Testimoniar
Testimoniar nos exige encarnar aquello que somos por dentro...
"Los más desgraciados no son los que sufren las injusticias, sino los que las cometen", Montesquieu.
Como herederos del cosmos, venimos a ser TESTIMONIO de nuestra Identidad, Esencia o Estirpe Primigenia: luz; venimos a ser anfitriones y embajadores del Dios Padre-Madre-Espíritu eterno; no, rehenes del imperio del ego fabricador de creologías; venimos a dar testimonio de que el no apartar la mirada de nuestro proceso de SER -por añadidura- nos reenlaza con lo que todo lo coheciona: el Amor. Instante en que expandimos paz, siendo paz; cetro o responsabilidad a elegir; libertad de ser fruto del Espíritu, o producto de la egolatría humana. "Ni Dios ni el ego proponen un sistema de pensamiento parcial. Ambos sistemas son internamente coherentes, aunque diametralmente opuestos en todo, de tal modo que una lealtad parcial es imposible", Jesús.
Como "kamicases de Dios", Arjona, venimos a ser TESTIMONIO de que pacífico es quien honra, venera, saluda y ama al prójimo, como la expresión viva del Dios que Es, cuando aprehende a gobernar y vencer aquella manía tendiente a deslegitimar lo que el próximo maneja como su "razón". Venimos a ser testimonio de fluida acogida al sonido y esfuerzo propio y ajeno, sin interpretarlo. Venimos a ser testimonio del clic que encuentra y defiende la libertad, como el supremo valor de la convivencia. Venimos a ser testimonio de coherencia ante la injusticia -ausencia de amor- de la que se es testigo vivencial y presencial. Venimos a ser testimonio de cotidianidad virtuosa, no inclinada ante quien aparece como más fuerte, ni permite se le incline quien aparece como más débil.
Venimos a ser testimonio del universo que todo lo reinvierte y nada desperdicia. En tal virtud, "usa la soledad, para enseñar la convivencia; usa la rabia para mostrar el valor infinito de la paz; usa el tedio para resaltar la importancia de la aventura y del abandono; usa el silencio para enseñar sobre la responsabilidad de las palabras; usa el cansancio para que se pueda comprender el valor del despertar; usa la enfermedad para resaltar la bendición de la salud; usa el fuego para enseñar sobre el agua; usa la tierra para comprender el valor del aire; usa la muerte para mostrar la importancia de la vida". El Guerrero de la Luz
Venimos a ser testimonio de que nadie puede hacernos daño, a menos que lo permitamos en nuestra mente separada del Dios/a que nos creó y somos. Venimos a dar testimonio de que la ausencia de culpabilidad es invulnerabilidad. Venimos a ser testimonio de que sin importar lo que traten de hacernos, cuando pensamos desde la libertad sapiente de que nada ni nadie puede dañar nuestra inocencia, logramos mostrar que la expiación es la ficción de quien concibe la culpa; entonces, nacemos a la conciencia de saber que no hay nada que perdonar, puesto que nadie puede dañar al hijo/a del Dios/a omniuniversal. Venimos a ser testimonio de que no existe culpa, por no venir -esta- de Dios; multidimensionalidad en la que el Dios Padre-Madre-Espíritu es la única Causa de Todo, por tanto la culpa se evidencia como una fabricación social. Venimos a testimoniar que al no haber nada que nos pueda causar daño, porque nada ni nadie está sobre la Causa que es Dios, lo ajeno a Él, no tiene ningún poder sobre nosotros; éxtasis en el que nuestra liberación individual, contribuye y se traduce en el proceso de liberación colectiva; antídoto mágico que, reencontrado en nuestro cielo interior, nos vuelve invencibles ante la inducción social de culpa, porque "lo que no tiene causa no puede existir. No des testimonio de ello, ni fomentes que ninguna mente lo crea. Recuerda siempre que la mente es una, y que la Causa es una", Jesús.
Venimos a dar testimonio de que la libertad es mental, y que se alcanza al saber que somos un UNO indivisible con el Todo que es el Creador; la mente es lo único que se salva a través de la paz, estado de gracia que ante cualquier otra respuesta que no sea amor, discierne que ella es resultado de una confusión con respecto a qué es la salvación o libertad y cómo alcanzarla. Venimos a ser testimonio de que el estado de charco o manantial que elijamos encarnar, nace en la mente; estilo que define la identidad contenida de ego porque ataca, deprime, saquea, enoja, cuando sustituye su amor por odio o engendro de miedo. Orbita en la que la ansiedad aparece como fruto de adicción al ego y sus manías clasificadoras; ignorancia que nos induce y seduce a la demencia de pensar que el mundo es algo externo a nosotros, sin discernir que es desde nuestra mente, que somos autores del mundo que criticamos; bloqueo que evade asumir que el afuera no es sino reflejo directo de nuestro adentro; satori crucial para aprehender a reconocer que fuera de si mismo, no existe posibilidad ninguna de otro mundo que no sea el que se proyecta desde adentro. "Nunca te olvides de esto y nunca te permitas creer, ni por un solo instante, que existe otra respuesta, pues de otro modo te encontrarás forzosamente entre los pobres, quienes no han entendido que moran en la abundancia y que la salvación ha llegado", Jesús.
