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Imaginería Músico Inducida
Conversación con Gabrielle Hoffmann:
Ya había caminado un buen trecho en la vida cuando las primeras
preguntas empezaron a resonar en algunas cuerdas de su interior, donde
se dio cuenta que de una u otra forma las palabras limitaban. Algo de
aquella fantasía infantil que se columpiaba entre camelios y maderas
valdivianas, arribó a las espaciales arquitecturas del valle del Elqui
para beber del sol, las uvas y las piedras aquellas energías que le
permitirían más tarde buscar respuestas a las mil preguntas de un tiempo
demasiado quieto.
Tempranamente descubrió que los poetas, trascendiendo las limitaciones
del lenguaje, usan las metáforas, así como los psicólogos junguianos
indagan profundamente en el inconsciente a través de los sueños y los
símbolos. En la poesía, las palabras se transformaban, así Gabrielle
viajó por el enigma de la metáfora y entendió que allí había un medio
para pasar la frontera.
La vida la llevó a radicarse en Estados Unidos y por muchos años
compartió su trabajo de oficina y vida familiar con inspiradas lecturas
donde encontró las enseñanzas de maestros y culturas orientales, junto
con las más rigurosas investigaciones occidentales.
A partir de 1972 su vida toma un nuevo giro, ya que decide continuar
diferentes estudios que parten de la literatura, donde cabe destacar la
poesía de García Lorca, que deja una profunda huella en el quehacer de
Gabrielle. Más adelante, su gran interés por lo humano y la terapeuta
que hay en ella la hizo buscar una respuesta al sufrimiento y al dolor, y
así fue como orientó definitivamente sus pasos al campo de la
psicología. Estudios de psicología oriental-occidental en California,
cursos en el Instituto C. G. Jung en Suiza y otros, culminaron
finalmente en el Doctorado otorgado por la Summit University, Louisiana,
USA,
en el estudio de Estados de Consciencia.
El tema desarrollado en su tesis, Imaginería Músico Inducida, fue la
puerta de entrada a una nueva orientación a su quehacer como terapeuta y
docente. Había encontrado un lenguaje que navega por las emociones y
toca las puertas del alma.
Gabrielle nos cuenta: «Motivada por algunas experiencias con la música,
que trascendían ciertas limitaciones, me dí cuenta de que el sonido
permitía un pasaje de un estado de consciencia a otro. En el oriente se
concibe al sonido como una semilla capaz de traer en resonancia nuestra
creatividad mental y emocional, así como sentimientos y poderes
intuicionales. Para ellos los sonidos musicales hablados o cantados, tal
como las palabras, guardan una vibración esencial. Supuse entonces que
los sonidos pueden ser usados para un psicodiagnóstico como una
herramienta terapéutica para llegar a niveles más profundos de la
psiquis.»
«Eventualmente encontré una respuesta en la imaginería inducida por la
música, porque entonces entendí
al sonido como algo diferente y alineado con la naturaleza intrínseca
del universo, es decir energía vibratoria, y esta energía sería como el
"ábrete sésamo" o clave adecuada para trasladarse a otro estado de
consciencia.»
Para Gabrielle, el haber encontrado este camino es en cierta forma el
resultado de haber retomado su propia cuerda en la experimentación
consigo misma. De alguna manera había en ella una necesidad de encontrar
algo que se había perdido en la niebla.
Una vez más la luz estaba en esta intersección donde se cruzan la
intuición oriental y la ciencia racional occidental, ya que ambas han
llegado a la conclusión de que tanto los niveles atómicos como
subatómicos parecen sumergirse en una noción muy importante: la energía
vibratoria como consciencia. Partiendo de este punto de vista, donde
convergen los postulados védicos junto a las corrientes físicocuánticas,
Gabrielle partió a investigar con el objeto de recoger elementos desde
las tradiciones psicofilosóficas de los Vedas, y por sobre todo de la
doctrina de la vibración de los sabios de Kashemira. Estos últimos
observaron puntualmente que los sonidos audibles son una forma de
vibración densa que tiene su origen en una vibración no audible,
entonces llamada matriz creativa o sonido no manifestado, al cual
regresan eventualmente los sonidos manifestados.
