Esta es una meditación metafísica y la he titulado Quita Pesares, porque realmente quita los pesares. Vamos a comenzar, hermano: Mi Cristo saluda al Cristo que vive en tu corazón, y amorosamente lo llama y lo despierta para que te ayude a buscar la Presencia de Dios en ti, a fin de que esa Presencia sea tu guía, sea tu protección, sea tu iluminación, sea tu confortamiento en todos los momentos difíciles que a toda criatura nacida en este planeta le toca tener que afrontar, alguna que otra vez. Vamos a liberarte de tus pesares, tú me ayudarás a hacerlo, poniendo tu fe al servicio de este tratamiento. Comienza reconociendo que Dios mora dentro de ti, Eres un Sagrario viviente. Dentro de tu propio corazón tienes la Presencia de tu Cristo, esperando pacientemente que quieras hablar con Él. Siempre está dispuesto, alerta, aguardando que te des cuenta de Su Presencia en ti. Tu corazón es su Santuario Interno, la cámara secreta a que se refirió Jesús, cuando dijo, ENCIÉRRATE EN TU CÁMARA SECRETA Y DESDE ALLÍ ORA AL PADRE. Así pues, no tienes que ir a buscar a Dios más lejos, lo tienes dentro de ti, más cerca que el aire que respiras. Él mora en ti y tú moras en Él. Eres el Uno dentro del Uno, o sea que eres el Todo dentro del Todo. ¿Estás abatido? ¿Te sientes confuso o enfermo? ¿Tienes miedo a algo o a alguien? ¿Te sientes solo? ¿Necesitas Amor? ¿Tu provisión se manifiesta escasa o inestable, en una palabra, lo que ganas o lo que tienes no alcanza a cubrir tus necesidades ni las de tu familia? No permitas que la desesperación se adueñe de ti. No le des entrada. Recuerda que la solución la llevas dentro de ti mismo. Ven conmigo. Háblame, háblame de tu problema, de ese problema que te parece tremendo, sin solución. Te diré: solamente en cuatro de los siete principales Aspectos de Dios puede un ser humano encontrarse en crisis, o sea, Amor, Vida, Inteligencia o Sustancia. Veamos el primer aspecto, que es Amor. ¿Te sientes solo? ¿Deseas compañía? ¿Alguien no te quiere bien o como se dice corrientemente, te hace la guerra, te demuestra antipatía, te hace la vida imposible? En una palabra, estás desarmonizando con alguna persona, bien sea con tu esposa (o esposo), con tu madre, tu padre, tus hijos u otros parientes, tus compañeros de trabajo, tu jefe, o tal vez con algún amigo o amiga a quien aprecias? Quizás alguien a quien amas, novia (o novio) no te corresponde armoniosamente, el caso es que el aspecto Amor, en su significado noble (no confundir con la pasión sexual) te está fallando. El segundo aspecto de Dios en que puedes tener problemas es Vida. Tú o alguien que te interesa, no está manifestando la Vida de Dios en toda su plenitud. Estás enfermo o ese alguien a quien deseas ayudar lo está. Quizás tu vida o la de alguien por quien sientes afecto, está amenazada y tú sufres por ello. El aspecto Vida te está mortificando. Medita sobre esto. El tercer aspecto de Dios que te puede estar fallando es Inteligencia. Te encuentras en una situación que puede tener una o más soluciones y tú no sabes por cuál optar; o sencillamente, tú no le ves ninguna. Y el cuarto aspecto de Dios, el cual tal vez no se te está manifestando plenamente, es Sustancia. Y sustancia es todo aquello que cubre tus necesidades materiales: alimentos, ropas, habitación, etc. En una palabra, te está fallando tu Provisión. Muy bien: Piensa en cuál o cuáles de estos cuatro aspectos de Dios tienes problemas. Medita sobre tu necesidad, para analizar el problema que te está mortificando, analízalo por los cuatro costados, como suele decirse, mete tu mente en el problema. Te concedo cinco minutos para pensar en ello. (Música suave) Bien. Ya concluyeron los cinco minutos. Pensaste y requetepensaste la cuestión. Ahora vas a tomar esos problemas, los vas a empaquetar como si fueran