Sutra de los Kalamas Versión española de Samanera Thitapuñño Revisada
por Benito Carral Los Kalamas de Kesaputta visitan al Buda 1.
Esto he escuchado. En una ocasión el Bendito, mientras merodeaba en el
país de Kosala en compañía de una gran comunidad de monjes, entró en
el pueblo de los kalamas llamado Kesaputta. Los kalamas que eran
habitantes de Kesaputta exclamaron: «El reverendo Gotama, el monje,
el hijo de los Sakiyas, mientras merodeaba en el país de Kosala,
entró en Kesaputta. La buena reputación del reverendo Gotama se ha
difundido de la siguiente forma: “Efectivamente, el Bendito es
consumado, totalmente iluminado, dotado de sabiduría y disciplina,
sublime, conocedor de los planos de existencia, incomparable guía de
hombres domables, maestro de seres humanos y divinos, a los cuales ha
entendido claramente a través del conocimiento directo. Él ha
expuesto el Dhamma, bueno en el inicio, bueno en la parte media,
bueno en el final, dotado de forma y significado, y completo en todo aspecto;
también proclama la vida santa que es perfectamente pura. El ver tales consumados
es bueno en verdad”». 2. Entonces los kalamas de Kesaputta fueron a
donde se encontraba el Bendito. Al llegar ahí algunos le rindieron
homenaje y después se sentaron a un lado; algunos intercambiaron
saludos con él y después de concluir conversación cordial memorable,
se sentaron a un lado; algunos anunciaron sus nombres y el de sus familias
y se sentaron a un lado; algunos sin decir cosa alguna se sentaron a un lado. Los
Kalamas de Kesaputta solicitan la guía del Buda 3. Los kalamas que
eran habitantes de Kesaputta sentados a un lado dijeron al Bendito: «Venerable
señor, hay algunos monjes y brahmanes que visitan Kesaputta. Ellos exponen
y explican solamente sus doctrinas; desprecian, insultan y hacen
pedazos las doctrinas de otros. Otros monjes y brahmanes también,
venerable señor, vienen a Kesaputta. Ellos también exponen y explican
solamente sus doctrinas; desprecian, insultan y hacen pedazos las
doctrinas de otros. Venerable señor, en lo que concierne a ellos
tenemos dudas e incertidumbre. ¿Cuál de estos reverendos monjes y
brahmanes habló con falsedad y cuál con la verdad?» El criterio para
el rechazo 4. «¡Kalamas! Es propio para ustedes dudar y tener
incertidumbre; la incertidumbre ha surgido en ustedes acerca de lo
que es dudoso. ¡Vamos, kalamas! No se atengan a lo que ha sido
adquirido mediante lo que se escucha repetidamente; o a lo que es tradición;
o a lo que es rumor; o a lo que está en escrituras; o a lo que es
conjetura; o a lo que es axiomático; o a lo que es un razonamiento
engañoso; o a lo que es un prejuicio con respecto a una noción en la
que se ha reflexionado; o a lo que aparenta 2 ser la habilidad de
otros; o a lo que es la consideración: “Este monje es nuestro maestro”.
¡Kalamas! Cuando ustedes por sí mismos sepan: “Estas cosas son malas; estas
cosas son censurables; estas cosas son censuradas por los sabios;
cuando se emprenden y se siguen, estas cosas conducen al daño y al
infortunio”, abandónenlas. Codicia, odio e ignorancia 5. «¿Qué
piensan, kalamas? ¿La codicia aparece en un hombre para su beneficio o para
su perjuicio?» «Para su perjuicio, venerable señor.» «Kalamas, dado a
la codicia, y estando mentalmente sumergido y vencido por la codicia,
un hombre mata, roba, comete adulterio y dice mentiras; y así incita a
otro a hacer lo mismo. ¿Por mucho tiempo será esto para su daño y su
perjuicio?» «Sí, venerable señor.» 6. «¿Qué piensan, kalamas? ¿El
odio aparece en un hombre para su beneficio o para su perjuicio?»
«Para su perjuicio, venerable señor.» «Kalamas, dado al odio, y
estando mentalmente sumergido y vencido por el odio, un hombre mata,
roba, comete adulterio y dice mentiras; y así incita a otro a hacer lo mismo.
¿Por mucho tiempo será esto para su daño y su perjuicio?» «"Sí,
venerable señor.» 7. «¿Qué piensan, kalamas? ¿La ignorancia aparece
en un hombre para su beneficio o para su perjuicio?» «Para su
perjuicio, venerable señor.» «Kalamas, dado a la ignorancia, y
estando mentalmente sumergido y vencido por la ignorancia, un hombre
mata, roba, comete adulterio y dice mentiras; y así incita a otro a
hacer lo mismo. ¿Por mucho tiempo será esto para su daño y su
perjuicio?» «Sí, venerable señor.» 8. «¿Qué piensan, kalamas?
