El Kefir El hongo curativo
Se trata de un fermento lácteo elaborado artesanalmente mediante la adición a la leche de diferentes levaduras y bacilos, que no soporta los procesos industriales.
Es una bebida cremosa, similar al yogur, de origen caucasiano. La longevidad de los pueblos que tradicionalmente lo han consumido, lo popularizó en Europa desde principios de siglo. Actualmente, en nuestro país lo toman especialmente quienes trabajan en el sector sanitario, ya que estimula nuestro sistema de defensas.
Kefir no es lo mismo que yogur...
A pesar de que es similar al yogur, la diferencia principal entre el proceso de fermentación del kéfir y del yogur estriba en que el primero fermenta la leche mediante una reacción lacto-alcohólica (la lactosa de la leche se transforma en ácido láctico y se produce anhidrido carbónico y alcohol, este último en una proporción inferior al 1%), mientras que la del yogur es sólo láctica (sólo se transforma la lactosa en ácido láctico).
Propiedades nutritivas
La fermentación del kéfir permite descomponer la leche en nutrientes más simples haciéndola más digestiva y tolerable por personas que sufren de intolerancia a la lactosa. También aporta microorganismos que regeneran la flora intestinal y compiten eficientemente contra las bacterias patógenas de nuestro intestino.
Esto permite tomar el kéfir sin necesidad de hervir o esterilizar la leche en su elaboración, de forma que permite aprovechar todas las propiedades beneficiosas de la leche cruda.
Si vamos a salir de vacaciones y no tenemos posibilidad de llevárnoslo con nosotros, podemos dejarlo 3 ó 4 días en agua con azúcar en la nevera. Si vamos a estar más tiempo, será necesario escurrirlo bien, secarlo y congelarlo, de esta forma aguanta varios meses. No obstante, después se deberá descongelar muy poco a poco, poniéndolo previamente en la nevera y si es posible, rehidratarlo con agua mineral y azúcar unos días antes de dejar que produzca la bebida fermentada. Después de este proceso de congelación, se observa que el kéfir no crece al mismo ritmo que lo hacía anteriormente, los primeros días con leche se puede dejar más de 24 horas.
¿Cómo tomarlo?
El kéfir permite múltiples posibilidades culinarias, desde tomarlo como leche fermentada, el líquido obtenido después de colarlo, como hacer batidos con hortalizas, frutas, con germen de trigo y miel en el desayuno, hasta elaborar exquisitas cremas de queso. Para elaborar la crema de queso, debemos dejar la leche fermentada sobre un trapo de sábana puesto sobre un colador con un recipiente debajo que recoja el suero que se desprende de la leche kefirada. A las 24-36 horas obtendremos sobre el trapo una crema de kéfir, que con un poco de buen aceite de oliva y sal, será una crema base que puede ser combinada con nueces (queso de nueces), aguacate, ajo y perejil, finas hierbas, etc.
El Kefir es una leche fermentada de textura algo espesa, refrescante y de sabor más o menos ácido y ligeramente gaseoso (achampañado).
• La doble fermentación láctica y alcohólica del kéfir es lo que le confiere las características organolépticas que le distinguen del yogur.
• El Kefir Mejora en la capacidad de asimilación de los alimentos.
• El Kefir regula el tránsito intestinal.
• El Kefir Fortalece las defensas frente a infecciones tanto víricas como bacterianas.
• El Kefir Reduce los niveles de colesterol y el riesgo de padecer cáncer de colon.
Los componentes alimenticios del kéfir difieren en muy poco respecto a los contenidos en la leche de la que ha sido elaborado, pero son de una cualidad biológica superior, pues hace más asimilables los nutrientes contenidos en la leche.
¿Sabías qué el Kefir...?
Para su elaboración, utilizar leche no tratada con antibióticos, pues frenan y dañan la actividad de las bacterias de los nódulos.
Un kéfir suave es algo laxante, un kéfir "fuerte" será un poco astringente.
Si no se va a consumir en el día conviene guardarlo en la nevera.
El Kéfir es la leche fermentada más antigua que existe. Su origen se situa en las montañas del Cáucaso. Tiene especiales y valiosísimas propiedades, según lo evidencia la longevidad de los pueblos que lo consumen habitualmente, desde hace miles de años.
La acción fermentadora de las bacterias y levaduras del Kéfir:
Incrementa el valor biológico de las proteínas de la leche.
Produce la síntesis de vitaminas del complejo B, siendo una fuente importante de potasio, fósforo, calcio y vitaminas.
Restablece y equilibra la flora intestinal, siendo un alimento probiótico y previniendo gran número de enfermedades.
Sintetiza ácido láctico, reduciendo la lactosa y favoreciendo la digestibilidad de la leche.
