El aura, ¿espejo del alma?
Entrevista con Konstantin Korotkov
Inventor de la técnica GDV, una evolución de la conocida fotografía Kirlian, y considerado una autoridad mundial en el estudio de los campos de energía de los seres vivos, el físico ruso Konstantin Korotkov ha presentado recientemente en nuestro país los últimos avances de su invento. Éstos hacen posible desde el estudio de la energía en enfermos, a un entrenamiento mas eficaz de los deportistas de élite o la detección de terroristas. Las primeras cámaras GDV construidas fuera de Rusia ya se están fabricando en Barcelona.

por Miguel Seguí

Conocer el estado general de salud de una persona en apenas un instante, saber cuándo se puede entrenar con mayor eficacia a un atleta de alta competición o detectar terroristas en aeropuertos son actividades muy diferentes, pero que tienen algo en común. Se pueden realizar de forma rápida y sencilla a través de un sistema que mide la energía vital de la persona.

El físico ruso Konstantin Korotkov lleva más de 25 años estudiando los campos energéticos que rodean a los seres vivos, aplicando el más riguroso método científico en el estudio de algo que hasta hace pocos años tenía un aire mas místico que científico. En las culturas orientales, en las medicinas ayurvédica de la India o la tradicional china, el concepto de energía vital es algo bien conocido, pero el mundo occidental no ha sido tan receptivo a ese concepto, en principio intangible, hasta que ha sido posible fotografiarlo mediante el llamado efecto Kirlian. El invento de Korotkov, la cámara GDV -que se corresponde a las siglas en inglés de “visualización de descarga de gas”- permite observar, y medir cuidadosamente y en tiempo real, esa energía que desprenden todos los organismos vivos.

La máquina “cazaterroristas”
La cámara GDV es un aparato que se conecta como un periférico más a un ordenador personal, que analiza los resultados y los muestra en su pantalla. Se observa la luminiscencia que emiten los seres vivos cuando son sometidos a un campo de alta frecuencia, un fenómeno que encuentra su plena explicación dentro del ámbito de la física cuántica. Lo que se puede saber con los datos que se obtienen resulta, cuando menos, sorprendente.

“Una de las últimas líneas de investigación que estamos realizando, en colaboración con universidades y entidades públicas de países como Rusia, Estados Unidos e Israel, es el desarrollo de un sistema que permita detectar la presencia de terroristas potenciales en lugares como aeropuertos y centros similares. Bastará sólo con poner la mano en la cámara para que el terrorista sea descubierto”, asegura este investigador ruso. El principio en que se basará esta máquina “cazaterroristas” es la medición del nivel de estrés, “que en el caso de una persona que va a realizar una acción violenta, y por lo tanto peligrosa, es mucho más alto de lo normal”.

Esta sorprendente nueva aplicación de la cámara GDV, que se espera que esté lista y operativa para 2006, tiene su origen en las investigaciones prácticas que se vienen realizando con atletas de élite desde hace años. “Hemos probado que los traumas que se originan durante la práctica de un deporte tienen su origen en un déficit de energía; por esta razón todos los centros de entrenamiento olímpico de la Federación Rusa disponen de equipos GDV para el entrenamiento de los deportistas”, destaca Korotkov, quien además de ser profesor de la Universidad de San Petersburgo es subdirector del Instituto Estatal del Deporte de esa ciudad.


El invento de Korotkov permite observar, y medir en tiempo real, la energía que desprenden todos los organismos vivos.
Aplicaciones terapéuticas
La posibilidad de poder determinar de forma casi instantánea el nivel de energía de una persona hace que una de las aplicaciones más estudiadas y difundidas de la cámara GDV sea su utilización en hospitales. “En la Academia Militar Rusa se ha desarrollado un sistema para medir la energía de un paciente antes y después de una operación quirúrgica, comprobándose que ésta aumenta después de la cirugía, lo que interpretamos como la lucha del organismo para superar la agresión que significa la intervención”, destaca el investigador.

