¿Qué es el Par Biomagnético?
Podríamos graficarlo como la existencia en el cuerpo de puntos específicos que van hermanados y presentando polaridades magnéticas contrarias, Norte y Sur como en un imán común. Al igual que en el caso de los puntos de acupuntura, la ubicación de estos pares biomagnéticos están ya definidos por el Dr. Goiz en un mapa del cuerpo.
Con el transcurso del tiempo se fueron descubriendo nuevos pares hasta llegar hoy a una cifra cercana a los 250 pares.
Lo sorprendente es el descubrimiento de que cuando estos pares se desequilibran, en el polo sur de ellos se concentran focos de determinados virus (ya identificados por sus nombres) en un ambiente de pH ligeramente más ácido, mientras que en el polo norte se ubican ciertas bacterias también previamente identificadas, pero en un medio de pH algo más alcalino que en el resto de los tejidos.
El Dr. Goiz logró determinar además que entre ambos focos de virus y bacterias se establece una comunicación a distancia, en forma de ondas electromagnéticas, en lo que se conoce como bioresonancia magnética, lo que permite la retroalimentación energética entre dichos microorganismos, los que se potencian en su virulencia y capacidad de resistencia frente a los anticuerpos del sistema inmune.
Cuando a través de un singular test se identifican los pares biomagnéticos desequilibrados e infectados, sobre los puntos correspondientes de estos pares, se colocan imanes de la misma polaridad y de una fuerza superior a los 1000 gauss, lo que produce una interrupción de la retroalimentación energética y simultáneamente se tiende a corregir el pH alterado. Esto redunda en el exterminio de los mencionados microorganismos que pierden su sustento energético.
Hay que destacar que este tratamiento biomagnético extermina con gran efectividad especialmente a los virus, lo que la medicina convencional hasta la fecha no consigue. Por su pequeñísimo tamaño y rapidez de reproducción el virus no soporta el impacto magnético que altera su ADN y produce un verdadero cortocircuito en su estructura electromagnética. Al liberarse de estos indeseables huéspedes el paciente experimenta substanciales mejorías.
Si consideramos que los virus están presentes en la gran mayoría de las enfermedades, algunas de ellas consideradas como incurables por la medicina oficial, entonces podemos imaginar los alcances extraordinarios que este método tiene para la salud humana.
A la fecha se han estudiado, diagnosticado y atendido con este procedimiento, durante doce años aproximadamente a unos 60,000 pacientes, llegando a conclusiones muy importantes. El biomagnetismo médico, por ser un procedimiento de orden físico y natural así como externo, no produce yatrogenia ni efectos colaterales indeseables.
Es bien sabido que los organismos superiores pueden ser portadores asintomáticos de microorganismos patógenos, aparentemente en las mucosas de los sistemas respiratorio y digestivo. En realidad lo hacen en los pares biomagnéticos y por ello, el biomagnetismo médico es también un procedimiento preventivo de la salud, al detectar oportunamente la patología, aún antes de su manifestación clínica.
El primer par biomagnético descubierto en 1988 por el Dr. Goiz fue el del síndrome de inmunodeficiencia humana (SIDA), que se genera en el timo y el recto desde las primeras horas en que se instala el virus, produciendo en el enfermo dos fenómenos simultáneos: inmunodeficiencia y seropositividad. Este conocimiento le ha permitido a este científico la loable hazaña de revertir esta enfermedad en miles de casos debidamente registrados y comprobables.
En los años posteriores el Dr. Goiz se dedicó a investigar la relación de este conocimiento con la etiología del cáncer. Este extenso trabajo quedó plasmado en su libro "El fenómeno tumoral" que fue recientemente publicado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Loja en Ecuador.
En este obra básicamente se plantea que en el origen del crecimiento caótico de las células cancerígenas, también está presente la influencia de determinados virus, bacterias, hongos y parásitos que según sea el tipo de cáncer, se combinan de distintas formas para agredir y finalmente desquiciar el orden genético del núcleo de las células y provocar la multiplicación descontrolada de ellas.