El Kéfir se realiza mediante siembra directa de un cultivo con la siguiente composición:
- Lactococus lactis.
- Lactococus cremoris.
- L.biovar diacetylactis.
- Leuconostoc mesenteroides subs. cremoris.
- Lactobacillus plantarum.
- lactobacillus Casei.
- Kluyveromices marxianus var. fragilis ( Torula kéfir)
La siembra directa y el cultivo normalizado nos permite elaborar un Kéfir de características similares. No obstante, al no estandarizar la leche, en primavera tiene menos extracto seco que en invierno. El total de microorganismos del Kéfir que elaboramos es de 400 millones/gramo, de los cuales 180 millones corresponden al Lactobacillus Casei. Nuestro Kéfir fermenta durante 24 horas.
Además de la pureza de los fermentos y levaduras que utilizamos para elaborar el kéfir, la clave de las propiedades del kéfir de la Granja Noé, está en la leche que utilizamos. Una leche muy rica en proteínas, grasa y calcio. Recién ordeñada ( entre el ordeño y la elaboración no pasan más de 2 horas), libre absolutamente de medicamentos y con una calidad higiénica excepcional.
El plazo de caducidad es de 28 días.
El Kéfir es una estructura polisacárida donde conviven en simbiosis diversos microorganismos. Aunque se ha comparado con el yogurt, la microflora del Kéfir es mucho más compleja. Las bebidas que se obtienen tienen propiedades curativas. Hay tres tipos de Kéfir, el de leche, el de agua y el de té. Del primero, el Kéfir de leche, se obtiene una especie de yogurt, del segundo, una bebida parecida a una limonada con gas, y del tercero, una bebida de hierbas. La mayoría de gente conoce más el Kéfir de leche. En realidad, los tres tipos son el mismo Kéfir, con la misma microflora, pero adaptados a medios distintos. En estas páginas web, encontrareis toda la información que he podido encontrar sobre el Kéfir de agua, así como las instrucciones de preparación y conservación.
El Kefir en las Noticias
Experiencia piloto: coordinada por la Universidad Nacional de La Plata
Ponen a prueba un alimento: el kefir
Es muy nutritivo y ayuda a prevenir infecciones; integrará la dieta de comedores infantiles
Brinda protección contra las bacterias que causan el síndrome urémico hemolítico
Se cultiva en la leche a temperatura ambiente
Su producción posee un costo mínimo
LA PLATA.- Quienes se dedican a combatir la desnutrición infantil podrían contar en muy poco tiempo con una nueva herramienta para alimentar a los chicos y tal vez (las pruebas científicas aún no son concluyentes) para protegerlos de enfermedades peligrosas, como el síndrome urémico hemolítico. Se trata de unos gránulos blancos muy nutritivos: el kefir.
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Cinco comedores infantiles de esta ciudad serán el escenario de una experiencia piloto desarrollada por el Banco Alimentario local y la Universidad platense. Incorporarán esta sustancia en la dieta de los chicos, y los voluntarios aprenderán a reproducirla en forma simple y gratuita.
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El kefir podría ayudar a combatir la desnutrición de los chicos y mejorar sus defensas ante enfermedades producidas por bacterias intestinales como la Escherichia coli . Hasta hoy, nadie lo había usado en los comedores. Pero ahora el Banco Alimentario de esta ciudad y un centro de investigación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) pondrán a disposición de cinco comedores de la zona, como experiencia piloto, pequeñas cantidades de esta sustancia.
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Nutrición a bajo costo
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La bioquímica Graciela De Antoni, miembro del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (Cidca) de la UNLP, es el pilar científico de la iniciativa. Coordinó un proyecto de investigación que resultó finalista en un concurso organizado por la empresa Dupont y el Consejo Nacional de Investigación Científica y Técnica (Conicet), referido justamente a la utilización de kefir en la leche para combatir los patógenos intestinales.
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Estos gránulos blancos que recuerdan vagamente a la levadura son cultivados por muchas personas en todo el mundo. A su alrededor hay algunos conocimientos firmes y muchísima exageración: por ejemplo, se afirma que cura enfermedades graves y que prolonga la vida.
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Nada de esto tiene sustento científico, pero algo sí es cierto: el kefir es muy nutritivo y figura como alimento en el Código Alimentario argentino. Y podría mejorar las defensas. Pero hasta ahora a nadie se le había ocurrido usarlo en comedores infantiles.
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Hasta que Luis Sisto, miembro del Banco Alimentario, que asiste a unos 135 comedores de la ciudad y sus alrededores, tropezó con la idea en forma accidental. En el cumpleaños de un hijo de De Antoni, el representante del Banco Alimentario, que suele enviar alimentos a la Facultad de Ciencias Exactas para su análisis, se acercó a la bioquímica para agradecerle la colaboración de la UNLP. La charla derivó al tema del kefir y Sisto pensó: "No puede ser que esto sea tan bueno y no lo estemos usando". El resto fue sólo una cuestión de coordinación.
