Tumo: Calor Psíquico
Posteado por Joan Jo
La doctrina o yoga del calor-psíquico (tumo), equivalente al
kundalini-yoga de la tradición hindú, busca lograr dos objetivos
específicos:
Primero, extraer la fuerza-psíquica o calor-psíquico (sánscrito: prana)
del aire atmosférico, almacenándolo en la batería del cuerpo humano.
Segundo, emplear este calor-psíquico almacenado para transmutar el
fluido generativo o potencial energético thig-le (equivalente al
kundalini hindú), en una sutil energía ardiente que se hace circular a
través de los canales-nerviosos psíquicos del cuerpo.
Los canales-nerviosos psíquicos se llaman en tibetano tsas y en
sánscrito nadis. De estos hay tres de vital importancia en la práctica
del tumo: el nervio-medio psíquico (tibetano: uma-tsa; sánscrito:
susumna-nadi), que se extiende desde el perineo hasta la coronilla; el
sendero-nervioso psíquico derecho (tibetano: roma-tsa; sánscrito:
pingala-nadi) y el sendero-nervioso psíquico izquierdo (tibetano:
kyangma-tsa; sánscrito: ida-nadi). Los dos últimos, suben en espiral
desde el perineo hasta la cabeza a un lado y otro del nervio-medio
psíquico. Conectados con estos tres canales-nerviosos principales hay
numerosos nervios-psíquicos subsidiarios por los que la fuerza-psíquica
(tibetano: shugs; sánscrito: prana) se transporta a todo el organismo y,
principalmente, a los centros-nerviosos psíquicos (tibetano: khorlo;
sánscrito: chakra) donde se almacena y distribuye a todos los órganos y
partes del cuerpo.
El yoga del calor-psíquico emplea elaboradas posturas, respiraciones,
visualizaciones, meditaciones y concentración mental para lograr los dos
objetivos antes mencionados. El proceso culmina cuando el fluido
generativo o potencial energético thig-le, ha regenerado completamente
todos los centros y nervios-psíquicos del cuerpo y asciende más allá de
la coronilla, produciendo la invisible protuberancia psíquica. Cuando la
protuberancia psíquica se llena con la fuerza vital del transmutado
fluído-protuberancia psíquica se llena con la fuerza vital del
transmutado fluído-generativo o seminal, uno alcanza la gracia
trascendental de la iluminación.
Los Cinco Ejercicios Preliminares
1) Visualización del Cuerpo Físico como Vacío
El ejercicio de visualización del cuerpo físico como vacío es el
siguiente: debes imaginar tu cuerpo, exteriormente, como si fueras una
hermosa deidad de color rojo brillante, tan refulgente como el
resplandor de un rubí, e internamente por completo vacío, transparente y
radiante como una envoltura vacía; vacío incluso hasta las puntas de
los dedos, como una vacía tienda de seda roja.
Al principio, mantén la visualización del tamaño de tu propio cuerpo;
luego agranda la visión de tu cuerpo como si fuera grande como una casa;
más tarde, grande como una colina; y, finalmente, lo suficiente vasta
como para contener el Universo. Entonces concentra tu mente en ella.
Posteriormente, reduce la visión gradualmente, poco a poco, hasta tener
el tamaño de una semilla de sésamo. Entonces sobre ésta también
concentra tu mente por algunos minutos.
2) Visualización del Nervio Medio Psíquico como Vacío
El ejercicio de visualización del nervio-medio psíquico como vacío es el
siguiente: debes imaginar tu cuerpo, exteriormente, como si fueras una
hermosa deidad de color rojo brillante, tan refulgente como el
resplandor de un rubí, e internamente, debes imaginar el nervio-medio
psíquico (susumna) que se extiende desde el perineo hasta la Abertura de
Brahman en la coronilla. El nervio-medio psíquico debes imaginarlo como
si fuera un tubo de una pulgada de diámetro y con las siguientes
características: de color rojo, brillante, recto desde el perineo hasta
la coronilla y hueco como un tubo de cristal.
Luego agranda la visión del nervio-medio psíquico ( y la del cuerpo
también) como si tuviera tres o cuatro pulgadas de diámetro. Más tarde,
expande la visión del nervio-medio hasta el tamaño de un pilar, luego al
de una casa, posteriormente al de una colina, y, finalmente,
visualízalo lo suficientemente vasto como para contener el Universo.
Entonces concentra tu mente en ella.
Posteriormente, reduce la visión gradualmente, poco a poco, hasta que el
cuerpo tenga el tamaño de una semilla de sésamo, y medita en el
nervio-medio psíquico como si lo penetrase, teniendo un espesor de una
centésima parte del diámetro de un cabello y hueco en su interior.
Entonces sobre ésta también concentra tu mente por algunos minutos.
3) Visualización del Círculo Protector
I. El Arte de Manejar el Cuerpo
El arte de manejar el cuerpo es como sigue: coloca tu cuerpo en la
postura buda o postura de loto (padmasana). También puedes colocar el
cuerpo en la postura de medio loto o en la postura siddha o del
triángulo (siddhasana).
El texto original afirma: “La postura-buda aporta el medio por el que
uno realiza la iluminación completa o estado búdico. Uno también puede
sentarse con las piernas cruzadas en la postura-siddha”.
II. El Arte de Respirar
El arte de respirar es como sigue: debes exhalar el aire viciado
gradualmente en tres ocasiones hasta que los pulmones estén
completamente vacíos. Luego debes hacer una inhalación completa hasta el
fondo mismo de los pulmones, y luego levantar el diafragma hasta que el
pecho se expanda completamente. Luego reten el aliento por algunos
segundo y exhala lentamente por la nariz.