Venimos a ser testimonio de que culpar al prójimo -próximo-, no es sino culparse a sí mismo; que tener miedo, mantiene la jaula tejida por nuestras propias privaciones. Venimos a dar testimonio de que despertar a nuestro potencial, conocimiento y sabiduría omniuniversal aplicada, accionar que impulsa nuestra iluminación. Venimos a ser testimonio de que el negarse a ello, adopta muchas formas, modos, mutaciones y vestuarios, los que son menester discernir, para desde su no reedición sin excepción y con firmeza, diluirlos. Instante del UNO intelectual y espiritual, dentro del proceso de reevolución permanente. Venimos a dar testimonio de que la fase inicial de esta reevolución, identidad y transformación, con frecuencia es bastante dolorosa. Elegir asumir el linaje de ser hijos/as de la luz, disuelve el hábito de culpar a lo que se encuentra afuera, transito durante el cual, precisamos conocer que se tiende a albergar esa culpa adentro. Clic que solo la Luz del Espíritu disipa, cuando aprehendemos a ser testimonio de que en un principio, si bien es difícil darnos cuenta de que somos un espejo, no hay diferencia entre lo que se encuentra adentro y lo que se encuentra afuera, realidad liberadora o ley metafísica que luego identificamos. "Como es adentro es afuera. Como es arriba es abajo". Hermes Trimigesto; consciencia Crística de que "si yo no tengo iluminados y limpios mis ojos, lo que vea con ellos no será sino el reflejo de la suciedad y oscuridad que llevo dentro", Jesús.
Venimos a ser testimonio de que renacer al UNO espiritual de todos para uno, y uno para todos, transparenta que el culpar al afuera u otro por nuestras privaciones, acarrea que a nosotros mismos nos culpemos. Estado de sombra sin consciencia de ella, de saber que nadie tiene poder para privarnos de algo, a no ser que ésta provenga de nosotros mismos. Venimos a dar testimonio de lo indiviso e imposible de culparnos a nosotros mismos, sin a la vez culpar a los demás, o de culpar a los demás, sin a la vez culparnos a nosotros mismos. Venimos a ser testimonio de libertad, como el instante en el que no culpamos de nada a nadie, por añadidura, de nada nos culpamos. Gloria que nos renace a la Inocencia Original, gema que irradia la virtud del adentro hacia el afuera. Por ello es fundamental que la culpa sea des-hecha. Venimos a dar testimonio de que el inculpar y culpar, solo boicotea nuestro progresivo proceso de despertar desde adentro, puesto que sólo el ego, no el hijo/a del Dios/a culpa y se culpa. Culparse y culpar, sustituye la identidad de Dios, con la identidad del ego que, para sostenerse, fabrica un sistema de ficción, queja y autocompasión; actitud y comportamiento, metafísicamente, discernido. "No te quejes de nada ni de nadie, adentro de ti yace la causa de lo que te sucede..."
Venimos a ser testimonio de que sin culpabilidad, sentirnos atacados es inconcebible e imposible, dado que sólo la culpabilidad consigue nos aferramos al pasado. Venimos a dar testimonio de que la culpabilidad determina la existencia de un modelo educativo dependiente del castigo, reivindicación o expiación, tara producida por el limitado pensamiento lineal tridimensional, modelo pretensor de extenderse al futuro, valido de un primitivismo patriarcal que halla en la culpabilidad, su manera de conservar el pasado y el futuro, sin hoy, cristalización inserta en la mente personal y colectiva de los pueblos, para asegurar la permanencia y continuidad del sistema del ego. Impronta que al evadir el hoy eterno, se alimenta de castigar el pasado, para con ello garantizar que continúe la identidad o institucionalización del ego. Venimos a ser testimonio de la ambivalencia que significa querer desvanecer la culpabilidad, ya que ello primero le otorga realidad, al mostrar y fomentar la expiación o castigo como el mecanismo de salvación. Plan que el ego -no el Dios/a omniuniversal- propone, en lugar de simplemente desvanecerla. "Yo he sido mal representado por aquellos que no me conocen", Jesús.