basura y los vas a tirar al basurero. Déjalos allí y no se te ocurra pensar más en ellos, si no lo haces así, resultará que los vas a hacer engordar, dándoles tu preciosa Energía que es un donde Dios en ti. Ahora vas a entrar en el Silencio, calla tus labios y lo que es más importante aún, acalla tu mente, trata de ponerla en blanco. Para esto comienza diciendo oral o mentalmente, dándole un ritmo de 4 tiempos. ¡Aquiétate! - ¡Y Sabe! ¡Yo Soy! ¡Dios! Dilo tres veces. Después elige una palabra tranquilizante, elígela tú, bien puede ser: Paz – Paz – Paz – Paz – Paz – Paz o Amor – Amor – Amor o ¡Padre! - ¡Padre! -¡Padre! o ¡Señor! ¡Señor! ¡Señor! Dilo varias veces empezando en un tono normal que vas haciendo cada vez más suave, hasta terminar en un murmullo. Ve callando poco a poco, hasta que logres entrar plenamente en el silencio, es decir, ningún pensamiento intruso, que no sea tu mente puesta en Dios debe ocupar tu cerebro y si alguno se cuela, dices con toda autoridad: RETÍRATE – y recuerda – "Yo Soy" – Dios Pues ya estás identificándote con tu Divina Presencia y es ella quien habla a través de ti. Ve callando paulatinamente hasta entrar plenamente en el Silencio, en ese Silencio, pleno, donde te está aguardando la presencia augusta de Dios Arrodíllate mentalmente, estás ante Su Sagrada Presencia. (Música suave de fondo) Ahora empieza a sentir que algo sucede en tu interior, algo se enciende dentro de ti, es un sentimiento cálido, confortable, algo que te da Paz, que te hace sentir seguridad, que te abriga, que te consuela. Estás en la Presencia santa de tu Cristo puro y perfecto, que te está recibiendo lleno de amor por ti. No le pidas nada, no le cuentes nada, Él lo sabe todo. Él conoce tu necesidad. Simplemente ponte mentalmente arrodillado ante Él, y haz solamente un Acto de adoración. Dile esto o algo parecido que salga de tu propio corazón: ¡SEÑOR, MI ALMA SE POSTRA ANTE TU GRANDEZA. VENGO A VISITARTE, NO SABÍA QUE TE TENÍA CERCA. VENGO A DECIRTE QUE TE AMO, QUE TENGO FE EN TI, QUE TE ADORO CON TODO MI CORAZÓN, CON TODOS MIS SENTIDOS, CON TODA MI VOLUNTAD. QUE EN TU SANTÍSIMA PRESENCIA ME SIENTO FELIZ, QUE DESEO UNIRME ÍNTIMAMENTE A TI Y QUE MI ALMA CLAMA POR VISITARTE CON FRECUENCIA. DE AHORA EN ADELANTE VENDRÉ FRECUENTEMENTE AQUÍ PARA UNIRME A TI, PARA ADORARTE Y SENTIR QUE SOY UNO CONTIGO. VENGO A TOMAR DE TI, TODO LO QUE MI ALMA NECESITA PARA SENTIRSE CONFIADA Y SEGURA, FELIZ, PLENAMENTE FELIZ. TE AMO. FUENTE DE TODO MI BIEN, MANANTIAL DE MI FELICIDAD, DE MI SEGURIDAD Y DE MI PAZ. QUIERO ESTAR AQUÍ SIEMPRE CONTIGO Y PARA ELLO ESTARÉ CONSTANTEMENTE CONSCIENTE DE TU DIVINA PRESENCIA EN MI. TE AMO SEÑOR... TE AMO... TE AMO... TE AMO, DIOS MÍO... TE AMO... TE AMO... Termina en un murmullo, guarda silencio, afina tu oído interno y calla, espera la respuesta, que habrás de recibir en alguna de estas tres formas: oirás la Voz de Dios dentro de ti, diciéndote algo que será la solución de tus preocupaciones (esta Voz no se siente con el oído que usamos corrientemente, es algo que habla dentro de ti y que tú percibes con tu oído interior). O no oirás nada, pero sentirás que una Gran Paz te invade por entero y eso te indicará claramente que tu problema ya está resuelto. O no sentirás nada, pero al volver al mundo recibirás la inspiración de los pasos que habrás de dar y verás cómo las cosas comienzan a ordenarse de tal forma que aquello que te atormentaba empieza a disolverse como un terrón de azúcar en un vaso de agua. Tú simplemente llénate de Amor. Al salir de tu meditación dale gracias a Dios de todo corazón y espera confiado, no dudes ni por un momento que tu problema ya está resuelto, la más pequeña manifestación de falta de fe, echaría a perder el tratamiento. Meditación de Carola de Goya, gran metafísica y excelente persona. |