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Geometria Sagrada: JUEGOS GEMATRICOS
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Limar  (Mensaje original) Enviado: 03/06/2010 17:22
GRACIAS POR ACEPTAR MI PARTICIPACIÓN Y ESPERO COMPARTIR MUCHO CON TODOS.
“Juegos” gemátricos,-

Cuando en el Pentateuco y algunos otros libros, nos encontramos con un sustantivo, podemos hacer una doble lectura a través de la gematría. Es decir, al sumar todas las letras del nombre, encontramos que su valor se encuentra entre el 1 y el 9, o entre el 10 y el 90, o bien entre el 100 y el 900. Podemos incluso obtener nombres que se encuentran entre el 1000 y el 9000. Esto nos indica el plano en el que se encuentra, es decir, de qué nivel de creación nos están hablando a través del sustantivo. Luego, al aplicar la reducción teosófica, cualquiera que sea su valor total, siempre nos dará un número entre el 1 y el 9. Esto indica el momento de la creación. Claro está que estamos hablando de simbolismo y frecuentemente de un nivel en que nuestra mente no tiene una realidad que podamos verbalizar. Por tanto, en estos casos, la especulación debe dejar paso a la meditación.

Si ponemos algunos ejemplos, además de los ya expuestos en páginas anteriores, lo veremos mas claro. El nombre Elohim se escribe en hebreo con: alef (1), lamed (30), he (5), yod (10), mem final (600) = 646. Como vemos, la cifra total corresponde al orden de las centenas, es decir, al nivel que hemos llamado Yetzirah (crear algo de algo). Por tanto, Elohim es el Dios creador de Yetzirah. Ahora bien, haciendo la reducción: 6+4+6 = 16; de donde 1+6 = 7, con lo cual, obtenemos la idea de Simiente. Por tanto, el valor total indica el plano o mundo de creación, y el valor reducido, el nivel dentro del plano arquetípico. Lo más cerca del uno indica que aquello que se nos muestra está menos denso, más cerca de la primera vibración o Principio.

Siguiendo con ejemplos, utilizaremos ahora el nombre de JHVH, el cual aparece también en el acto creador. En hebreo se escribe con cuatro letras (este ejemplo lo estamos repitiendo para mostrar la diferencia entre JHVH y Elohim):

yod = 10 (la yod hebrea también se castellaniza con i latina y con la j)
he = 5
vau = 6
he = 5
---------------------------
Total = 26, lo cual indica que Yahveh crea en el Briah (crear algo de nada), a diferencia de Elohim que crea en Yetzirah. Al reducir el 26 tenemos el valor 8 que representa el arquetipo de la concreción material. No debe interpretarse como la realidad material, sino el arquetipo de todo el universo que aún está emanando pero no realizado.

Eva en hebreo se escribe con tres letras que puede traducirse al español como “Aicha”, el femenino de Ish:

Alef -------- 1
yod -------- 10
shin ------- 300
Total ------- 311

Así entenderemos que Eva se encuentra en el mundo yetzirático o nivel de creación denominado “algo de algo, o plano cósmico. Al reducir sumamos 3+1+1, lo cual da 5. Este número (5), lo entendemos como símbolo del soplo de vida. Ella es por tanto, la madre de los hijos de Dios y de los hijos de los hombres.

Pero el nombre de “Aicha” es utilizado solo después del capítulo V del Génesis, mientras que en el capítulo IV es nombrada Eva, que en hebreo sería:

He -------- 5
vau ------- 6
alef ------- 1
Total ------ 12

Esta Eva del capítulo IV no parece que fuera la misma pues nos encontramos en el nivel de las decenas, es decir, en el Briah (o beriyah), mientras que la reducción nos indica un 3 (1+2), es decir, el movimiento. Dicho movimiento se está refiriendo a la cualidad volitiva de Adam, a la atracción que siente hacia fuera del Edén. Esto es una forma de explicar lo que la física moderna explica de otra manera y con otro lenguaje.

Por su parte, Set, se escribe con una shin (300) y una tau (400) con lo cual obtenemos 700, es decir, volvemos al nivel yetziratico, mientras que la reducción nos indica de nuevo la simiente, este parece ser el significado oculto de la segunda generación surgida de Set-Eva.