Es importante destacar que los descubrimientos del Dr. Goiz fueron mucho más allá de lo que anteriormente se conocía como "Magnetoterapia", que ya había percibido ciertos efectos sedantes, y desinflamantes del polo norte del imán, o bien estimulantes y aceleradores del crecimiento de las células con el polo sur.
Esta comprobación había dado origen a la venta indiscriminada en ciertos países desarrollados, de distintos accesorios como cinturones, fajas, colchonetas, cintillos, parches, etc., magnetizados o provistos de imanes para ser usados con distintos fines terapéuticos.
Podemos decir que este uso de los magnetos es como disparar a la bandada, sin tener claro a lo que le estamos apuntando.
Es evidente que al proporcionarnos un mapa exacto de estos pares de puntos en el cuerpo, el Dr. Goiz no deja chance a especular con la posible ubicación del magneto. Además él nos dice precisamente el nombre del microorganismo que se ubica en tal o cual punto. Este conocimiento y el peculiar método de testeo, permite el insólito hecho de poder reconocer en una primera sesión, enfermedades que solo el paciente sabía que tenía por medio de exámenes previos.
Respecto de la diabetes por ejemplo la medicina convencional nos plantea normalmente como única posibilidad de tratamiento el empleo de ciertos fármacos hipoglicemiantes o, en los casos más graves el empleo de insulina para poder bajar los niveles del azúcar en la sangre. Sin embargo el Dr. Goiz nos asevera que en la gran mayoría de los casos, la diabetes se origina por la agresión de microorganismos, ya sea directamente a las células pancreáticas, o bien por el daño químico que estos microbios producen por sus deshechos metabólicos en el torrente sanguíneo. Estos deshechos producen una disminución en la calidad y en el aprovechamiento de la insulina.
Además se sugiere que algunos de estos microorganismos tendrían incluso la capacidad de ingerir y asimilar esta vital hormona producida en el páncreas.
Todo lo anterior no pasaría de ser tan sólo una teoría si no fuera porque hemos visto como algunos diabéticos se han visto en la necesidad de reducir sus medicamentos o sus dosis de insulina, después de algunas sesiones de biomagnetismo. A los que se han visto sorprendidos por la aparición repentina de esta dolencia, a veces a temprana edad, les sugerimos hacer memoria de qué proceso viral o infeccioso tuvieron poco antes de que se les descubriera el mal. Muchos lograrán recordarlo y darse cuenta de que nunca habían hecho tal asociación.
En la familia de enfermedades afines que constituyen los distintos tipos de reumatismo, artritis o artrosis, los mencionados deshechos liberados por diversos microorganismos, atacan la membrana sinovial que cubre el cartílago de las articulaciones, produciendo inflamación y luego degeneración que con el tiempo puede llevar a graves deformaciones. Al eliminar con biomagnetismo los mencionados microbios se puede producir primero notorios alivios del dolor y la inflamación, y luego con el tiempo una reparación de los tejidos dañados.
Se puede presumir también el mismo dañino efecto -directo o a distancia- de diversos microorganismos, en otras enfermedades que son de difícil tratamiento para la medicina oficial, como son algunos tipos de Parkinson, Alzheimer, esclerosis múltiple, psoriasis, etc., especialmente causados por virus farmaco-resistentes, a los cuales se pueden añadir en su efecto nocivo, otras sustancias tóxicas como metales pesados -mercurio de las amalgamas, plomo, aluminio, etc.- también algunos preservantes, colorantes, drogas, pesticidas y otras, presentes en los alimentos industrializados, y que no alcanzan a ser eliminados por algunos organismos ya cansados y deteriorados por los años.
