¿Qué es Psicogeometria?
La Psicogeometria es el estudio del ser humano por medio de los principios matemáticos y las practicas de la Geometría Sagrada. Nos sirve para elevar nuestra calidad de vida; resolver conflictos de pareja, familia y grupo; nos reestablece nuestra capacidad de amar y de construir nuestra felicidad como un proceso geométrico de interpretación de la realidad; nos invita al desarrollo de la conciencia sexual, instintiva, motriz, emocional e intelectual. Sus prácticas nos devuelven la felicidad y la paz del alma.
Los principios fundamentales de la Geometría Sagrada son tres. Primero, la Ley del Unidad - Teoría del Campo Unificado o Teoría de Supercuerdas; segundo, la Ley de Tres Geométrica o Ley de las relaciones - proporción, frecuencia y estructura; tercero, la Ley de Octava o Ley de las transformaciones - explica el proceso que siguen los eventos para desdoblarse en el tiempo y nos permite conocer la forma en que las ondas se expanden para cambiar nuestra dirección de vida hacia una de mayor plenitud, amor y paz.
La geometría viene de las raíces "geo" tierra o materia y "metria" o medición. Es sagrada cuando estudia la Ordenación del Universo, cuando estudia las proporciones, patrones, sistemas, códigos y símbolos que subyacen como eterna fuente de vida de la materia y del espíritu y que permiten ser autosustentable el universo que habitamos. La Geometría Sagrada es la huella digital de la Creación. Es el génesis de todas las formas. Es un camino para comprender quienes somos, de donde venimos y adonde vamos. Es una ciencia antigua heredada por el antiguo conocimiento hermético egipcio y griego.
Alternativas que ofrece
Las practicas de la Geometría Sagrada corresponden al desarrollo de cinco potenciales. Debemos entenderlos como un desarrollo orgánico y complementario que tiende a la simultaneidad:
1) Desarrollo del Toroide Sexual: practicas de sexualidad sagrada, reestablecimiento de la polaridad, regeneración del campo electromagnético.
2) Desarrollo del Toroide Motriz (movimientos externos): danzas sufis, arquitectura bioclimática.
3) Desarrollo del Toroide Instintivo (funciones biológicas internas): una dieta basada en la vida que sustente la expansión de conciencia, practicas trifásicas, corrimiento glandular eneagramico (sistema endocrino).
4) Desarrollo del Toroide Emocional: diseño de patrones geométricos (mandalas), mantralizacion y visualización de alfabetos sagrados.
5) Desarrollo del Toroide Intelectual: comprensión de la matemática viviente (la sección Áurea, el numero phi – 1.618033)
Principios Geométricos
Son tres los números matemáticos sobre los que descansa la Geometría Sagrada: Phi, Pi y Euler. El número Phi (1.618033...) crea la espiral dorada a partir del vacío. El número Pi (3.1416...) circunscribe este giro y hace que la espiral doble sobre sí misma para envolverse y conocerse a sí misma. El número Euler (base natural de los logaritmos) completa y da solidez a este trazado. Si visualizamos este esquema, obtendríamos un Tubo Toro. Ver aquí.
La Psicogeometria es un conocimiento orgánico que se deriva de la ordenación del Alma bajo los principios de la Geometría Sagrada: la Ley de Tres Geométrica y la Ley de Octava Geométrica.
La Psicogeometria estudia la dimensión estructural y funcional del Alma. Este estudio nos remonta inevitablemente a la comprensión del ser humano como un sujeto creado a partir de la interpretación y la significación derivada de un principio de realidad sensorial.
La Psicogeometria nos explica cómo se crea el mundo del objeto y del sujeto y cómo pueden vincularse sanamente ambos; nos explica la imperiosa necesidad de retomar y vivir en un mundo donde impere la naturalidad en lugar de lo artificial; nos explica la noción de sujeto y el surgimiento de los centros de comando, los discos de memoria y la fisiología de la conciencia para el conocimiento de nosotros mismo.
La Psicogeometria nos invita a la ampliación de nuestro escenario interno de conciencia por medio del desarrollo de nuestro potencial sexual, instintivo, motriz, intelectual y emocional con miras a la creación de un Alma.
Retomamos la noción antigua de “psique” como el equivalente de alma y no únicamente como el significado que le ha atribuido la psicología actual como mente. La mente es un escenario de representación simbólica mientras que el Alma es un modelo geométrico de interconexión de funciones.
La Geometría Sagrada estudia los patrones y proporciones de la ordenación del Universo. La proporción dorada sustenta matemáticamente esta enseñanza y nos muestra la forma en la que se organiza la materia antes de existir como materia. De hecho, la predisposición de ciertas estructuras geométricas en el ADN permite a la molécula de ADN auto-organizarse y organizar su entorno para sustentar y preservar la vida. En suma, la Geometría Sagrada es una metáfora de la relación del universo con los patrones y proporciones que subyacen como base material de las formas y las manifestaciones del mismo.