A la vez todas estas vibraciones sonoras físicas, sean vocales o
instrumentales, son capaces de afectarnos en el ámbito físico, mental,
emocional y espiritual.
En el oriente, los antiguos profetas encontraron que vac (la palabra) y
sabda (el sonido inherente a la palabra), provienen como dos aspectos
separados de una misma fuente a la que ellos llamaron sonido matriz
indiferenciado, Brahman o realidad última, vibración o palpitación
divina inaudible. Los sabios de Kashemira llevaron este conocimiento
hasta sus últimas consecuencias en la ciencia del mantra.
Los sonidos son capaces de crear imágenes que corresponden a un sonido
matriz y dan crecimiento a formas definidas, De esta forma es factible
entender que la mente humana puede transformarse en una micro-réplica o
impreso holístico de la divinidad, o del macrocosmos, como se diría en
el lenguaje cuántico actual. Dicho de otro modo, que la descripción de
cualquier parte es representante y réplica del todo.
Partiendo de esta base, Gabrielle empezó a experimentar por sí misma con
varios ejercicios sonoros, tales como cantos, sobretonos, tonos y alta
frecuencia, a la par de ejercicios respiratorios, dado que la
respiración tiene un papel fundamental en la construcción del sonido.
Ella nos cuenta: «Esta práctica dio como resultado natural y objetivo un
incremento de consciencia. Esto se debe a que sentimos en verdad la
vibración del sonido como niveles cuerpo-mente y alma.»
«Más adelante continué con las experiencias que corresponden a lo que
llamé: Imaginería Músico Inducida, término acuñado a partir de mis
sesiones de psicoterapia y psicoespirituales con música. Aquí el sonido
musical actúa como un despertador psicoespiritual hacia el recuerdo que
nos permite reconectar con nuestra matriz creativa íntima que es el
alma. Esto llega a ser una realidad cuando -escuchando sonidos
musicales- logramos pasar del estado ordinario de consciencia a un
estado no-ordinario de consciencia.
Lo fundamental es que el sonido musical evoca emociones e imagenes que
pueden guiarnos en la autoexploración de la multidimensionalidad de la
psiquis. Por este motivo llamo música inductora a la música utilizada en
las sesiones. Esta inducción se manifiesta de varias formas,
principalmente en sensaciones del cuerpo, movimientos cenestésicos,
sentimientos, emociones e imágenes.»
"Todo lo experimentado durante este estado no ordinario de consciencia
permite que el individuo logre una expansión de consciencia. Esta
apertura sucede igual como se abre una flor, ya que no es un crecimiento
provocado por la voluntad egoica, sino que, muy por el contrario, es el
efecto producido por una fuerza generadora."
"Mis primeros acercamientos en terapia con imaginería músico inducida se
iniciaron en la práctica con el método de Bonny que traje del
Mid-Atlantic-Institute (Virginia). Sobre esta base, más el bagaje
logrado en los trabajos con Grof y otros, he desarrollado nuevas ideas
en un estilo personal. Si bien es cierto que las bases nacieron de la
experimentación con todas estas teorías a través de sesiones programadas
con el objeto de realizar terapias, puedo percibir con extrema claridad
que mi búsqueda por lo mágico y misterioso del sonido continúa,
convirtiéndose -como es de desear- en un camino abierto. Lo que más me
alienta en la búsqueda es la posibilidad de entrar a través de la música
a este potencial psíquico. Es muy interesante darse cuenta que las
leyes de la música entran en concordancia, o rigen, igual como lo hace
la naturaleza. No debemos olvidar que detrás de cada elemento creado
está la vibración sonora que se va materializando en distintos grados de
densidad, de este modo podemos entender que nuestro propio cuerpo es un
instrumento en constante vibración. El constatar esto nos permite
entender que el sonido musical nos hace vibrar como instrumento y hablar
desde las cuerdas del alma, es decir, resonamos o sonamos con esa
música en una vibración no rutinaria, lo que nos permite entrar en una
próxima octava y de allí a otra o de un nivel a otro nivel de
consciencia."
