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Los nadis y la trama etérica por Aart Jurriaanse
La red etérica dentro del cuerpo físico está caracterizada por millones de muy pequeñas corrientes o líneas de energía, a las que el esoterista oriental ha dado el nombre de nadis. Como no hay una palabra apropiada en español para expresar este concepto, también será introducida en este texto a fines de conveniencia.
Estos nadis son los portadores de energía y subyacen al sistema nervioso, al cual alimentan, controlan e impulsan; ellos así determinan la naturaleza y cualidad del sistema nervioso.
Todas las energías que influencian o controlan el cuerpo físico, tanto si se originan en el plano astral o en niveles espirituales más elevados, deben utilizar el sistema etérico y por tanto también estos portadores de energía, para realizar el contacto necesario.
El tipo y cualidad de la energía transportada por los nadis para el intercambio recíproco con el sistema nervioso dependerá consecuentemente en primer lugar del foco de conciencia del hombre, su sensibilidad psíquica, la fuerza de su aspiración y deseo, el conjunto de rayos que actúan en sus vehículos y finalmente de la etapa de su evolución espiritual.
Por otro lado la red de nadis dentro del cuerpo físico también relacionará estrechamente este sistema etérico interno con los siete centros principales etéricos ubicados en el aura que rodea al vehículo físico uniendo así simultáneamente el cuerpo individual con el sistema etérico completo.
Punto de contacto
Los nadis por tanto representan el mecanismo a través del cual las energías son exteriorizadas o manifestadas a través del sistema nervioso superpuesto y forman el punto o más bien el área donde se realiza el contacto entre las energías y fuerzas sutiles subjetivas y el cuerpo físico denso. Los nervios a su vez envían los impulsos recibidos al cerebro físico. Este mismo procedimiento también funciona en sentido inverso, y cuando el cerebro reacciona a impulsos de la mente, estos serán canalizados a través del sistema nervioso a los nadis, y de allí a través de los centros etéricos al mundo etérico, como los dirige el cerebro. Esto es lo que ocurre con el pensamiento dirigido que es el principio subyacente de la telepatía.
El término trama etérica se refiere a particiones de materia etérica, que separan a los diferentes centros de fuerza etéricos, o que forman paredes divisorias entre las diferentes etapas o esferas en el desarrollo de la conciencia. Mientras la conciencia evoluciona, una obstrucción etérica tras otra es disuelta exitosamente, conduciendo a una visión (interna) constantemente mejorada, a una mayor luz y por tanto también a una creciente responsabilidad.
Existe por ejemplo la trama que separa la conciencia física inferior del cerebro del plano astral. Con el desarrollo espiritual del hombre esta trama etérica está sujeta a un largo proceso de demolición, y gradualmente aparecerán las primeras 'grietas' en la trama. Es a través de estas grietas que el estudiante se hace consciente por vez primera de los sucesos internos y puede realizar sus primeros contactos con el alma. Mientras el centro de la cabeza incrementa la actividad, se vuelve más receptivo a destellos ocasionales de iluminación de planos superiores a través de esta trama rasgada. Con el paso del tiempo esto sucederá más frecuentemente, y con la aparición de más grietas, esa trama particular comenzará a desintegrarse.
Cada uno de los centros de fuerza en el cuerpo etérico, situados a lo largo de la columna vertebral y hacia el centro de la cabeza, también están separados por semejantes tramas o discos etéricos, y durante el curso del desenvolvimiento del aspirante, todos ellos deben ser destruidos progresivamente por la fuerza despertada del fuego de la kundalini liberada en la base de la columna vertebral y que se mueve consistentemente hacia arriba de centro en centro. |