¿Estas cosas son buenas o malas?» «Malas, venerable señor.» «¿Censuradas
o alabadas por los sabios?» «Censuradas, venerable señor.» «Cuando
estas cosas se emprenden y se siguen, ¿conducen al daño y al infortunio? ¿O
cómo les parece?» «Cuando estas cosas se emprenden y se siguen,
conducen al daño y al infortunio. Así nos parece esto.» 9. «Por lo
tanto, dijimos, kalamas, lo que se dijo: “¡Vamos, kalamas! No se
atengan a lo que ha sido adquirido mediante lo que se escucha
repetidamente; o a lo que es tradición; o a lo que es rumor; o a lo
que está en escrituras; o a lo que es conjetura; o a lo que es
axiomático; o a lo que es un razonamiento engañoso; o a lo que es un prejuicio
con respecto a una noción en la que se ha reflexionado; o a lo que
aparenta ser la habilidad de otros; o a lo que es la consideración:
‘Este monje es nuestro maestro’. ¡Kalamas! Cuando ustedes por sí
mismos sepan: ‘Estas cosas son malas; estas cosas son censurables;
estas cosas son censuradas por los sabios; cuando se emprenden y se
siguen, estas cosas conducen al daño y al infortunio’, abandónenlas.” 3 El
criterio de aceptación 10. «¡Vamos, kalamas! No se atengan…, cuando
ustedes por sí mismos sepan: “Estas cosas son buenas, estas cosas no
son censurables; estas cosas son alabadas por los sabios; cuando se
emprenden y se siguen, estas cosas conducen al beneficio y la
felicidad”, entren y permanezcan en ellas. Ausencia de codicia, odio e
ignorancia 11. «¿Qué piensan, kalamas? ¿La ausencia de codicia
aparece en un hombre para su beneficio o para su perjuicio?» «Para su
beneficio, venerable señor.» «Kalamas, no dado a la codicia y no
estando mentalmente sumergido y vencido por la codicia, un hombre no
mata, no roba, no comete adulterio y no dice mentiras; y así incita a
otro a hacer lo mismo. ¿Por mucho tiempo será esto para su beneficio y felicidad?»
«Sí, venerable señor.» 12-13. «¿Qué piensan, kalamas? La ausencia de
odio… La ausencia de ignorancia… 14. »¿Qué piensan, kalamas?
¿Estas cosas son buenas o malas?» «Buenas, venerable señor.» «¿Censurables
o no censurables?» «No censurables, venerable señor.» «¿Censuradas o
alabadas por los sabios?» «Alabadas, venerable señor.» «Cuando estas
cosas se emprenden y se siguen, ¿conducen al beneficio y la felicidad o
no? ¿O cómo les parece?» «Cuando estas cosas se emprenden y se siguen, conducen
al beneficio y la felicidad. Así nos parece esto.» 15. «Por lo
tanto, dijimos, kalamas, lo que se dijo: [como en 9] Los cuatro
inconmensurables estados de la mente 16. »El discípulo de los nobles,
kalamas, que en esta forma está libre de codicia, libre de rencor
(mala voluntad), libre de ignorancia, claramente comprendiendo y atento,
permanece, habiendo difundido con el pensamiento de amor un cuarto; de
la misma manera el segundo; de la misma manera el tercero; de la
misma manera el cuarto; así también arriba, abajo y en derredor; él
permanece, habiendo difundido debido a la existencia en el [espacio]
de todos los seres vivientes, por doquier, el mundo entero, con el
gran, exaltado, ilimitado pensamiento de amor que está libre de
malicia u odio. ȃl vive, habiendo difundido con el pensamiento de
compasión… con el pensamiento de alegría solidaria… con el
pensamiento de ecuanimidad… ilimitado pensamiento de ecuanimidad que
está libre de malicia u odio. 4 Los cuatro consuelos 17. »El
discípulo de los nobles, kalamas, que tiene tal mente libre de odio, tal
mente libre de malicia, tal mente libre de mancha, tal mente
purificada, es uno que encuentra cuatro consuelos aquí y ahora. »“Supongan
que hay un más allá y que hay fruto, resultado, de acciones buenas y malas.
Entonces, es posible que en la disolución del cuerpo después de la
muerte, apareceré en el mundo celestial, el cual posee el estado de
gozo.” Este es el primer consuelo que encuentra. «“Supongan que no
hay más allá y que no hay fruto, resultado, de acciones buenas y malas.
Sin embargo, en este mundo, aquí y ahora, libre de odio, libre de
malicia, seguro, saludable y contento me mantengo.” Este es el
segundo consuelo que encuentra.
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