre estudiantes que abandonan su sentido común y caen en las
manos de gurúes y maestros escrupulosos o no. La renuncia de tal
razonamiento y poder personal solo puede tener efectos desastrosos a
largo plazo.
Junto con esas relativamente conscientes decisiones y escogencias en el
plano personal y la arena espiritual, el Buda de la Medicina, también
reconoce que algunas veces las inclinaciones mentales del nacimiento
pueden crear un contexto en el cual las fuerzas e influencias negativas
pueden afectarnos. Estamos hablando aquí de posesiones, es decir: ser
poseídos. Para nuestra mente científica occidental tal noción puede
parecer anticuada o pasada de moda. Pero recordemos que el Dharma enseña
que existen 84.000 tipos diferentes de seres, muchos de los cuales son
invisibles. Hay muchas más cosas sucediendo en el universo que las que
podemos observar en el espectro visual.
Así al nivel de la medicina espiritual, el Gyud Zhi enseña varios
métodos que involucran al paciente en prácticas de meditación y
contemplación o meditaciones, oraciones e incluso exorcismos que son
hechos al paciente por parte del médico-sanador.
Lo primero en este nivel es que cada uno de nosotros necesita ser más
conscientes de nuestros propios problemas. Necesitamos ser capaces de
contemplar como hemos contribuido con nuestra dolencia y enfermedad
resultante y tomar cierto nivel de responsabilidad por nuestra
situación. Aquí estamos hablando de mirar directamente nuestras
inclinaciones a ser capturados por los tres venenos. Tal conocimiento
personal es crítico para cualquier nivel de recuperación que deseemos
experimentar y como una base para hacer lo que nos sea posible para
evitar caer en una situación similar. Sin importar cual nivel de
medicina esta recibiendo el paciente, esta base es fundamental. Es
también la base para emprender una practica espiritual que ayude a
transformar los tres venenos. La práctica de meditación que más se
refiere directamente a la purificación de los tres venenos de la
ignorancia, el apego y la agresión es la visualización y los mantras del
Buda de la Medicina. Por supuesto un médico-sanador puede observar que
es más recomendable hacer alguna otra práctica para un paciente
particular. Por ejemplo, es posible que el paciente necesite desarrollar
más compasión hacia otros y hacia si mismo. De esta forma para mayor
apertura, se enfatizará la practica de Chenrezig.
Así como el cuarto nivel de las enseñanzas del Buda de la Medicina puede
arrancar de raíz y transformar las causas de nuestra aflicción y
enfermedad, también puede traer resultados más rápidos e incluso
sanaciones milagrosas. Una vez que la confusión, la duda y el temor son
eliminados, o al menos controlados en nuestras mentes, nos encontraremos
viviendo y actuando en concordancia con lo que sirve a nuestras vidas
más que lo que la desafía. Escogemos la vida sobre la entropía y
nuestros cuerpos y mentes actúan acordemente. Aunque algunas veces el
daño a nuestro cuerpo en forma de cáncer u otras enfermedades crónicas o
degenerativas, o daños por lesiones traumáticas es muy extenso, de modo
que un empeoramiento o incluso la muerte es lo único que se puede
esperar. ¿Qué valor tiene entonces la medicina espiritual?.
La raíz de toda enfermedad surge de los tres venenos. Si transformamos
la raíz, la causa de enfermedades futuras son removidas. Algunas veces
esto resultará en la misma vida. Algunas veces constituirá una buena
preparación para vidas futuras. Si saltas hacia un barranco y te das
cuenta que has cometido un error - que prometiste no cometer de nuevo -
puedes sembrar las semillas de la consciencia de lo que se encuentra
sobre el precipicio en una vida futura. Pero mientras tanto la gravedad
tendrá que hacer lo suyo contigo. Y, si estás mas consciente y menos
lleno de temor y aprensión, esas emociones negativas no serán parte de
tu experiencia de muerte, en cuyo caso tu muerte y lo que sigue sólo
puede ser más positivo.
Finalmente, las energías constitutivas de nuestro cuerpo, BEKAN; LUNG y
TRIPA no son más que las manifestaciones de la ignorancia, el apego y la
agresión respectivamente. A su vez esos tres venenos no son más que las
expresiones neuróticas de nuestro potencial ilimitado, nuestro cuerpo
de arcoiris, nuestra mente ilimitada y nuestro gozo espontáneo.
El Buda de la Medicina nos enseña que conociendo la predominancia y
mezcla de los tres venenos dentro de nosotros, aprendiendo a templar sus
efectos en nosotros a través de un estilo de vida balanceado,
atendiendo cualquier nivel de sanación que necesitemos para experimentar
nuestra propia vitalidad y fortaleza y emprendiendo prácticas
espirituales que transformen esos venenos en nuestra vida diaria,
seguramente alcanzaremos un estado alto de realización. Y si no ahora
entonces en el Dewachen, o en la propia tierra pura del Buda de la
Medicina: Sudarshan, la cual surgirá de quien somos implícitamente. Los
velos de la ilusión de la separación caerán y nos pararemos,
resplandecientes como el Buda de la Medicina.
Sarvamngalam!!! (Que todo sea auspicioso!!!)
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