Las Entidades Planetarias

Al considerar ahora las entidades que toman parte en la Iniciación y sus ceremonias, lo primero que ha de considerarse son las Entidades Planetarias. Este nombre se refiere a los excelsos Seres que durante el período de la manifestación planetaria protegen o acompañan a nuestra humanidad. No son muchos en número, pues la mayoría de los grandes Seres pasan regular y aceleradamente a otra labor más alta, a medida que los miembros de nuestra terrestre evolución tanto dévica como humana pueden cubrir Sus vacantes y substituirlos en sus funciones.

Entre los directamente relacionados con las vanas divisiones de nuestra Logia de Maestros en el planeta, pueden enumerarse los siguientes :


El Silencioso Vigilante, la poderosa Entidad que es la vida animadora del planeta, y mantiene respecto del Señor del Mundo, Sanat Kurnara, la misma posición que el Ego respecto al yo inferior del nombre. Dará alguna idea del alto grado de evolución de este Gran Ser, la consideración del análogo grado de diferencia evolutiva entre un hombre ordinario y un adepto perfecto. Desde el punto de vista de nuestro planeta, esta gran Entidad no tiene igual. En lo que concierne a nosotros, es lo que corresponde al Dios personal del cristiano. Actúa por medio de Su representante en el plano físico, Sanat Kumara, que es el foco de Su vida y su energía. Su aura abarca al mundo. Esta gran Entidad sólo entra en contacto directamente con el adepto que recibida la quinta Iniciación continúa avanzando para recibir la sexta y la séptima. Una vez al año, en el Festival de Wesak, el Señor Buda, ratificado por el Señor del Mundo, derrama sobre la consagrada humanidad una doble corriente de fuerza, dimanante del Vigilante Silencioso, suplementada por la más concreta energía del Señor del Mundo. Difunde esta doble energía al bendecir a las gentes congregadas en la ceremonia de los Himalayas, desde donde se difunde por todos los pueblos, razas y lenguas de la tierra. Quizá no todos sepan que en cierta crisis durante la Gran Guerra, la Jerarquía de nuestro planeta Juzgó necesario impetrar el auxilio del Vigilante Silencioso, y entonando el vibrante mantra que pone en relación con Buda, llamó la atención de él, e impetró su intercesión con el Logos Planetario. En una consulta entre el Logos Planetario, el Señor del Mundo, uno de los Budas en actividad, el Buda, el Mahachoán y el Manú (se enumeran en el orden de su grado relativo de evolución), decidióse vigilar algo más el curso de los acontecimientos, antes de intervenir en ellos, pues el karma del planeta se hubiese demorado, si terminara la lucha demasiado pronto. Su confianza en la habilidad de los hombres para acomodarse debidamente a las condiciones estaba justificada, y se demostró que era innecesaria la intervención. Esta conferencia se efectuó en Shamballa. Mencionamos esto, para mostrar cuan atentamente examinan las Entidades Planetarias todo lo concerniente a los asuntos de los hombres. Es literalmente verdad, en sentido oculto, que «ni un solo gorrión cae», sin que su caída se note.

Cabe preguntar por qué el Bodhisattva no tomó parte en la conferencia. La razón fue que la guerra era asunto del departamento del Manú, y los miembros de la Jerarquía sólo se ocupan de lo que es estrictamente de su incumbencia. Como el Mahachoán encarna el principio manásico o inteligente, participa en todas las conferencias. En la próxima gran lucha intervendrá el departamento de las religiones y estará implicado íntimamente el Bodhisattva. Su hermano, el Manú, estará entonces relativamente exceptuado y actuará en su propia línea de actividad. Por otra parte, hay la más estrecha cooperación en todos los departamentos, sin pérdida de energía. A causa de la unidad de conciencia de los que están libres de los tres planos inferiores, en cada departamento se conoce lo que ocurre en los demás.

Como el Logos Planetario sólo interviene en las dos Iniciaciones finales, que no son indispensables como lo son las cinco primeras, no vale la pena de extenderse sobre Su obra.

Estas Iniciaciones se reciben en los planos búdico y átmico, mientras que las cinco primeras se reciben en el mental.



