El Caduceo originalmente se creó por sabios de la antigüedad, no sólo para representar 'salud corporal', sino para simbolizar la actividad energética vital, libre, potente y armónica en nuestra anatomía sutil. Es esta actividad óptima de nuestra propia vitalidad la que nos permite experimentar un estado de consciencia despierto, y sentirnos integrados a nuestra propia esencia y a la unidad de la vida. Al sentimos de esta forma en donde nuestra energía fluye libre y armónicamente en nosotros, es cuando, por efecto de cascada, nos experimentamos funcionales, sanos y potentes a niveles tanto mental, como emocional y físico..
En occidente, al Caduceo se le conoce y usa como el símbolo de la medicina desde la Grecia antigua.. Y si, el Caduceo ha sido símbolo de salud y funcionamiento armónico del cuerpo en nuestra cultura desde entonces, sin embargo, el origen de este símbolo se remonta mucho más atrás de la antigua Grecia. Este surge por primera vez en la India de 5.000 años atrás, y el significado que tenía este símbolo para los antiguos sabios hindúes es de una dimensión mucho mayor y mas profunda que sólo salud corporal.
Brevemente explicado, el eje o columna central del Caduceo es lo que los sabios hindúes llamaban el 'Susuma', que representa lo que podríamos llamar el núcleo o tronco de nuestro cuerpo energético o anatomía sutil, que parte de la zona del periné, en la base de la columna vertebral, y llega hasta el entrecejo en la frente. Las dos serpientes a las que llamaron 'Ida' y 'Pingala', son los ductos por donde la energía vital - el Prana (tal como la denominaban entonces) -, asciende y desciende al ritmo de la inspiración y exhalación de nuestra respiración por este eje desde el periné hasta la frente en la cabeza. Las alas al tope simbolizan la natural expansión de energía que ocurre a nivel del entrecejo, energetizando y activando con ello la glándula pineal y el centro del 'Ojo Supraconsciente', cuando este movimiento ascendente culmina.
Cuando este movimiento del prana que asciende y desciende al ritmo de la inspiración y exhalación de nuestra respiración, ocurre libre y armónicamente a todo lo largo de este eje interno sutil nuestro, experimentamos no sólo salud y armonía física, sino emocional y mental también.
En los puntos donde la Ida y la Pingala se cruzan ocurren vórtices vertiginosos de energía que es lo que conocemos por chakras o generadores de energía. Cada chakra determina dinámicas psicoemocionales, conductuales y físicas, que a su vez son determinados o pautados por el sistema de creencias o la mentalidad de cada individuo. Cuando la mentalidad de un individuo está confundida, distorsionada o aberrada, sea por la imposición autoritaria de creencias o conceptos familiares/culturales conflictivos, y/o por traumas desde pequeños a severos, esto afecta directa y proporcionalmente a los chakras, consecuentemente al flujo ascendente y descendente del prana por la Ida y la Pingala, traduciéndose finalmente en una salud emocional y física más o menos desmejorada y disfuncional, de acuerdo con cada caso particular.
A la luz de este entendimiento se puede comprender que la salud depende - tal como la medicina psicosomática y la física cuántica lo demuestran -, que salud o enfermedad son consecuencias de lo que creemos, de lo que 'pensamos' en nuestras mentes. Que lo que conocemos por enfermedad, es en realidad el síntoma, y que la causa está en nuestras creencias, en nuestra mente. Que sanando la mente es cuando recuperamos la salud, no sólo a nivel físico, sino a nivel anímico, permitiéndonos recuperar el estado o condición armónica propia de los niños, en donde vivimos en paz y en la espontánea compañía interna de ese amor que nos creó y que somos.., de esa fuente de existencia y de ser que hemos llamado Dios.
Autor: Rafael Ferraro