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El plan, explica Sisto, es comenzar con sólo cinco comedores, para ver cómo funciona la experiencia; después se ampliará al resto de la zona. El Cidca aportará los gránulos de kefir y el conocimiento técnico para ayudar a los responsables de los comedores. El 4 de octubre próximo, cada comedor recibirá una pequeña cantidad de kefir y científicos de la UNLP les explicarán a sus responsables cómo prepararlo y reproducirlo.
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Los gránulos de kefir se colocan en la leche pasteurizada, que se deja fermentar durante algunos días. En el proceso, el líquido se espesa y se llena de proteínas, vitaminas y otras sustancias nutritivas, y de millones de microorganismos que contribuyen a reforzar las defensas intestinales. Además, al colar la leche para tomarla, hay más kefir que al principio: nutrición y prevención de infecciones al mínimo costo.
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Los microorganismos presentes en el kefir se ensañan particularmente con la Escherichia coli , la temible bacteria responsable de afecciones como el síndrome urémico hemolítico, que puede tener consecuencias mortales en los chicos más pequeños. Tomar kefir, entonces, podría aumentar su protección contra estas infecciones.
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Hasta ahora, el proyecto se encontró con un solo obstáculo: la preparación se debe hacer con leche líquida pasteurizada, pero por razones económicas, en general, sólo cuentan con leche en polvo. Para dar el puntapié inicial al programa se utilizará leche donada por empresas lácteas; en tanto, hace varias semanas los científicos del Cidca estudian la posibilidad de utilizar el kefir con la leche en polvo.
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Mientras tanto, el Banco Alimentario recibirá donaciones de leche pasteurizada en estado líquido; quienes puedan aportarla deben llamar al teléfono 0221-4243420 o enviar un email a info@bancoalimentario.org.ar.
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Por Sebastián Lalaurette
De la Corresponsalía de La Plata
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Inestable.
A pesar de sus virtudes, el kefir es demasiado inestable como para ser producido en forma industrial: a veces fermenta más y a veces menos, puede "morir" en ocasiones o producir un balance de microorganismos poco uniforme. Esa es la razón por la que las góndolas de los supermercados no están repletas de cartones y de leche con kefir. Sin embargo, algunas empresas están tratando de dominarlo para poder reproducirlo en cantidades industriales.
LOS GRANDES BENEFICIOS DEL KÉFIR
El kéfir es una leche fermentada originaria de las regiones del Caúcaso, de textura algo espesa y sabor más o menos ácido o achampañado, que se prepara a partir de las bacterias 'Bacterium caucasicum' y 'Streptococus lactis' o 'caucasicus', desencadenantes de la fermentación láctica. Este producto, conocido desde hace siglos en los países que ejercen de frontera entre Europa y Asia, se complementa con las levaduras 'Torula kefir' o 'Leuconostoc caucasicum' y 'Saccharomyces kefir', cuya fermentación es de tipo alcohólico.
El producto resultante es semilíquido, denso y algo amargo, debido a la acción del ácido láctico. De hecho, buena parte de las acciones benéficas para el organismo humano se debe a la presencia de esta sustancia, fundamental en el metabolismo de las células.
Como promedio, la acidez del kéfir es del 0,6% al 1% de ácido láctico (pH 4,2-4,5), con ligerísimo contenido de alcohol (de 0,6% a 0,8%) y un 50% en volumen de gas carbónico. Nada que ver con el yogur que es, en principio, sólido, y de un sabor menos ácido que el kéfir. Durante años, este producto sólo podía prepararse a partir de unos nódulos o granulaciones específicas (como las que aparecen en la imagen inferior), pero actualmente la industria láctea trabaja directamente con las bacterias y levaduras.
Como sucede con el yogur, el kéfir favorece la predigestión de la leche manteniendo su valor nutritivo. El resultado es la mejora de la resistencia a las enfermedades a partir de una flora intestinal beneficiosa. Es muy adecuado para prevenir la osteoporosis, un mal común en la sociedad occidental, y resulta ideal para el tratamiento por 'Candida albicans'. Por otra parte, es un producto muy nutritivo y un antibiótico natural para prevenir infecciones, además de demostrar una gran utilidad en el tratamiento de problemas del aparato digestivo. Refuerza la inmunidad.
Como sucede con otras leches fermentadas, se ha comprobado que su consumo reduce la presencia de elementos carcinógenos. El kéfir, más difícil de preparar que el yogur, se encuentra en los mercados a disposición de los consumidores.