Santiago Rojas: “La flor es la obra cumbre de la planta y su vocación sanadora”
Figura clave en el difícil matrimonio entre la medicina oficial y la naturista, el doctor Rojas es considerado como pionero y gran promotor de la terapia de esencias florales y de la bioenergética en Iberoamérica. Conferencista y profesor internacional, escritor, activista de ”nueva era”…, entre sus clientes figuran los máximos mandatarios de Colombia, pero en su consulta, siempre abarrotada, entran también ponchos y alpargatas, encuentran número y hora los más olvidados.
Este joven médico tiene su farmacia en los jardines y los prados puros y alejados de la contaminación. Para el doctor Rojas la flor es un regalo del universo, una manifestación del supremo amor que podemos ver, oler, gustar y sentir. Para este hombre enamorado de la naturaleza, las flores representan la máxima expresión de una planta, su obra cumbre, en donde toda su vitalidad y facultad sanadora se encuentran de forma concentrada.
Sorprende la enorme actividad de su consultorio en un barrio céntrico de la capital colombiana. La blanca pared de la sala de espera está presidida por la rosa color oro sobre violeta que acompaña a la “Gran Invocación”.
Numerosos pacientes de todas las edades y condición social aguardan el turno para entrevistarse con este doctor, cuya fama ha trascendido las fronteras de su propio país. Sus secretarias se pasan el día rechazando solicitudes. Entre paciente y paciente hace hueco para recibirnos. Deja a uno de sus enfermos con una sedante música de relajación sobre la camilla y nos invita a pasar a otra sala de consulta llena también de poliedros energetizantes.
Santiago Rojas es un hombre puente. Reúne gentes y disciplinas, valores y sueños diferentes. Su buen nombre y fama le dan amplio margen para el desarrollo de esa labor unificadora. Su juventud encorbatada, su presencia amable y discurso fluido, le han ayudado a ganarse calor y apoyo.
Médico personal del propio ex-presidente Pastrana, dicen que fue su “paño de lágrimas” en sus momentos más difíciles y comprometidos, que por cierto no le faltaron. El atender a altos dignatarios, el haber viajado por más de quince países dictando conferencias en universidades e importantes foros, no le hace olvidar sin embargo su compromiso con las clases más desfavorecidas. Tampoco su condición de galeno incubado en Universidad, no le ha impedido entregar años de su vida a la investigación del poder terapéutico de plantas y flores. Pero además de todas estas labores profesionales, Santiago Rojas se ha distinguido por la organización de multitudinarios encuentros espirituales de carácter ecuménico y unitario en pleno Bogotá.
Reconciliación y reencuentro con uno mismo para luego proyectar ese sosiego hacia el propio entorno y el resto de la sociedad, es la medicina de este hombre que insiste en la necesidad de “identificar nuestras fortalezas, ser menos severos y mantener en alto la autoestima".
Sus respuestas son rápidas, exactas, concisas…, propias de un hombre que apura hasta el último segundo cada uno de sus días, de quien tiene a la espera una prole de pacientes que le impiden se demore en exceso delante de la grabadora.
Magia Floral
¿Cuándo y cómo entran las flores en la vida de Santiago Rojas? En 1987 un paciente me habló de unas flores de Bach que estaba tomando y que le estaban haciendo mucho bien. No las conseguí en Colombia pero viajando a Argentina las encontré y las compré. Comencé a tomar la flor del acebo para trabajar la rabia que en alguna medida llevaba dentro y me di cuenta que algo había tocado mi vida definitivamente. Las flores cumplen el hermoso papel de receptáculo del amor divino, amor sanador que podemos integrar en nosotros entrando en contacto con sus esencias.
¿Dónde encuentra la magia de la flor? Las flores me han abierto las puertas de un mundo maravilloso y soy feliz de poder compartir ese mundo. Poseen en su energía una cualidad que, transferida a los seres vivos, les permite volverla propia. Sus esencias constituyen facilitadores del proceso de crecimiento y transformaciones del ser humano. Si estas esencias son utilizadas de forma regular, potencialmente permiten a una persona encontrar, de una manera productiva, el verdadero y profundo amor.
¿Cómo “capturamos”, cómo nos hacemos con esa magia sanadora? La energía de la flor con todo su potencial armonizador y sanador puede ser transferida al agua, mediante el método de preparación de la esencia. Cada flor tiene su campo vibracional particular, que posee una cualidad única. La esencia floral es por lo tanto un campo energético sutil, mantenido en una alcoholatura que colocado en el campo energético sutil de otro ser vivo actúa por resonancia vibracional, armonizándolo.
¿Las flores influyen directamente sobre el cuerpo físico? Las esencias florales son medicamentos energéticos que actúan sobre los “campos energéticos” de cualquier reino de la naturaleza, humano, animal, planta o mineral . Este “campo energético” es el lugar del espacio que rodea a un cuerpo cualquiera y puede ser influenciado.
