Historia del Tantra |
|
Nadie conoce la
edad del Tantra que conocemos por los textos que tienen ese mismo
nombre: Tantra. |

|
Nadie conoce la edad del
Tantra. Hoy en día conocemos el Tantra por los textos manuscritos
llamados Tantras, escritos en sánscrito o en lenguas vernáculas.
Solamente unos pocos de los que sobreviven han sido publicados, y son
menos aún los traducidos al castellano. Parecen haber sido compuestos en
la India, en distintos períodos y lugares, a modo de enciclopedias de
filosofía y ritual tántrico, y copiados y aumentados muchas veces. Los
más tempranos datan de antes del año 600, y algunos de los más
importantes e influyentes fueron escritos en el período medieval tardío
por orden de príncipes rapúticos.
El tantrismo como un cuerpo
filosófico-esotérico sistematizado va conformandose a partir del siglo
IV, sus raíces se pierden en la noche de los tiempos y muchos de sus más
significativos principios místicos e iniciáticos son prevédicos y
cuentan con una antigüedad de más de cinco milenios.
Desde la Edad Media el Tantra ha florecido en muchas capas de la
sociedad hindú, sobre todo en Bengala, Assam, Cachemira y partes del
Sur. Ha asimilado y, en ocasiones, llegado incluso a adoptar ideas
musulmanas -aunque hayan sido estos algunos de sus más encarnizados
enemigos-, y a viajado a muchos otros países de Oriente. Llegó a China
en el siglo VIII, y hubo dos grandes templos tántricos en la capital de
la dinastía Tang. Desde esos templos el Tantra fue llevado a Japón. Es
posible que estos budistas tántricos de los Tang se sirvieran de ritos
sexuales conocidos también por el taoísmo chino, pero lo que es seguro
es que esos ritos fueron utilizados por la secta japonesa Tachikawa,
fundada en el siglo XII. Pero tanto en China como en el Japón el
confucianismo puritano ha borrado la memoria y la literatura del Tantra
sexual, dejando solamente una versión psicológica y esquemática.
En el Tíbet floreció extraordinariamente el budismo tántrico
desde el siglo VII hasta hace pocos años; y el Tantra tibetano llegó
hasta Mongolia, con alguna incursión al interior de China, y en Nepal,
el Tantra budista ha florecido desde tiempos muy tempranos, mezclándose
con el Tantra hindú.
Resulta más que probable que lo que nosotros conocemos por el
nombre de Tantra sea una adaptación a los modelos posteriores de vida
india de antiquísimas y recias imágenes, prácticas e ideas. Es posible
que sea más viejo que cualquiera de las religiones indias consideradas
aisladamente, no hay motivo de sorpresa en el hecho de que cada una de
éstas haya creado su propia versión de él, limitandose a adaptar sus
ingredientes a su propia visión cósmica.
Como conocemos por la historia reciente, el Tantra se ha
trasmitido a través de grupos familiares, de maestro a discípulo. El
discípulo ha debido pasar muchos años buscando a su autentico maestro
personal, y se dice que el discípulo adecuado para un determinado
maestro siempre sabrá encontrarle y reconocerle. El Tantra existe
todavía como culto vivo, y aunque está en peligro, como tantas otras
instituciones indias, por causa del avance de la producción y del
consumo masivo de Occidente, y por teorías causales, toscamente
cuantificadas, sobre el hombre, puede encontrarse en mejor situación que
la mayor parte de los demás cultos para sobrevivir, aun cuando es
evidente que tendrá que ser adaptado.
|
 |
|
Algunos
Tantras tienen más autoridad que otros entre los distintos grupos
tántricos. El principal difusor del Tantra en Occidente ha sido sir John
Woodroffe. |
|

El tántrico indio conoce su culto desde dentro, como un código de
ritos y prácticas, y conoce también sus explicaciones. Algunos de ellos
los practica desde su niñez, otros los pueden ir aprendiendo a través
de iniciaciones progresivas, según su propios deseos, y casi ninguno de
ellos tiene por qué ser incompatible con su vida doméstica, al
contrario, pueden dignificar y realzar su vida, saturándola de sentido.
Aunque la mayoría conocen la tradición desde la cuna, es corriente que
los conversos pasen por una ceremonia iniciática. Uno de los más
importantes filósofos indios, el cachamirense Abhinavagupta, cuyo aporte
a la teoría estética mundial es quizá de las más importantes, hizo un
viaje a Bengala a fin de ser iniciado en el Tantra Kula.
Algunos Tantras tienen más autoridad que otros entre los
distintos grupos tántricos. Los Tantras hindúes más autorizados son,
posiblemente, el Saktisamgama, el Kularnava, el Mahanirvana, Vishvasara,
Hevraja, y el Tantraraja. Unos se inclinas más hacia la filosofía,
otros hacia la magia, otros, también hacia la ciencia del sonido. Todos
insisten en que son partes de un ritual que nunca puede ser escrito, y
que el Tantra nunca podrá ser aprendido en los libros, sino solamente de
los labios de un maestro o gurú competente. El extraño sólo llegará a
entender en parte estos textos, indagando sus raíces en la vida y la
cultura india. Para el tántrico, sin embargo, el sentido mismo de estos
ritos está en que el simbolismo de que se componen abrirá en su mente
perspectivas de sensación y significado que acabarán cambiandole y
eliminarán su visión materialista del mundo. Esto exige que, a medida
que va practicando esos ritos, tendrá que contemplar lo que hace con
total conciencia. El autentico tántrico sabe que no llegará a nada si
pasa por esas ceremonias de manera vacía y sin poner su corazón en
ellas.
El principal difusor del Tantra en Occidente ha sido sir John
Woodroffe, un juez inglés del tribunal supremo de la India, con sede en
Calcuta durante la década de 1890. Sus libros aún se pueden encontrar
hoy con facilidad y algunos de ellos están traducidos al castellano por
la editorial Kier. Como en el caso de muchas otras religiones, debemos
aprender a distinguir lo que en estos textos está influido por factores
locales, históricos y culturales, y lo que tiene valor general.
Hay diferencias vitales entre el Tantra budista y el Tantra
hindú. Los budistas tibetanos, cuyo Tantra llegó de la India a comienzos
de la Edad Media, parece que ahora queeren disociarse por completo de
los que saben del Tantra hindú, aún cuando su propio Tantra original
contenía muchos ingredientes hindúes. Las razones específicas que tienen
para ello están relacionadas con su propio legado racial y,
posiblemente, también con la infiltración china. El Tantra budista
advierte que sus devatas (dioses) tienen un «origen puramente mental», y
ha cometido el mismo error que muchos europeos al confundir la actitud
positiva del hinduismo hacia esas imágenes con el «culto a los ídolos», y
el budismo monástico siempre ha tendido al puritanismo, hacia una
cierta tacañería sexual.
Pero el auténtico Tantra es en gran medida, cuestión
de práctica, de intuición y de simbolismo arquetípico, que muchos
occidentales, a pesar de no sentir interés en absoluto por los
argumentos escolásticos, han reaccionado ante él de manera directa y
positiva, porque les ofrece un simbolismo concreto el se sienten afines a
través de profundos nexos humanos y a pesar de las diferencias
culturales, cuya importancia sería absurdo tratar de pasar por alto. No
es casualidad que el arte Tantra haya demostrado su fuerza a numerosas
personas que no habían estudiado filosofía india, ni justo que a una
elite académica y tendente a la expresión oral se le permita reservarse
el Tantra para sus propios usos.
|
|