Venimos a testimoniar que la expiación no es un método divino de saldar "deudas", aceptarlo es concebir la argumentación venida del ego, sistema que hace de la expiación o ataque, su noción demente de que éstos dan salvación. Venimos a dar testimonio de que el ego enseña a atacar, porque al ser gestado desde la culpa, aumenta la culpabilidad, dado que ella en sí, es el resultado del ataque. Egolatría humana que, separada del Dios/a, idolatra la culpa como el sistema que legitima el infierno y el confinamiento sin escape. Venimos a ser testimonio de que el ataque o expiación -dicotomía patriarcal-, al conferirle realidad a la culpabilidad, no procura superarla sino atesorarla mediante su sistema de mentiras teorizadas. Venimos a dar testimonio de que la Luz del Espíritu Santo, desvanece la culpa o ego evidentes en el culpar, atacar o inferir expiación al prójimo, como proyección de la culpa a sí mismo, mediante el sereno reconocimiento de que la culpa nunca existió. Venimos a dar testimonio de que contemplar la Inocencia del hijo/a del Dios - Padre - Madre - Espíritu eterno, logra discernir que ello es la Verdad, y al ser la Verdad de sí mismo y del prójimo, ella no puede atacar a nadie por nada, puesto que sin culpabilidad el ataque es imposible; lo que nos mantiene Salvos, ya que el hijo/a del Dios/a es Inocente Original, y al serlo, es invulnerable.
"Los ojos se fían de si mismo, las orejas se fían de los demás.", proverbio alemán.
Venimos a ser testimonio de que nuestra mente y la del Dios/a Es el UNO indivisible. Negar o no asumir esto, conserva la ficción del ego intacta, porque categoriza y divide lo indivisible: la mente. Venimos a dar testimonio de la Unidad que significa ante algo o alguien, plantearnos cómo piensa la mente de Dios, ello reactiva y manifiesta desde nuestro interior, la capacidad omniuniversal que somos. Venimos a dar testimonio de que partir del UNO que Es nuestra mente con la Mente de Dios, recupera el misterio y milagro de nuestra Identidad Superior, lo que puede parecer difícil, más, es más fácil que intentar pensar al revés de como piensa la Mente de Dios. Venimos a ser testimonio de lo imposible de entablar relación real alguna con los hijos/as del Dios/a, a menos que Amemos a Todos como su Sagrada Creación, Amor que venera sin excepción. Sentir que tenemos capacidad de amar tal como Dios ama, renace nuestra consciencia de saber que hay otra manera. Verdad contundentemente mostrada en las calamidades creadas al intentar amar de forma diferente de la que nos ama Dios, lo cual ratifica que no hay amor aparte del suyo. Hasta reconocer esta plenitud de verdad, no tenemos idea de lo que es el amor, mientras "la verdad no se pierde, solo queda escondida".
Venimos a dar testimonio de que trascender el mundo de las formas, ubica que el Espíritu Santo es la Mente de Cristo; Maestro Primigenio, Instructor Eterno o Estado Consciente que activa el conocimiento que late más allá de la percepción. Magia mental, lo suficientemente próxima a la Mentalidad del Uno del Dios/a, que logra el que la transferencia a ella sea finalmente posible. Testimonio vivo de la adopción y adaptación multidimensional espiritual sagradamente aprehendida desde el "Curso de los Milagros", Jesús, cuando su néctar despierta, renace y activa nuestra memoria de origen: El Espíritu Santo es nuestra fortaleza, porque sólo nos conoce como Espíritu, multidimensionalidad imperturbable de la Esencia. Espíritu Santo, consciente de que no nos conocemos a nosotros mismos, y de como enseñarnos a recordar lo que somos. Espíritu Santo que nos ama y gustosamente nos muestra lo que Él ama, dado que su voluntad es compartirlo. "El Espíritu Santo se acuerda de nosotros continuamente, por tanto no deja que nos olvidemos de nuestra valía. El Dios-Padre-Madre, jamás cesa de mantener vivo en Él el recuerdo de Su Hijo, y el Espíritu Santo jamás cesa de mantener vivo en el Hijo el recuerdo de su Padre", Jesús.
Venimos a dar testimonio de que Dios es la energía que está en nuestra memoria por causa del Espíritu que nos acompaña a discernir que elegimos olvidar nuestra Esencia o dios/a que somos, cuando en verdad, eso no es lo que realmente queremos hacer; Espíritu, Misterio y Milagro que nos concede el Poder para elegir de otra manera. Venimos a ser testimonio de que así como decidimos de esta otra manera, todos los demás lo pueden hacer; cuando la soberanía de nuestra autónoma identidad omniuniversal, descubre que ésta nos fue y es conferida por el Dios/a Eterno. "La misión del Espíritu Santo, es abrirle los ojos a los ciegos, pues Él sabe que no han perdido su visión, sino que simplemente están dormidos. Él los despertará del sueño del olvido y los llevará al recuerdo de Dios", Jesús.
Haciendo honor a la verdad que dice: "Lo que del Espíritu proviene, a él pertenece"; muestro lo espiritualmente adoptado y adaptado de un "Curso de Milagros", compartido por el UNO cósmico, a través del canal encarnado por dos sublimes creaciones: Hernán y Ana Carolina. |