El ser humano posee principalmente siete cuerpos, además del físico, que constituyen su campo energético. Se trata de cuerpos cada vez más sutiles, compuestos por sustancias cada vez más finas y de vibraciones más altas que se interpenetran y rodean mutuamente en capas sucesivas.
¿Qué nos entrega la flor? La flor tiene las características de una antena que recibe constantemente las energías del cosmos y las energías de la tierra. La esencia floral es la esencia vital de la planta, su campo vibracional. Al recibir los medicamentos florales estamos recibiendo la vida de la flor y no un producto inerte. La cualidad que la flor obtiene al armonizar las energías del cosmos, principalmente del sol y de la tierra, puede ser transferida al ser humano y éste integrarla en su totalidad, adaptarla como propia.
¿Cómo se opera este transferencia? La flor posee una cualidad que está dada por la conformación electromagnética y lumínica-armónica de sus partículas, que al entrar en contacto con el campo energético en disarmonía, es capaz de armonizarlo. Actúa a niveles subatómicos por intercambios de luz, equilibrando y armonizando los flujos de energía de los campos energéticos a los que se les aplique su acción.
¿Cómo observamos los resultados? Me maravillo de la eficacia de las esencias florales. Ayudan a desarrollar nuestro potencial interno. La esencia floral, una vez incorporada en el cuerpo gracias a su característica vibracional, entra en contacto con el cuerpo energético del paciente y viaja por él a través de los meridianos de acupuntura y se dirige a los chakras y órganos energéticos, donde producirá su efecto. Éste se manifestará inicialmente en los estados emocionales y posteriormente, en una mayor o menor medida, en el estado físico.
¿Un ejemplo práctico por favor? Cada flor posee una cualidad particular. Por ejemplo en el caso del “Mímulo”, el coraje. Si su esencia es dada a un ser con temor, éste la incorporará y el coraje desplazará paulatinamente al temor. La flor al incorporar al ser una cualidad armónica, desarrollará la virtud correspondiente, con la posibilidad de retirar la actitud en desequilibrio.
Suena hermoso, pero la ciencia está en su derecho de reclamar pruebas… Podemos valorar el campo energético de una esencia floral de una forma objetiva, mediante la fotografía de una gota de elixir colocada en una cámara “Kirlian”. Con este método observaremos el campo sutil energético que rodea a la gota de la esencia y su diferencia con respecto al de la gota de agua normal analizada por el mismo sistema.
La enfermedad una oportunidad
¿Que significa para Vd. la enfermedad? Enfermar significa enfrentarnos a una nueva oportunidad que nos da la vida para mantenernos amónicos y en el camino correcto.
¿Qué le debe la humanidad a Bach? La humanidad debe a Eduard Bach el reconocer que la enfermedad se puede curar con métodos amorosos y agradables, métodos que ahondan en el potencial del ser humano. Bach también nos enseñó que la terapeútica se puede sacar de los consultorios médicos, que está al alcance de cualquier persona.
¿Cuántas medicinas existen? Soy un impulsor de la unión de la medicina tradicional y las complementarias. Llevo más de diez años dedicado a este acercamiento y no en vano. Sólo hay una medicina en realidad con muchos métodos que entre ellos se pueden complementar. Hasta el antibiótico utilizado en un determinado momento con coherencia por parte del médico es positivo. En Colombia hay hospitales, tanto estatales como privados, que ya están integrando ambas medicinas. En estos momentos enseño el sistema de terapias florales en tres universidades del país.
¿Una medicina y muchas terapias? Hay múltiples terapias alternativas o complementarias. En realidad al hombre y su salud lo podemos enfocar y ayudar desde la naturaleza, pasando por su arco reflejo, llegando a la célula y su entorno, ampliándonos hasta su campo energético, tocando su mente y emociones o reconociendo que todos somos uno y que simplemente participamos en forma individual de una sola realidad grupal. Cualquiera de estas estrategias pueden emplearse al mismo tiempo y en el mismo paciente, ya que todas buscan el verdadero sueño de todo terapeuta, que es llevar salud y bienestar a sus pacientes, para lograr una vida mejor.
Pero sus preferencias van por la bionergética… La medicina bioenergética se caracteriza porque trabaja al ser humano desde un punto de vista integral. Es decir, sanamos simultáneamente la mente, las emociones y el cuerpo. De lo contrario estamos desconociendo la realidad del ser humano. Por eso enseñamos también yoga, meditación, estrategias de autocuración…
¿En qué consiste el contrataque bionenégetico a la enfermedad? El tratamiento se compone de cuatro estrategias. Primero está el sonido, la música. Segundo: vibración con campos magnéticos y remedios vibratorios como las esencias de flores. Tercero: acupuntura o aplicación energética de poliedros regulares. Y cuarto: la cromoterapia sobre la piel o en el iris del ojo. Estos son los principios básicos de la sanación de carácter integral.