«Lo mágico del sonido es que es vida. A veces esta vida se nos
manifiesta en sonidos o música audible, pero no debemos olvidar que aun
en el silencio están presentes las vibraciones no audibles o matriz
indiferenciada de la música, llamadas sobretonos. Los sobretonos son los
arquetipos del sonido, en ellos está lo primigenio, la semilla de todo.
El sobretono es copartícipe de la música, nunca está ausente sino que
va sosteniendo los sonidos audibles y corresponde a lo que los sabios
orientales llamaron palpitación divina no audible, Todo esto me hace
sentir la necesidad de seguir indagando, más que en la terapia
propiamente tal, en la búsqueda más profunda que va en el camino de
reconectar con las cuerdas del alma.»
Aspectos generales de la técnica de Imaginería Músico Inducida:
Este metódo se aplica en varias sesiones, Una sesión de IMI se inicia
después de una pre-sesión donde se realiza una pequeña historia del
cliente, relaciones familiares, tipo psicológico y otros datos de
importancia. Según estos datos se hace la elección de las músicas a
escuchar, y después de una conversación preliminar entre viajero y guía
se inicia la Inducción, que es el proceso de relajación y concentración.
Luego viene la audición propiamente tal. Al terminar ésta, el viajero
realiza un dibujo a partir de su vivencia. Y finalmente tenemos el
epílogo de la sesión, que es de real importancia ya que se trata de la
integración de los nuevos contenidos al nivel ordinario de consciencia.
Podemos concluir que la clave en músicoterapia transpersonal es el
sonido musical, ya sea instrumental o vocal. En condiciones de
relajación y de escucha atenta y centrada, la audición de música
temáticamente programada nos afecta en lo físico, lo psicológico y lo
espiritual. Durante esta forma de escucha de la música, emergen en el
sujeto que lo vivencia, sensaciones, emociones y sentimientos ligados a
imágenes espontáneas, provenientes de niveles profundos de la psiquis.
Este fenómeno conlleva una expansión de consciencia, eventualmente más
allá del ego, es decir a nivel transpersonal.
El sonido musical audible guarda en sí la magia, el misterio o el
secreto de los llamados tonos armónicos o secundarios que covibran con
él inaudiblemente. Son estos tonos armónicos los que, con mayor o menor
sordina, imparten timbre o color a la calidad vocal nuestra y a la
calidad de los diferentes instrumentos musicales.
Este es el fenómeno sonoro, que nos afecta a niveles físico, psicológico
y espiritual, siendo capaz de evocar resonancia en todos estos niveles.
Más aún, el segundo tono armónico implícito en cada nota, coincide con
la octava nota en nuestras escalas musicales, esto es, ella vibra
exactamente al doble de frecuencia del tono fundamental (Pitágoras). La
octava musical podría simbolizar un nivel de consciencia y así al pasar
de una octava a otra podríamos simbolizar secuencialmente niveles
ascendentes o descendentes de consciencia.
Puede observarse que a través de la Imaginería Músico Inducida podemos
encontrar innumerables caminos de conocimiento personal, así como
también la extraordinaria posibilidad de atravesar a otros estados de
consciencia para traer de allí e integrar nuevos elementos a nuestra
realidad.
Reseña de Imaginería Músico Inducida:
Stanislav Grof.- Psiquiatra de origen checo, fundador del movimiento
transpersonal en USA.
Hanscarl Leuner.- Psiquiatra de línea freudiana e iniciador de Guided
Affective Imaginery (Imaginería Afectiva Guiada), Alemania.
Helen L. Bonny.- Psicóloga y musicóloga de origen sueco, Fundadora en
USA de Guided Imaginery & Music (Imaginería Guiada y Música).
Joan Kellogg.- Artista, socióloga, terapeuta, creadora del Mari Card
Set, conjunto de cartas de contenido arquetípico.
Patricia Zárraga
http://www.alcione.cl
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