El Señor del Mundo, el Único Iniciador, el que llama la Biblia «El Anciano de los Días» y las Escrituras induistas el Primer Kumara, desde Su Trono de Shamballa, en el desierto del Gobi, preside la Logia de los Maestros y sostiene en Sus manos las riendas del gobierno en los tres departamentos. Algunas Escrituras le denominan «El Gran Sacrificio» y fue elegido para vigilar la evolución de hombres y de vas, hasta que todos se hayan «salvado» en sentido oculto. Decide los «avances» en los «diferentes» departamentos y determina quién ha de cubrir las vacantes. Cuatro veces al año se reúne en conferencia con los Choanes y Maestros y autoriza lo que debe hacerse para apresurar la evolución.

Ocasionalmente se reúne con iniciados de grado inferior en momentos de graves crisis, cuando se le da a algún individuo la oportunidad de obtener paz de la lucha y encender una llama que consuma las formas que rápidamente cristalizan y se libere la aprisionada vida.

En determinados períodos del año se reúne la Logia; y en el festival de Vesak se congrega bajo Su presidencia para tres fines :

1. Entrar en contacto con la fuerza planetaria por medio del Buda.

2. Celebrar la principal conferencia trimestral.

3. Admilir a la ceremonia de la Iniciación a quienes están ya preparados en todos los grados.

Otras tres ceremonias se efectúan durante el año :

1. Las Iniciaciones menores administradas por el Bodhisattva, en el departamento del Mahachoán, y en uno u otro de los cuatro rayos menores o rayos de atributo.

2. Las Iniciaciones mayores en uno u otro de los tres rayos mayores o rayos de aspecto, administradas por el Bodhisattva, y son por consiguiente las dos primeras Iniciaciones.

3. Las tres Iniciaciones en que Sanat Kumara empuña el cetro.

En todas las Iniciaciones está presente el Señor del Mundo; pero en las dos primeras ocupa análoga posición a la ocupada por el Vigilante Silencioso cuando Sanat Kumara toma el juramento en las Iniciaciones tercera, cuarta y quinta. Fluye su energía, y el fulgor de la estrella ante el iniciado denota Su aprobación, aunque el iniciado no le ve cara a cara hasta la tercera Iniciación.

Es interesante el papel de los tres Kumaras o tres Budas de actividad en la ceremonia de Iniciación. Son tres modalidades del aspecto único y discípulos de Sanat Kumara. Aunque sus funciones son muchas y vanadas, y conciernen principalmente a las fuerzas y energías de la naturaleza y a la dirección de las agencias constructivas, se relacionan vitalmente con el aspirante a la Iniciación, puesto que dan cuerpo a la fuerza o energía de uno u otro de los tres subplanos superiores del plano mental. Por consiguiente, en la tercera Iniciación, uno de estos Kumaras transmite al cuerpo causal del Iniciado la energía que destruye la materia del tercer subplano, y así lleva a cabo parte de la destrucción del vehículo. En la cuarta Iniciación, otro Buda transmite fuerza del segundo subplano; y en la quinta, la fuerza del primer subplano pasa de un modo semejante a los átomos restantes del cuerpo causal, determinando la liberación final. La obra del segundo Kumara con fuerza del segundo subplano es la más importante en este sistema solar, en relación con el cuerpo causal, cuya completa desintegración ocasiona, mientras que la aplicación final dispersa los átomos.

Durante la ceremonia de la Iniciación, cuando el iniciado se presenta ante el Señor del Mundo, los tres Kumaras forman un triángulo dentro de cuyas líneas de fuerza se encuentra el iniciado. En las dos primeras Iniciaciones, en que el Bodhisattva es el hierofante, el Mahachoán, el Manú, y un Choan, que temporalmente representa el segundo departamento, ocupan un cargo semejante. En las dos últimas Iniciaciones superiores los tres Kumaras, llamados «Kumaras Esotéricos» forman un triángulo, en el que está el iniciado cuando se presenta ante el Logos Planetario.

Se relatan estos hechos, para enseñar la unidad del método y la verdad del aforismo «cómo es arriba es abajo», que es un hecho oculto de la naturaleza.

En las dos Iniciaciones finales toman parte muchos miembros de la Jerarquía que, por decirlo así, son extraplanetarios y funcionan fuera del cuerpo físico denso y del globo etéreo de nuestro planeta, aunque no es necesario enumerarlos estrictamente. Sanat Kumara es también el hierofante, aunque en muy esotérico modo oficia el Logos Planetario; pero los dos se identifican, manifestando diferentes aspectos.

Baste decir, para terminar esta breve reseña, que la formación de un iniciado tiene doble efecto, puesto que implica siempre el paso de algún adepto o iniciado a un grado superior o a otra obra, o la entrada bajo la acción de la ley de algún ser humano en proceso de capacitación. Por consiguiente es cosa importantísima, que requiere actividad y lealtad de grupo y unidad de esfuerzo. Depende en gran parte del acierto en confiar a un hombre un alto cargo y admitirlo en las Cámaras del Consejo de la Jerarquía.