Asumir nuestra responsabilidad
En sus ratos libres organiza festivales espirituales… He tratado de conciliar entre todos los grupos espirituales no oficiales, pues al fin y al cabo todos buscamos lo mismo. Hemos hecho cinco celebraciones multitudinarias del festival de Wesak, cada una con más de 20.000 asistentes y la participación activa de 250 activistas de diferentes grupos esotéricos, religiones, cultos, medicinas… Los hemos entremezclado en un mismo espacio, el “Festival de la Luz”, en el que cada quien aporta lo que lleva dentro.
¿Toma el pulso de los grandes y del pueblo llano? El objetivo de atender a los grandes personajes, tal como me ha tocado a lo largo de los últimos diez años, es bien claro. Si me interesa el país, me interesan ayudar a los que lo manejan. También me interesa ayudar a los que sufren el país. Hemos trabajado en cárceles, en zonas de violencia. Nos interesa el servicio y todos los caminos de entrega sincera. En nuestro caso el servicio es medicina.
¿Una receta florida para Colombia? Mi mensaje trata de encontrarle el aspecto positivo a las crisis que como nación estamos viviendo. No hay mal que por bien no venga. Toda experiencia traumática es aleccionadora y de provecho. No busco que nos regodeemos en el dolor. Deseo que el sufrimiento sea una oportunidad para transformar ese sufrimiento en creatividad y vivencias positivas. La desesperanza, la devoción mal encaminada (defensa de principios inadecuados) y el miedo son nuestras principales afecciones. “Ahulaga”, “Míngulo”, “Verbena” y “Orquídea” son las flores que más necesitamos.
Sin embargo el paciente no se acerca por la farmacia… Ante todo Colombia necesita una terapeútica de poder expresar sus emociones y de reconciliarnos a través del perdón. El “Festival de la Luz” buscaba hacer prácticas de perdón y reconciliación. Ello no cambia de repente el país, pero son siembras necesarias. Si uno no hace prácticas correctas no recoge cosecha, si uno no siembra semillas no va a tener árboles. La paz no puede venir espontáneamente. Hay que aprender poco a poco a respetarnos, aunque no estemos de acuerdo, aunque pensemos cosas distintas.
¿Otra receta para el mundo? El amor nos libera de cualquier dolor y sufrimiento, mientras que el desamor es la causa real y más profunda de todos nuestros malestares y desventuras. El odio sólo genera mucho sufrimiento.
Es preciso aprender a vivir en el momento, en el aquí y el ahora, con toda su incertidumbre, aprender a disfrutar en el presente. Vibrar con el amor es estar en real resonancia armónica con el universo, es permitirnos reconocer nuestra verdadera esencia, dejar ver nuestro interior donde se encuentra la luz de Dios. Vibrar en contra de Él, en cambio, es impedirnos ser lo que realmente somos, impedirnos ser uno con el Creador. Es difícil abarcar estos conceptos, es preciso vivirlos y vivirlos mejor en silencio.
¿Vd. pone acento en la responsabilidad personal con respecto a la enfermedad? La forma en que interpretamos los acontecimientos de nuestra vida es de primordial importancia en la posibilidad de crecer como persona. Si sistemáticamente tratamos de colocar en otros la responsabilidad de lo que nos ocurre, esta conducta nociva nos impedirá progresar. Debemos comenzar por asumir nuestra parte de responsabilidad en los sucesos de nuestra propia vida.
Llama a la puerta una de sus colaboradoras. Los enfermos le reclaman y nosotros nos quedamos con las ganas de seguir aprendiendo y paseando entre aromas de flores. Nos quedamos con el tarro de cristal a medio llenar de esencias sanadoras, de profundas enseñanzas, de apasionante charla con un hombre con tan bellas historias de salud y vida, con tan firme vocación de servicio. Volveremos a por más cosecha.
Cariño y agradecimiento en su elaboración Para proceder a elaborar las esencias es indispensable llegar al lugar de recolecta lleno de amor por la naturaleza. Se inicia el proceso temprano en la mañana con una meditación con la flor cuya esencia se va a preparar. Seguidamente es conveniente sentarse en un lugar rodeado de ejemplares de la flor.
Se pide permiso y disculpas a las flores que se van a utilizar y se cortan, en la medida de lo posible, con cristales de cuarzo de forma suave y continua, lo que evita que se contamine la esencia con las vibraciones de dolor y de sufrimiento de la planta. Se hacen los cortes necesarios hasta llenar un recipiente con agua hasta la mitad.
Se dejan las flores en el agua expuestas al sol durante cerca de tres horas. El preparador se mantiene mientras tanto junto a las flores con una actitud de agradecimiento. Al término de este tiempo se podrá observar como el agua ha cambiado discretamente de color, así como el olor y el sabor, lo cuál nos indica que se ha obtenido ya la esencia.
Seguidamente se procede a pasar el agua a un frasco de vidrio de color ámbar, preferiblemente estéril, utilizando un embudo de vidrio y con un papel de filtro que permita retener las flores. Estas pueden colocarse después en la tierra cerca de donde estaban sembradas. Terminamos el proceso agradeciendo a las flores el habernos entregado su esencia vital.
Información obtenida del libro “Esencias florales: un camino” de Santiago Rojas Posada
(Publicado en "Portaldorado") |