Hemos prescindido de algunos nombres por no tenerlos delante en su versión hebrea y no nos queremos aventurar a incluir algunos errores de traducción. Se ha dicho que las vocales de los nombres hebreos españolizados así como el uso de algunas letras, no corresponden al original. Por tanto, para “jugar” con la gematría es necesario, si no se domina el hebreo, tener por lo menos un diccionario bilingüe delante. Para poner los anteriores ejemplos he recurrido a la Biblia bilingüe de Ediciones Sinaí.

El juego de las letras es un “enganche” para la mente occidental que nos puede apasionar al ir descubriendo algunos significados. Esta es la estratagema utilizada por los sacerdotes hebreos para despertar la inteligencia del estudiante y dirigirla hacia los textos sagrados. Todo es un buen montaje para mantenernos ocupados con pensamientos que tienen que ver con Dios y la creación. Pero el mantener la conciencia enfocada hacia estos temas, hace que nuestro ser interno nos informe a través de “chispitas” de luz, en sueños o en meditación, o en pequeños “flashes” que surgen como nuevas ideas que llegan de adentro. Si aceptamos este juego y lo hacemos conscientemente, podemos combinar la especulación con la meditación. También se debe contrastar las ideas para que prevalezca la higiene mental y no nos creamos todo, pues algunas cosas no proceden de un estado de conciencia profundo sino de nuestras necesidades psicológicas.

Los escritos judíos son la ley. La ley es el corazón de la existencia del pueblo judío. Para representar esto desde el punto de vista de la gematría, se dice que la primera letra del Génesis es la bet (escrita en medio o al final sería v) y la última es la lamed. La primera en el nombre “berechit”. La última es la “l” del nombre Israel. Invertidas leemos “lev” (la e es para españolizarla). Lev significa corazón. De ahí que se diga que la ley es el corazón de la existencia. Por otro lado, lev, formada por L (30) más B (2), es igual a 32, igual al número de senderos: 10 pro números o sefirotes y 22 consonantes hebreas. Por tanto, vuelven a remarcar que todo se encuentra entre la alef y la tau. Esa es la ley y ésta el corazón de la existencia.

Abram se escribe con una alef, una bet, una rosh y una mem final. La suma da 703, nivel yetzirático, mientras que la reducción es igual a 1. El uno es el principio de las cosas, pero para que exista una creación visible a ojos humanos necesitamos la dualidad, el dos, lo cual produce el tres o primer triángulo de creación. Con Abram la creación permanece oculta, por eso con este nombre no hay descendencia. En el Génesis el nombre de Abram es cambiado a Abraham, es decir las misma letras anteriores más una Hé hebrea de valor 5, de manera que Abraham suma 708, sigue siendo el mismo nivel de yetzirah, pero su reducción pasa a 6 (7 + 0 + 8 = 15, de donde 1+5 = 6) cuyo significado ontológico es Conjunción, lo cual podemos entender como la intersección del mundo oculto con el mundo visible.

Saray se escribe con una shin, una rosh y una yod. En sentido literal Saray significa princesa, pero aplicando la gematría vemos que suma 510, lo cual también se encuentra en el nivel yetzirático y que al reducir la suma da un valor de 6, es decir, el de la conjunción. Con Sarah, que literalmente significa madre de reyes, la yod es cambiada por la hé hebrea, cambiando su valor a 505, mantiene el nivel pero cambia el sentido o la idea ya que Sarah se reduce a 1.

Isaac se escribe en hebreo con una yod, una tsadé, una het y una qof, la suma es 208, nivel yetzirático, mientras que la reducción vuelve a indicar 1. Su hijo, Jacob, se escribe con una yod, una zain, una qof y una bet. La suma es 119 y la reducción da 2. Es con el dos o la dualidad con lo que la creación empieza a multiplicarse. Recordaremos que Jacob es el padre de las doce tribus de Israel.

Podemos seguir poniendo ejemplos como los anteriores, pues tenemos delante un sinfín de nombres sin salirnos del Génesis. De hecho, los nombres de los cónyuges, de las ciudades o lugares, así como de toda la descendencia a partir de Adam, los podemos llevar a la adición y reducción teosófica o gematría para contrastarlos con las nueve ideas básicas que se encuentran expresadas en el plano llamado Atziluth. Al final de este trabajo tiene todas las letras colocadas en los tres planos y las nueve ideas básicas. Con este cuadro delante y una Biblia bilingüe puede usted desentrañar el significado oculto de cada sustantivo del Génesis.


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