Los Jefes de los Departamentos

El Manú.

El Bodhisattva.

El Mahachoán.

Cómo se ha dicho, estos tres grandes Seres representan la trinidad de toda maniestación, y pueden describirse en la siguiente forma, teniendo presente que todo se refiere a la subjetividad, y por lo tanto a la evolución de la conciencia y primariamente a la autoconciencia del hombre.

Conciencia


El Manú

Aspecto materia .

Forma .......

El No-Yo .....

Cuerpo .......

El Bodhisattva

Aspecto espíritu

Vida. .......

El Yo .......

Espíritu .....

El Mahachoán

Aspecto inteligencia

Mente

La relación entre ambos.

Alma



En términos estrictamente referidos a la realización de la autoconciencia tendremos :

Política ..... Religión ...... Ciencia

Gobierno .... Creencias ..... Civilización

Razas ...... Fes ......... Educación

INICIACIÓN HUMANA Y SOLAR190

Todo ser humano pertenece a uno u otro de estos tres departamentos, todos de igual importancia, pues espíritu y materia son uno.

Todos son interdependientes, como expresiones de la vida única, aunque por su estrecha relación está sujeto a error el esfuerzo para expresar tabuladamente las funciones de los tres departamentos.

Los tres Grandes Señores cooperan estrechamente en la obra, porque la obra sólo es una, así como el hombre es una trinidad al par que una unidad individual. El ser humano es una forma a cuyo través se está manifestando una entidad espiritual con empleo de la inteligencia de conformidad con la ley de evolución.

Por consiguiente, estos Grandes Señore están estrechamente relacionados con las Iniciaciones del hombre. Están demasiado ocupados en arduas cuestiones y actividades de grupo para relacionarse con un hombre hasta que entre en el sendero probatorio, y cuando por su propio esfuerzo entra en el Sendero del Discipulado, el Maestro que de él cuida informa al Jefe de uno de los tres departamentos (según el rayo del individuo), que se aproxima al portal de la Iniciación, y debe prepararse a recibirla, durante tal o cual vida. Cada vida, y más tarde cada año, se da un informe hasta el año final del Sendero de Probación, en que se informa de un modo más íntimo y frecuente. Durante este año final, se somete a la Logia el nombre del solicitante; y después que su Maestro ha informado sobre él, y resumido brevemente su informe, se pone a votación el nombre, y se designan padrinos.

Durante la ceremonia de la Iniciación, los factores importantes son :

1. El Iniciador.

2. El triángulo de fuerza formado por tres adeptos o los tres kumaras.

3. Los padrinos.

En las dos primeras Iniciaciones asisten dos Maestros, uno a cada lado del aspirante, dentro del triángulo. En las tercera, cuarta y quinta Iniciaciones, el Mahachohan y el Bodhisattva son los padrinos. En las sexta y séptima Iniciaciones asisten en el interior del triángulo esotérico dos grandes Seres que permanecen incógnitos. La obra de los padrinos consiste en pasar a través de sus cuerpos la fuerza o energía eléctrica dimanante del Cetro de Iniciación. Esta fuerza circula alrededor del triángulo por medio de la radiación, y la complementa la fuerza de los tres guardianes.

Pasa después por los centros de los padrinos, y por un acto de voluntad se transfiere al iniciado. Bastante se ha dicho en otro lugar de este libro sobre la Logia de los Maestros y Su relación con el aspirante a la Iniciación, y también se ha expuesto la obra del iniciado. No desconocen esta obra los hijos de los hombres, aunque aún permanece como un ideal y una lejana posibilidad. Sin embargo, cuando un hombre se esfuerza en alcanzar ese ideal y que se evidencie en su interior, se dará cuenta de que no sólo es posible, sino que a veces se puede alcanzar, si basta el esfuerzo.La primera Iniciación está al alcance de muchos; pero la necesaria orientación y la firme creencia en la realidad del porvenir, juntamente con la voluntad de sacrificarlo todo antes de volver atrás, desaniman a la mayoría. Si este libro no sirviera para otra cosa que para espolear a algunos para un renovado esfuerzo henchido de fe, no habría sido escrito en vano.



Alice A. Bayley INICIACIÓN HUMANA Y SOLAR, - BARCELONA