Para los que se pregunten: ¿y cómo es que esta maravilla no es más conocida y difundida en todo el planeta?, podemos preguntarles a su vez: ¿ cómo es posible que tan pocas personas, incluidos profesionales de la salud, conozcan la existencia y las bondades de equipos de Bioresonancia de muy sofisticada tecnología, capaces de detectar muchas variables fisiológicas importantes en el cuerpo y comparativamente de bastante más bajo costo que equipos como scaners y resonancias magnéticas?
En efecto esta tecnología se remonta al año 1950 en que el médico alemán Dr. Reinhold Voll, acupunturista, desarrolló un aparato para medir la energía que fluía en los meridianos de acupuntura. Este aparato electrónico lograba captar pequeñísimas diferencias de voltaje entre los puntos conocidos por la acupuntura, contrastados con otros puntos que no lo eran. Esta fue una forma de comprobar tecnológicamente la real existencia de los citados puntos que sólo la medicina oriental conocía y trabajaba desde hace milenios, mientras que a la medicina occidental fármaco-dependiente, todavía le cuesta creer y aceptar.
Con el transcurrir de los años estos equipos de bioresonancia fueron progresando en sus capacidades, hasta llegar en el día de hoy a detectar una cantidad impresionante de distintas variables fisiológicas en el cuerpo humano.
En efecto con el simple contacto en la piel de algunos cátodos metálicos, estos equipos computarizados nos pueden decir por ejemplo, el nivel de metales pesados y otros oligoelementos presentes en nuestro organismo. También pueden detectar a qué somos alérgicos a partir del chequeo vibracional de miles de sustancias registradas magnéticamente en la memoria del computador, todo esto en contados minutos.
Aún más, algunos de estos equipos son capaces de enviar la misma onda que produce la alergia pero invertida en su fase. Al cabo de algunos tratamientos, se puede producir así la desensibilización y la supresión de la alergia del paciente.
Vamos percibiendo de esta forma la importancia crucial que tienen los fenómenos ondulatorios, energéticos o vibratorios para la salud humana y no es difícil imaginar que los grandes logros de la medicina del futuro irán por este camino. El problema es que casi la totalidad de las investigaciones médicas en la actualidad, son solventadas directa o indirectamente por los grandes consorcios farmacéuticos que sólo apoyan la búsqueda de nuevos fármacos para el tratamiento de las enfermedades.
Otro ejemplo en esta temática lo constituye las investigaciones de la Doctora Hulda Clark residente en Estados Unidos. Al igual que el Dr. Goiz ella ha descubierto que el origen de la gran mayoría de las enfermedades se encuentra en la influencia en nuestro cuerpo de la contaminación ambiental y los parásitos, bacterias, virus y hongos que colonizan nuestro cuerpo.
En Su libro "The cure for all diseases" (La cura para todas las enfermedades) Explica cómo llegó a esta conclusión a través del uso de la tecnología electrónica, y cómo a través de ésta y unas curas simples con hierbas podemos acabar con todos los parásitos y todos los tóxicos que hay en nuestro cuerpo, consiguiendo así la mejoría de muchas enfermedades.
Con la ayuda de científicos expertos en electrónica, desarrolló un pequeño dispositivo denominado "Zapper" capaz de producir ondas electromagnéticas en un cierto rango de frecuencias en las que se encuentra el punto de resonancia de la mayoría de los microbios y parásitos. Después de aplicar por algunas minutos estas vibraciones en la piel durante varios días, se consigue finalmente eliminar todos los microorganismos indeseables y recuperar así la salud. La Dra. Clark ha conseguido también notables resultados en enfermedades complicadas como el cáncer y la diabetes.
Vemos en su trabajo puntos de gran coincidencia con los descubrimientos del Dr. Goiz, sólo que por ignorar ella la existencia de los pares biomagnéticos, su tratamiento parece más lento. Además el método del Dr. Goiz solo requiere de imanes de cierta potencia, que son fácilmente asequibles para cualquiera.
http://www.biomagnetismo.com.ar/parbiomagne.html