¿LA INCERTIDUMBRE UN MAL DE NUESTRO TIEMPO?
¿LA INCERTIDUMBRE UN MAL DE NUESTRO TIEMPO? “viendo como todo oscilaba y se desplazaba a la Deriva, sentí, vértigo y desesperación”. PLATÓN (428/427 A.C.Carta Séptima Para caracterizar ese estado de la mente que llamamos incertidumbre, un camino podría ser primero incursionar sobre aquello que designamos con el término “certidumbre”. Según Ferrater Mora dice al respecto que “la certidumbre tiene casi siempre un matiz subjetivo”. Según esta perspectiva significa que es un estado que está íntimamente ligado con un sujeto. Los escolásticos medievales la vinculaban a un “estado firme de la mente”. Pero también tiene una connotación objetiva. En el pensamiento clásico esta relacionada con el concepto de verdad y ésta no es nada más que el reflejo de las cosas estables. Platón lo dividió en dos mundos. El mundo sensible de las cosas cambiantes, que fluyen constantemente y del cual sólo tenemos aproximaciones y el mundo suprasensible de las cosas que no cambian y que son las ideas, esencias inmutables, que posibilitaban el conocimiento cierto de todas las cosas. En consecuencia lo que asegura la verdad es lo constante. Es lo que ilumina y establece el ser al mundo contingente de los sentidos y que está inmerso en el tiempo. Si nos atenemos a esta perspectiva y resolviendo este dilema entre lo estable y lo cambiante en el plano metafísico se pueden establecer las repercusiones que se suscitan en el sujeto en el plano psicológico. Alguien ha dicho que “todo sujeto necesita pensarse sobre bases coherentes, previsibles, estables, como una forma de protegerse de la intromisión de lo ajeno”. En un mundo oscilante y con cambios profundos en los paradigmas se acrecientan las posibilidades de que semejante mundo se torne incierto. El sujeto no tiene certezas y su marcha se torna errática, sin tener referentes claros con los cuales orientarse. El mundo cotidiano resulta confuso y amenazante y se empiezan a experimentar desconcierto que llevan a generar en los individuos un estado alterado de pensamiento estrechamente ligado con la incertidumbre, que remiten a una fractura entre el mundo subjetivo y el objetivo. ¿Pero que regularidades podemos encontrar en un mundo que se ha tornado vertiginoso y caótico? Es indudable que está ligado con los criterios emparentados con el determinismo que ciertamente hoy están cuestionados. Según Janine Pujet en el artículo “Qué difícil es pensar=Incertidumbre y perplejidad “ nos dice que para explicarlos teóricamente “fui considerando la necesidad de instaurar la existencia de un principio que contemple con que regularidad se producen los hechos impredecibles” Esto está vinculado con el principio de indeterminación, formulado en la física cuántica por Werner Heisenberg, que llevado al plano psíquico, la autora lo llama “Principio inconsciente de incertidumbre cuya manifestación consciente es la incerteza, la perplejidad, con sus distintos derivados defensivos”. Hoy es difícil explicar el funcionamiento psíquico con las categorías “basada en los principios de Placer, Displacer, Realidad, Nirvana, Constancia, Inercia” Tal es así que la autora los considera insuficientes. Hoy estamos ante un nuevo tipo de sufrimiento provocado por lo impredecible que nos lleva a enfocarlos con otros criterios e incorporarlos a una nueva lógica no determinística. La autora dice “el status de manifestación consciente del Principio de Incertidumbre, se ha activado acá en este país en el área intersubjetiva con crisis diversas, expresadas como derrumbe de ideales, de encuadres fijos, de violencia”. Creo que estamos ante un nuevo fenómeno que está vinculado con los miedos. Todo comienza con la caída de las certezas y el avance de la perplejidad. Hay una frase que engloba el estado de confusión “hay que sobrevivir” y tener en cuenta lo que alguien expresó en una terapia sobre cuáles son los miedos del hombre medio actual: “Tengo miedo a la inseguridad, a la represión, a perder el trabajo y tener que llevar a mi familia al exilio, tengo miedo a la deportación posterior. A la derecha, a las fuerzas del orden, a los secuestros exprés, a la hiper, al dólar alto, a perder todos mis ahorros, a la miseria, al atraso, a este gobierno, a tener miedo a salir a la calle, miedo al futuro”. Estas consideraciones solamente tienen la finalidad de abrir un espacio para la reflexión en un problema del cual nadie puede sentirse excluido.
HÉCTOR COBAS (OCTUBRE DE 2006)