En la actualidad –explica- hay cámaras GDV en muchos hospitales rusos. Gracias a ellas es posible medir la energía vital antes de una operación, para valorar las posibilidades de supervivencia del paciente, y saber si podrá superar sin problemas el postoperatorio. “Si el nivel de energía es bajo, antes de la operación se realiza un tratamiento para que el enfermo eleve su energía vital y asegurar así su supervivencia.”

En Estados Unidos, apunta también este investigador, la difusión de las cámaras GDV en los centros médicos se va incrementando. “Estamos realizando un programa de investigación en colaboración con el Ministerio de Salud Norteamericano, con el propósito de que los hospitales dispongan de un equipo GDV que haga posible que cuando una persona acuda al médico se pueda observar en apenas cinco minutos su nivel de energía”, dice el físico ruso, y añade: “El mismo ministerio utiliza estas cámaras para medir el índice de vitalidad de los ancianos”.

Cadáveres con “energía”...
El descubrimiento de las posibilidades de la técnica GDV va más allá de las simples aplicaciones prácticas, por muy útiles que resulten. Poder cuantificar la energía vital del organismo, y en general de todas las cosas, deja abierta la posibilidad de entender el mundo de una forma diferente. Los seres vivos no son simplemente materia que interactúa con otra materia, hay algo más, algo intangible que se escapa a lo que se puede ver a simple vista.

Algunos de los primeros experimentos realizados con esta técnica, hace ya mas de diez años, demostraron que la energía que muestra un cadáver se mantiene por espacio de seis días después del deceso, período en el que va disminuyendo paulatinamente.

Más sorprendente todavía resulta el hecho de que el patrón de energía que presenta el cadáver es característico del tipo de muerte que ha tenido, plácida, imprevista o por suicidio, siendo en este último caso mucho más bruscas las variaciones energéticas, algo que concuerda con la creencia de numerosas religiones y tradiciones esotéricas de que el espíritu de los suicidas no tiene descanso.

...y pelos con “vida propia”
Una de las últimas investigaciones realizadas con esta técnica tiene que ver con aspectos hasta ahora desconocidos del cabello, al menos para la ciencia, pero bien presentes en aquellas creencias populares que hablan de la magia que se encierra en el pelo. Algunas aseguran, incluso, que poseer un mechón de pelo de una persona confiere algún tipo de poder sobre ella. Algo que no tenía base científica... ¿hasta ahora?

Un estudio de la técnica GDV sobre la vitalidad del cabello realizado en colaboración con Aveda Company, que forma parte de la compañía de cosméticos Estée Lauder, ha dado unos resultados muy sugerentes en este sentido. “En los libros de texto se afirma que el cabello muere en cuanto sale del folículo de la piel, porque no tiene estructura nerviosa, pero nosotros hemos podido constatar que es algo que mantiene una energía vital incluso hasta siete días después de haber sido cortado”, asegura Korotkov.

Para ello compararon las emisiones energéticas de mechones de la cabellera de una persona, con otros que habían sido cortados. Se comprobó que, después de ser cortados, la señal energética baja, pero sigue siendo perfectamente visible durante los siete días siguientes, ascendiendo y descendiendo a lo largo de los mismos. “Probamos con diferentes influencias sobre los cabellos, como campos magnéticos, y constatamos que mientras el cabello está vivo, menos de una semana después de haber sido cortado, esos cambios influyen en ellos, pero pasado ese tiempo ya no hay variaciones.”

La explicación a este fenómeno, dijo Korotkov, “podría encontrarse en una teoría que expuse hace un año sobre la transferencia de electrones entre seres vivos. Existe un traspaso de energía dentro del sistema nervioso, pero también se pueden transferir electrones a lo largo del organismo a través de los tejidos”.

Si el pelo permanece vivo esa semana después de que haya sido cortado, ¿es posible que mantenga algún tipo de vínculo, tal vez energético, con el resto del organismo del que se ha separado? “Eso es lo que estamos estudiando en la actualidad y todavía no podemos asegurarlo, pero es posible que esa conexión exista”, dice el físico ruso, que recuerda la importancia de la influencia de la mente sobre la energía. Un buen ejemplo es el trabajo que están realizando en la rehabilitación de niños ciegos, al conseguir que muchos vuelvan a recuperar la visión, o al menos algo de ella, y que puedan ver a través de la piel, no de los ojos