Universo Uno – Campo Unificado
El Campo Unificado es posible por la existencia de un Toroide Fractal. La vida es posible por la profunda interconexión de todos sus elementos. El contexto determina y da fuerza a lo contextualizado.
El universo está formado por ondas-partículas que vibran en diferentes proporciones, frecuencias y geometrías. Es importante subrayar este aspecto. La diferencia en la naturaleza del universo es únicamente una diferencia de la geometría que se oculta atrás de su expresión material. Es una diferencia en la frecuencia o cantidad de ondas que ocurren en un tiempo determinado y en la proporción o razón matemática del evento o la onda.
Así, nuestro espíritu es tan material como una roca sólida. La diferencia radica en que nuestro espíritu esta constituido por vibraciones de frecuencia y geometría mucho más sutiles.
Al universo lo comprendemos por medio de dos leyes fundamentales: La Ley de Tres Geométrica y la Ley de Octava Geometría.
La Ley de Tres Geométrica - expuesta mas adelante - nos enseña que las diferentes expresiones del universo material y sus diversas manifestaciones son resultado de la variación en la frecuencia, amplitud y geometría de las ondas pero no en su naturaleza. Es decir, todo lo que vemos, tocamos y sentimos con nuestros órganos de percepción, vibra en diferentes rangos del espectro electromagnético, pero es un solo espectro electromagnético. El objetivo de la elevación de nuestro nivel de conciencia es lograr expandir nuestro rango de percepción sensorial y reconfigurar nuestro universo interno en consecuencia.
Objeto y Sujeto: fenómeno de captación
Cuando captamos el universo surge un objeto y un sujeto. El objeto es el evento en sí y el sujeto es el evento en mí. El sujeto se configura por la interpretación que le doy a un evento determinado. En esta interpretación se ponen en juego mis sistemas de valores, de pensamiento, de creencias. Es decir, en términos de percepción después de la Unidad de sustancia, el Campo Unificado, surge la dualidad de percepción: un objeto que es percibido por un sujeto.
El universo es Uno. Lo captamos cada uno de nosotros según nuestro rango de percepción sensorial y a la abstracción que hacemos le adjudicamos significados que configuran nuestro escenario interno de conciencia.
Se configuran entonces dos universos: el universo sensorial y el universo conceptual. El universo sensorial ocurre fuera de mí y el universo conceptual discurre dentro de mí.
El universo sensorial es objetivo porque no depende de la abstracción de nada ni de nadie para existir. En su contraparte, el universo conceptual es el cúmulo de experiencias que ingresan por nuestro rango de percepción sensorial y configuran conceptos, imágenes, pensamientos, emociones, actitudes, etc. creando nuestra noción de sujeto. El sujeto esta entonces “sujetado” al objeto. El sujeto que se crea de la captación de esta experiencia esta enmarcado en su propio escenario interno de conciencia o universo conceptual.
El universo interno que nos configura a cada uno de nosotros como sujetos se ha construido por el significado que le hemos atribuido a cada experiencia que hemos vivido. Seamos concientes o no de ello, existe una realidad donde las cosas son lo que son. La máxima hermética “Yo soy el que Yo soy”, se refiere a esta capacidad del Universo Uno por sustentarse y describirse a si mismo.
Principio de realidad: sensorial y conceptual
Para su comprensión estudiaremos este universo Uno o principio de realidad, desde la perspectiva del sujeto y la del objeto. Comprendemos el surgimiento de lo que sigue: el principio de realidad sensorial, que le pertenece al objeto y del principio de realidad conceptual que le pertenece al sujeto.
El mundo de los objetos se introyecta y configura el mundo del sujeto y viceversa. Aunque, como ya vimos, el Universo entero esta creado de ondas sinoidales y estas ondas se auto organizan en patrones toroides de estructuración; cuando el sujeto capta éste universo objetivo, su percepción del mundo lo distorsiona por sus condicionamientos culturales, familiares y sociales y crea un sujeto errante, un sujeto doliente. Un sujeto que produce en sus percepciones una visión equivocada del mundo, una visión que le devuelve el sufrimiento que proyecta.
El universo objetivo es llamado principio de realidad sensorial. Se ordena y se comunica armónicamente con ayuda de proporciones, patrones y frecuencias de ondas determinadas por la Geometría Sagrada.
El universo subjetivo también se llama principio de realidad conceptual. Para lograr vivir en armonía con nosotros mismo y con nuestro entorno este universo subjetivo debe ordenarse y comunicarse con patrones, proporciones u frecuencias de onda determinados por la Geometría Sagrada.
Sin embargo, en la mayoría de nosotros esta comunicación entre principios de realidad no ocurre así. El trabajo de Si mismo en su dimensión psicogeometrica consiste en lograr vincular estos patrones y frecuencias de onda en cada uno de nosotros y organizar la realidad subjetiva como se organiza la realidad objetiva. El universo en su sabiduría a diseñado formas de preservación y creación de vida que nos cuesta trabajo pasar por alto. Es innegable la sensación de paz y armonía que un ser humano siente cuando se contacta realmente con el patrón en espiral de una rosa o con cualquier otra manifestación de la naturaleza.
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