Cuando hablamos de Ángeles, se despierta en la gente una gran curiosidad por "hacer contacto" todos queremos conocer a nuestro Ángel, conocer su nombre y sobre todo, queremos vivir aquellos milagros de los que tanto se habla.
Antes de pensar en Ángeles, debemos pensar en nosotros mismos, en quienes somos, que hacemos y hacia donde vamos. Ahora describiré el por qué:
Nuestros Ángeles se comunican con nosotros a través de nuestra Aura, es nuestro campo de energía lo que ellos perciben. Ellos no nos ven en cuerpo físico, no desde otras dimensiones, ellos no escuchan nuestra voz y creen lo que le decimos a ciegas. Ellos saben quienes somos en realidad porque nuestra identidad está plasmada en nuestra Aura.
Los pensamientos, así como los deseos, las intenciones, los sentimientos, las palabras y las acciones, son vibraciones que al salir de quien las emite, inmediatamente impresionan la substancia del cuerpo mental reflejando un color; luego se convierten en formas de vida que actúan y afectan a todo aquello con lo que se ponen en relación.
A nivel energético, nuestros pensamientos y actitudes, son lo que le dan color a nuestra Aura. Si nuestros pensamientos y acciones derivan del amor, la bondad, etc., nuestra Aura estará matizada de colores claros. Si nuestros pensamientos y acciones provienen del rencor, el odio, la envidia, la tristeza, el enojo, las preocupaciones, o cualquier sentimiento negativo, nuestra Aura se irá tornando gris. Mientras más "obscuros" sean nuestros pensamientos, más denso será nuestro campo energético, hay quien tiene un Aura totalmente negra.
Establecer contacto con nuestros Ángeles no es tan fácil como lo hacen creer muchas teorías, en el sentido de que para que ellos puedan acercarse a nosotros, debemos de tener un cierto grado de conciencia y evolución que nos permita mantener nuestro campo de energía en buenas condiciones, no podemos darnos el lujo de invertir nuestra energía en preocupaciones y depresiones que sabemos, podemos solucionar, no podemos invertir nuestra energía envidiando a nuestro vecino u odiando a nuestros semejantes, tampoco podemos vivir presos del miedo ya que esto denota nuestra falta de fe hacia la vida, hacia Dios y hacia nuestro Ángeles ¿Por qué le tememos tanto a la vida si nuestro único propósito es encontrar la felicidad? ¿Por qué complicarnos tanto la vida sumergiéndonos en situaciones y sensaciones que nos llevan directamente al dolor?.
Al hacerle alguna petición a nuestro Ángel, debemos tener en claro que es lo que pedimos y para qué. Ya que la calidad de nuestra petición también queda plasmada en nuestra Aura, es decir, no podemos mentir acerca del fin real que persigue nuestra petición, porque nuestros Ángeles lo detectan, no podemos engañarlos y tampoco podemos aspirar a que sean nuestros cómplices en actos que vayan en contra de la Ley de Dios. Nada que vaya en contra del Amor, porque nuestra petición no será atendida. Ellos conocen mejor que nosotros quienes somos en realidad, cual es nuestra esencia, lo que necesitamos y lo que deseamos.
No solamente el "color de nuestros pensamientos" es importante, también los será su forma, es decir, cuando emitimos un pensamientos, también se plasma en nuestra Aura un forma, la cual dependerá de la calidad de pensamiento que tenemos, una forma agradable denota pensamientos constructivos, una forma repulsiva, denota pensamientos destructivos.
Por medio de nuestros pensamientos, podemos también formar la estructura de nuestra Aura, se decir, una pensamientos bien definidos, constantes, etc,, crearán un Aura bien delineada y definida, en cambio, los pensamientos esporádicos o inconstantes, solamente emitirán color, pero no tendrán ninguna forma y ninguna estructura. |