III. El Arte de Dirigir las Imágenes Mentales
El arte de dirigir las imágenes mentales es como sigue: debes imaginar,
cuando exhales por la nariz, que innumerables rayos de luz de cinco
colores salen de cada uno de los poros de tu piel y que se proyectan
hacia el exterior, abarcando el mundo entero y llenándolo con su
resplandor, y, cuando inhales, debes imaginar que todos aquellos rayos
de luz de cinco colores reingresan al cuerpo a través de los poros de la
piel, llenándolo completamente de luz multicolor.
4) Preparación de los dos Senderos Nerviosos Psíquicos
La preparación de los dos senderos-nerviosos psíquicos es como sigue:
visualiza, a la derecha e izquierda del nervio-medio psíquico (susumna),
los dos senderos-nerviosos psíquicos (ida y pingala) que van desde las
fosas nasales hasta la base de la espina dorsal. Estos dos
senderos-nerviosos psíquicos suben en espiral desde la base del tronco o
sostén-radical (muladhara-chakra), cruzándose en cada centro-nervioso
psíquico (chakra), hasta la base del cráneo. Desde ahí, ida sube
rodeando el lado derecho de la cabeza y pingala asciende por el lado
izquierdo, hasta el entrecejo (ajña-chakra); entonces ida sale por la
fosa nasal izquierda y pingala por la derecha. Una vez que estos dos
senderos-nerviosos han sido preparados, el potencial energético thig-le
puede subir fácilmente a través de ellos y del nervio-medio psíquico,
desde la base del tronco o sostén-radical hacia la coronilla. Por ello
el texto original afirma: “Estas prácticas, al asemejarse a la apertura
de un curso de agua antes de traer ésta, constituyen un arte
importantísimo”.
5) Aporte de las “Ondas Graciosas” sobre los Centros Nerviosos Psíquicos
El aporte de las “ondas graciosas” sobre los centros-nerviosos psíquicos
es el siguiente: Visualiza en el centro-nervioso psíquico del corazón a
tu maestro o guru particular. Imagínalo sentado en postura de
meditación y, sobre su cabeza, en similar postura de meditación, uno
sobre la cabeza de otro en línea ascendente, la sucesión de los gurus de
las seis doctrinas de Naropa.
Medita sobre estos gurus como si fueran un rosario de perlas y
localizados de la siguiente forma: a la altura del corazón tu maestro o
guru humano, arriba de él a Gampopa, arriba a Milarepa, arriba de éste a
Marpa, arriba de él a Naropa, arriba de Naropa a Tilopa y, por último,
arriba de Tilopa a Samantabhadra sentado en meditación a la altura de la
coronilla.
Una vez realizado lo anterior, pide y siente que las energías u “ondas
graciosas” de estos gurus radian y llenan tu cuerpo con su luz. Luego,
visualízalos a todos como si se fundiesen en la esencia de la
bienaventuranza inextinguible, y que esta esencia luminosa también llena
tu cuerpo entero de luz.
La doctrina o yoga del calor-psíquico (tumo), equivalente al
kundalini-yoga de la tradición hindú, busca lograr dos objetivos
específicos:
Primero, extraer la fuerza-psíquica o calor-psíquico (sánscrito: prana)
del aire atmosférico, almacenándolo en la batería del cuerpo humano.
Segundo, emplear este calor-psíquico almacenado para transmutar el
fluido generativo o potencial energético thig-le (equivalente al
kundalini hindú), en una sutil energía ardiente que se hace circular a
través de los canales-nerviosos psíquicos del cuerpo.
Los canales-nerviosos psíquicos se llaman en tibetano tsas y en
sánscrito nadis. De estos hay tres de vital importancia en la práctica
del tumo: el nervio-medio psíquico (tibetano: uma-tsa; sánscrito:
susumna-nadi), que se extiende desde el perineo hasta la coronilla; el
sendero-nervioso psíquico derecho (tibetano: roma-tsa; sánscrito:
pingala-nadi) y el sendero-nervioso psíquico izquierdo (tibetano:
kyangma-tsa; sánscrito: ida-nadi). Los dos últimos, suben en espiral
desde el perineo hasta la cabeza a un lado y otro del nervio-medio
psíquico. Conectados con estos tres canales-nerviosos principales hay
numerosos nervios-psíquicos subsidiarios por los que la fuerza-psíquica
(tibetano: shugs; sánscrito: prana) se transporta a todo el organismo y,
principalmente, a los centros-nerviosos psíquicos (tibetano: khorlo;
sánscrito: chakra) donde se almacena y distribuye a todos los órganos y
partes del cuerpo.
El yoga del calor-psíquico emplea elaboradas posturas, respiraciones,
visualizaciones, meditaciones y concentración mental para lograr los dos
objetivos antes mencionados. El proceso culmina cuando el fluido
generativo o potencial energético thig-le, ha regenerado completamente
todos los centros y nervios-psíquicos del cuerpo y asciende más allá de
la coronilla, produciendo la invisible protuberancia psíquica. Cuando la
protuberancia psíquica se llena con la fuerza vital del transmutado
fluido-protuberancia psíquica se llena con la fuerza vital del
transmutado fluido-generativo o seminal, uno alcanza la gracia
trascendental de la iluminación.
Las Tres Prácticas Fundamentales
a) Producción del Calor Psíquico
i. El Arte de Manejar el Cuerpo
El arte de manejar el cuerpo, tal y como ya ha sido explicado
anteriormente, es como sigue: coloca tu cuerpo en la postura buda o
postura de loto (padmasana). También puedes colocar el cuerpo en la
postura de medio loto o en la postura siddha o del triángulo
(siddhasana).
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